Fuente: La Nación – Las empresas insisten en que contar con acceso a créditos es clave para competir en los mercados mundiales; aun subsidiadas, las tasas rondan 50% anual
El financiamiento accesible es una de las condiciones que todas las empresas consideran clave para la expansión y para la inserción en el mundo. Si para la generalidad de las compañías es importante, para las Pymes aun más. En la Argentina hay líneas disponibles, tanto de bancos públicos como privados, pero desde las firmas aseguran que las condiciones son complicadas de cubrir. Entonces, la mayoría echa mano al descuento de cheques que, claramente, no es el modelo indicado para salir o mantenerse en el mercado internacional.
La Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came), cuenta con un Indicador de Medición de Acceso al Financiamiento (Imaf). El último, de mediados de este año, muestra que 55% de los empresarios Pymes accedieron a alguna línea en los últimos tres años. De ese total, 51% lo destinó a la compra de materias primas y/o a capital de trabajo; 15% a pago de sueldos e igual porcentaje a compra de bienes de capital; tres por ciento a desarrollo de nuevos procesos productivos e igual valor a incorporación de tecnología y dos por ciento a capacitación de personal.
Seis de cada diez (59%) aseguran que los requisitos existentes para obtener financiamiento son “demasiado exigentes” para ser cumplidos; 39% admite desconocer los programas existentes para recibir asistencia y/o financiamiento; 33% no considera “favorables” las condiciones de los créditos disponibles; 32% menciona “inconvenientes” para presentar la documentación legal/impositiva requerida; 21% afirma que siente “desconfianza” por el organismo que ofrece el financiamiento y 15% apunta “dificultades” para determinar la línea más conveniente.
Carolina Marceca, responsable del área Financiamiento de Came, explica que hay consultas permanentes sobre financiamiento, en especial, de las convocatorias para Aportes no Reembolsables (ANR) del Fondep que cuentan con una tasa subsidiada de entre 30 y 40 puntos, por lo que queda alrededor del 50% anual.
“Son un espaldarazo pero hay que tener en cuenta que reconocen 80% del proyecto sin incluir el IVA -detalla-. El mayor obstáculo son los requisitos exigidos y los tiempos que insumen. Las empresas que aspiren no pueden tener deudas exigibles por parte de la Afip; esa es la barrera más insalvable en especial porque no hubo moratorias en los últimos meses. Además, la inflación acumulada mientras se tramita tampoco se reconoce”.
Para Marceca el problema en la Argentina es “estructural” y debe corregirse “desde cero”. “Afrontar la competencia externa en estas condiciones es muy complicado”.
El último anuncio del Gobierno fue el Programa Crédito Argentino (CreAr) para “potenciar el desarrollo exportador y la sustitución de importaciones en cadenas de valor estratégicas, para promover la generación de divisas” que, cuando se ponga en marcha, supondría un aumento de casi el 40% del total de los créditos Pyme del país al movilizar unos $500.000 millones.
“Todavía se están definiendo los detalles”, dice Alejandro Bestani, presidente del Movimiento Nacional Pyme. El programa tendrá una bonificación del 30% sobre la tasa del Banco Nación, con lo la tasa final será de alrededor del 50%. El ejecutivo subraya que el segmento recibe seis centavos de financiamiento por casa peso que facturan. “Es nada y supo ser peor, cuatro centavos”.
Insiste en las tasas son “altísimas” y eso las convierte en “restrictivas”. Nadie toma plata a estas tasas; solo los desesperados hacen ventas de cheques -grafica-. Y esa modalidad no es un aumento genuino del crédito. El sistema de riesgo que se aplica es una limitación; el financiamiento a las Pymes debe ser una política de Estado para que efectivamente llegue y no quede en anuncios”.
Desde la Confederación General Empresaria de la Argentina (Cgera), Marcelo Fernández, coincide con Bestani: “Vemos los esfuerzos del Gobierno para que la tasa sea negativa, pero sigue siendo alta. Muchas Pymes están reacias a tomar dinero; lo hacen las que están más complicadas y tienen cheques diferidos o acreencias a cobrar. Masivamente no hay toma de créditos; en algunos sectores sí lo hay para la compra de bienes de capitales. No hay avidez”.
El empresario admite que hay sectores con recuperación de la actividad, pero la incertidumbre continúa. Refiere que la falta de certeza sobre el tipo de cambio impide tomar préstamos en moneda extranjera. “Esperamos que en el 2023 baje la inflación y se empiece a pensar en la toma de créditos para invertir en tecnología o insumos. El financiamiento en la industria es necesario para invertir en innovación tecnológica y productiva para ser más competitivos. Muchas empresas usan recursos propios, pero para mejorar hay que tomar créditos”, agrega.
Los bancos públicos, los privados grandes y la banca cooperativa cuentan con diferentes propuestas diseñadas para las Pymes. El Banco Argentino de Desarrollo (Bice), con el objetivo de “incentivar la exportación”, lanzó una campaña de pre y postfinanciación de exportaciones con tasa fija en dólares al 2,5% y hasta 9 meses de plazo. Está dirigida a empresas de todos los tamaños y destinada a manufacturas agropecuarias, industriales y servicios de origen argentino. Además, se financia hasta el 100% del valor FOB de la operación.
La entidad también tiene una línea de financiación de exportaciones a largo plazo o forfaiting que les permite a los exportadores y productores de bienes y servicios destinados al mercado externo “competir a través de sus productos y de la financiación que pueden ofrecerle a su cliente en el exterior”.
Esta línea es para manufacturas de origen industria, de origen agropecuario (MOA), de bienes de capital sin uso, servicios de origen argentino y plantas industriales u otras obras que se contraten con la condición de ser entregadas “llave en mano”. Los montos son de entre US$20.000 y US$10 millones a un plazo máximo de cinco años. La tasa hasta 6 meses es fija del 3%; hasta 1 año, 3,25%; hasta 2, 3,5%; hasta 3, 3,75%, y hasta 5, 4,%.
