Fuente: Ámbito ~ Los empresarios necesitamos previsibilidad, políticas públicas que apunten y beneficien a la industria nacional y al desarrollo de las economías regionales.
Ser un empresario pyme en la Argentina es complicado. Muy complicado. ¿Razones? Diversas. Por un lado las reglas de juego cambian constantemente. Por otro, la macroeconomía complica a la hora de pensar en el mediano plazo con los vaivenes del dólar y la inflación que desordena cualquier plan de negocios. La agenda política muchas veces tiene en temario cuestiones que nada se acercan a lo que nos pasa a los que invertimos en este país y es por eso que la frase «una agenda lejos de la gente» está más vigente que nunca. La agenda de las pequeñas y medianas empresas no debería tener grieta.
Una pyme en Argentina invierte las 24 horas del día. Y se trata de inversiones que se quedan en nuestro país. Generamos más del 70% del trabajo. Pero para pensar en reinvertir, abrir una nueva farmacia, es necesario que la macroeconomía se ordene. Y eso, lamentablemente, está lejos de concretarse.
La falta de divisas en el Banco Central genera un cepo para evitar el default. El cepo, al mismo tiempo, complica las importaciones. Estas importaciones se manejan con dólares que cambian con reglas modificadas de un día para el otro para apagar incendios.
En medio de tanto desorden, siempre están quienes aprovechan. Son tantas las cotizaciones que luego eso lleva a dispersión de precios. La dispersión, sumado a un espiral inflacionario complica aún más para un trabajo normal con proveedores. Tengan en cuenta que naturalizamos vivir con más de 50% de inflación anual desde 2018. Son casi 5 años así. El aumento de precios no conviene a nadie. Ni al consumidor ni a la pyme.
Creer que la inflación es positiva para quien vende productos farmacéuticos es erróneo. Ese descontrol de precios nos lleva a un descontrol en toda la cadena de producción. ¿En qué momento contratar un empleado nuevo? ¿Cuándo conviene ampliar la producción? La respuesta es que nunca es un momento ideal. Sin embargo, el esfuerzo aún vale la pena. Las pymes no sabemos de especulación financiera. Las pymes sabemos producir.
Avanzar en un proyecto que promueva la producción y no la especulación, que le brinde al sistema financiero argentino un marco legal acorde a las necesidades de los clientes. Estamos ante un escenario en permanente dinamismo, donde las pymes tenemos un rol preponderante y una enorme responsabilidad en el sostenimiento del entramado nacional. Los empresarios necesitamos previsibilidad, políticas públicas que apunten y beneficien a la industria nacional y al desarrollo de las economías regionales.
Por eso, aunque a veces suena una frase hecha, lo único que el empresario pide es que no compliquen la inversión. Ya no se pide una ayuda, sino que solamente no hagan más difícil el trabajo. Vivir.
*El autor es Presidente de ASOFAR (Asociación Propietarios de Farmacias Argentinas)