Fuente: La Nación – Señalan que el desgaste por la recesión llegó a un punto de quiebre con las reducciones impositivas de esta semana para la importación de 89 productos; dicen que todo el esfuerzo fiscal es para mejorar la situación de los que producen afuera.
Un anuncio del Gobierno hecho a principios de esta semana rompió la tensa calma que existía en el sector industrial y la transformó en “preocupación”, tal como manifestaron distintos empresarios. La recesión, la caída de las ventas y los despidos son malas noticias que se repitieron durante este año y golpearon al mercado local. Sin embargo, un tweet del ministro de Economía, Luis Caputo, sobre rebajas impositivas a 89 productos importados parece haber marcado un quiebre.
La molestia llegó a la Unión Industrial Argentina (UIA), la principal central fabril del país, que conduce Daniel Funes de Rioja. Ninguno de sus principales ejecutivos aceptó hacer declaraciones con nombre propio, pero en varios casos expresaron su disgusto.
“Los esfuerzos fiscales que hacen para bajar impuestos son todos para la importación”, recriminó un directivo de una cámara sectorial. Este hombre del mundo pyme reconoció que el anuncio de Caputo sobre reducción de tributos generó un punto de inflexión. “Es la primera vez que meten varios productos terminados. Eso puede ayudar contra la inflación, pero nada a favor de la competitividad de los que producimos acá”, completó.
Este martes, Caputo escribió en mayúsculas: “Continuamos reduciendo aranceles a la importación”. En el sector industrial cuestionaban: “¿Para qué lo celebrás?”. El ministro compartió un listado de productos que pasarán a pagar menos de la mitad de los impuestos que abonaban para entrar al país. Por ejemplo, el arancel para neumáticos bajará de 35% a 16%, el de maquinarias caerá de 12,6% a 2%, bicicletas de 35% a 20%, entre otros. Según los empresarios, “la medida ayuda en los casos de insumos que se utilizan en cadenas de valor, pero no en los bienes terminados”.
En ese sentido, esgrimieron que es distinto el caso de plástico como insumo que el de neumáticos, motos, maquinaria, hornos, microondas y otros electrodomésticos considerados bienes terminados que “ya llegan listos para la venta”. En simultáneo, resaltaron la película en la que ocurrió el nuevo anuncio del ministro de Economía. Valoran positivamente el ordenamiento de la macro y la conducta fiscal del Gobierno, pero señalan que la contracara es la caída de la actividad industrial del 14,6% en lo que va del año, según cifras oficiales.
“Esto marca una preocupación general muy grande, porque tenemos aumento de costos en dólares todos los meses, de alrededor del 2%, y ahora ¿cómo hacemos para hacer frente a los importados”, cuestionó el directivo de la cámara sectorial. A su vez, enumeró que en las pymes hubo 4700 despidos por mes durante el último trimestre.
Por su parte, el presidente de la Unión Industrial de la provincia de Buenos Aires, Martín Rapallini, en el evento Somos Industria 2024 deslizó entre líneas una crítica dirigida a la Secretaría de Comercio del Ministerio de Economía. Remarcó que los países desarrollados “ya salieron de la ingenuidad del libre comercio e implementaron herramientas como el antidumping y los aranceles en defensa de los países que subsidian la exportación”.
Esas palabras sonaron como un mensaje directo al secretario de Comercio, Pablo Lavigne, quien sostuvo: “Se crece con economía integrada, no cerrada. Hay que generar competencia porque la competencia es sana”. Luego, sobre las medidas desreguladoras en el área de importación, el funcionario indicó que “los insumos en la Argentina tienen que tener precio internacional, cuando hay restricciones suelen existir ventanillas”.
Un rápido racconto de medidas que llevan la firma de Lavigne se compone del fin de las SIRAs, las facilidades para importar productos de la canasta básica y cambios técnicos en reglamentos para traer productos al país, entre ellos acero. Otra iniciativa destacada del Gobierno y que se vincula al comercio exterior es la reducción de la alícuota del impuesto PAIS, que a partir del próximo año dejará de tributarse, según la promesa oficial.
En la Secretaría de Comercio resaltan estas determinaciones y las identifican como aliviadoras de costos para la producción y como herramientas para bajar la inflación. Sin embargo, los industriales locales comenzaron a mostrar otra cara: “¿Y si bajaban el impuesto al cheque en vez del impuesto PAIS?”.
Este primer cortocircuito manifestado desde cámaras industriales importantes llega en un momento en el que las expectativas para 2025 comenzaron a moderarse. De hecho, ya descartada la recuperación en V y asimilada la idea de una reactivación dispar y un poco más lenta, los sectores más afectados reclaman medidas que no solo ataquen a la inflación, sino también apunten a la competitividad local.