Mariano de Miguel, presidente del Bice, sostiene que generar divisas “impulsando el crecimiento de la fábrica de dólares argentina es hoy uno de los objetivos claves para el país” y que banco acompaña esa política nacional “con principal foco en las Pymes que cambian la matriz productiva y exportan valor agregado argentino al mundo”.
En lo que va del año, la entidad aumentó 20% los desembolsos de comercio exterior en la comparación interanual y el 85% fue dirigido a pymes exportadoras de todo el país. La Argentina, subraya De Miguel, “debe insertarse en el mundo con más y mejor valor agregado; casi el 30% de las operaciones que financiamos son de comercio exterior; contamos con créditos para cada etapa del proceso y especialistas en la materia para brindar asesoramiento a las pymes”.
En el caso del Banco Nación, sus fuentes indican que en Comercio Exterior en lo que va del año se realizaron 1.500 operaciones por US$371 millones (800 de prefinanciación por US$245 millones y el resto, por US$126 millones, financiación de importaciones). Se trata de líneas diversas de financiamiento tanto para Pymes como para grandes empresas.
Para Pymes puntualmente, se otorgaron $186.000 millones para inversiones de MyPymes (126% más en la comparación interanual de saldos) y $538.000 millones para capital de trabajo (30% más respecto al mismo período del 2021).
El Santander Argentina presentó este año nuevas herramientas de financiamiento a Pymes vinculadas al agro a través de productos de cesión de cartera de cheques, mediante acuerdos con las principales proveedoras de insumos para el sector de manera de apoyar su ecosistema.
Gastón López, head de Global Transaction Banking de la institución, señala que con el producto de confirming inverso llegaron a 4.500 productores agropecuarios con una oferta de valor destinada a apoyar la compra de insumos agropecuarios. “Gracias a esto pudimos multiplicar este año por cuatro la cartera de descuento con el sector, con operaciones de hasta un año de plazo y por más de $5.500 millones a noviembre. Es una herramienta que consideramos clave para apoyar el crecimiento del sector agropecuario ya que nos permite ofrecer condiciones muy competitivas de la mano de los principales socios estratégicos del campo para financiar a su cadena de valor”, puntualiza.
La actual oferta de financiamiento para Pymes del Banco Galicia apunta a brindar una asistencia 100% digital, “simple, ágil y robusta” que puede solicitarse de manera presencial o desde la aplicación. Desde la entidad sostienen que las demandas y necesidades tienen que ver con mayores montos de asistencia. En esa línea apuntan que “desafían” la manera en que califican a los clientes, “logrando ampliar no sólo los montos sino también la cantidad”. Otra demanda significativa que identifican es la de leasing y prendarios, aunque aclaran que hay poca oferta de 0km en el mercado y largas demoras para la entrega.
Al arranque de la pandemia, en el primer semestre del 2020, los préstamos otorgaron cayeron 60% interanual. “Quebramos esa tendencia negativa en julio del mismo año y en la actualidad no sólo recuperamos niveles de fines del 2019 sino que los superamos en un 15% aproximadamente”, detallan.
Para las líneas de préstamos sin garantía la acreditación es “inmediata”, y en los productos con garantía, el proceso de solicitud y acreditación también es 100% digital y con “bajas demoras”. En financiaciones a corto plazo ofrecen una línea a sola firma y una Productiva para financiamiento de capital de trabajo y descuento de cheques. En garantizados cuentan con SGR, Leasing, y Prendarios. Hoy la mitad de las colocaciones son a sola firma y línea Productiva, ambas de corto plazo.
Alejandro Schachter, gerente de Banca Empresa del Credicoop, grafica que la demanda presenta una recuperación respecto de la prepandemia, con un “importante impulso” dado por la línea de financiamiento para la Inversión Productiva normada por el Banco Central que promueve la asistencia a Mipymes a tasas reales negativas: “Ha contribuido tanto a las líneas de evolución como a las de inversión, incluido el leasing. Hay más dinamismo en las primeras, asociadas a las necesidades de financiamiento de corto plazo, habituales en el último trimestre del año”.
Señala que la mayor nominalidad de la economía ha desacelerado la demanda. “En la medida que se vayan estabilizando las variables, se generarán mejores condiciones para un incremento más sostenido en la toma de créditos, lo cual tendrá que seguir acompañado por políticas públicas para promover el financiamiento productivo”, agrega.
A corto plazo, el Credicoop ofrece adelantos en cuenta corriente y descuento de cheques de pago diferido (el ECHEQ creció “fuerte” desde la pandemia y representa 60% de la cartera de descuento”); también cuentan con préstamos para capital de trabajo que permiten financiar los insumos vinculados al giro comercial y una línea para financiar el pago de aguinaldo.
Para apalancar proyectos de inversión, tienen líneas a tasa mixta y fija (dentro de la línea de Financiamiento para la Inversión Productiva), ambas con plazo de hasta 48 meses. La entidad “impulsa” el desarrollo tecnológico y la innovación a través de convenios con el INTI, el INTA y el Conicet, entre otros para financiar el desarrollo de proyectos y servicios de I+D+i; son a 24 o 48 meses a tasas preferenciales.
Hay otras líneas específicas para financiar proyectos de inversión que contribuyan con el cuidado del medio ambiente y para empresas B; convenios con proveedores de bienes de capital para financiar a Pymes en la compra de maquinarias y rodados a tasas bonificadas. Están las tradicionales financiaciones de Importación con Fondeo Exterior, Prefinanciaciones y Financiaciones de Exportación.