El camino de una PyME que llegó a exportar a EE.UU.

Fuente: MDZ ~ Una empresa metalúrgica y familiar de Caseros, en el partido de Tres de Febrero, conurbano bonaerense, produce hornos, salamandras, cocinas, estufas y parrillas que vende, entre otros tantos destinos, al mercado norteamericano.

Buena representante de las pymes industriales que son el corazón productivo del gran Buenos Aires, Ñuke, que significa “madre” en lengua mapuche, símbolo de calor, comida y fecundidad, comenzó su actividad en 2004, pero curiosamente en un rubro absolutamente distinto. Inicialmente estaba dedicada a la pinturería y artículos de iluminación y luego de algunos proyectos sin éxito, decidió dar un giro y especializarse en productos de calefacción, parrillas y hornos. Durante el pasar de los años fue incorporando cuestiones innovadoras tales como termotanques solares con energía fotovoltaica para así seguir apostando a lo renovable.

Ese giro en el cambio del negocio se inició cuando la coordinación del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTA) en la región patagónica detectó las pésimas condiciones de calefacción que existían en su zona de influencia. Las comunidades mapuches, cuando cocinaban o calefaccionaban dentro de sus viviendas, se intoxicaban con el humo. Por esta razón, garantizan el trabajo con tecnologías que permiten mantener el ritual del fuego, pero aprovechando al máximo el rendimiento de la leña y minimizando a su vez las emisiones contaminantes.

Es muy interesante saber que todas sus líneas de producción tienen un rendimiento del 75% debido a que poseen dos cámaras de combustión que actúan de manera independiente con revestimiento interno de material refractario e inyección múltiple de aire para combustión.

En mi visita a la fábrica, he comprobado que en Ñuke se reinventan permanentemente. Al día de hoy, por ejemplo, están planificando una línea vinculada a la vida al aire libre y al camping que contempla fogones muy fáciles de llevar tanto en una mochila como en el baúl de cualquier auto.

Como pasa generalmente en cualquier pyme argentina, Ñuke también goza de una interesante historia familiar ya que la empresa fue fundada por Jorge Dartiguelongue, economista y un relevante deportista que participó de la primera gira del seleccionado nacional de rugby a Sudáfrica en 1965 que daría nacimiento al nombre Los Pumas. Es ahora su hijo Marcos, también fanático de la ovalada, quien lidera esta empresa que se sigue destacando por la calidad e innovación de sus productos que vende alrededor de trece mil unidades anuales y emplea cerca de cien personas. 

Además de abastecer el mercado interno, la gran novedad y logro es que pudieron vender sus productos al exterior: exportan un 30% y están permanentemente atentos a abrir nuevos mercados. De hecho, días atrás enviaron contenedores de su parrilla Delta a los Estados Unidos, en donde fue elegida por la prestigiosa revista Forbes en el año 2020 como el mejor Grill del año. También Australia aparece como nuevo mercado a donde están enviando un producto de parrilla eléctrica.

Es muy sorprendente esta anécdota que me compartió Marcos. En un festival de barbacoas en Dallas, estado de Texas, Estados Unidos, fueron a presentar sus parrillas y afortunadamente vendieron todo el stock disponible e incluso más, porque también vendieron la parrilla con la que hicieron la demostración al asar unos chorizos. Curiosamente, un interesado cliente esperó hasta que terminara el evento y  se enfriara la parrilla para luego comprarla.

Por último, quiero compartir algunos números de Ñuke que demuestran su crecimiento y que me llena de orgullo. Desde el año 2017 hasta hoy pasaron de tener treinta y tres empleados a alrededor de cien, entre operarios y administrativos.

Además, exportan desde Tres de Febrero a Latinoamérica: Uruguay, Paraguay, Bolivia, Chile, Perú y Brasil. También están en los mercados de Estados Unidos y Canadá. En Europa -Holanda, Alemania y Noruega- y Oceanía -Nueva Zelanda y Australia-. En conclusión, crecieron en exportación en un 120% sin descuidar el mercado interno ya que en el año 2017 fabricaban alrededor de tres mil quinientos productos y en 2021 fueron trece mil. Este año esperan llegar a más de quince mil productos Ñuke.

En una economía que muchas veces privilegia al asistencialismo por sobre la producción, el testimonio de esta pyme argentina nos demuestra una vez más que la salida de esta crisis es con esfuerzo y cultura del trabajo, es a través del acompañamiento a quienes apuestan, se arriesgan, invierten y crean empleo.

La historia de la PYME argentina que creó una tecnología inédita en el mundo

Fuente: A24 ~ Guadalupe Murga y Manuel Sobrino cruzaron conocimientos científicos e innovación para crear un proyecto biotecnológico. Detalles de una start up que no para de crecer.

Hace unos años, Guadalupe Murga y Manuel Sobrino unieron fuerzas y lograron utilizar sus conocimientos científicos para concretar un proyecto innovador.

Se trata Sylvarum, la firma que logró hackear el metabolismo de las plantas mediante un sistema que permite múltiples beneficios como acelerar su crecimiento y mejorar su rendimiento.

En 2021, la startup obtuvo el primer premio en la categoría «Idea Negocio» de la competencia Naves Federal, organizada por el Banco Macro en conjunto con el IAE Business School.

Asimismo, lograron el apoyo de GridX, una aceleradora internacional de empresas biotecnológicas. Y ganaron un viaje de formación al polo de emprendedurismo en Israel.

En una entrevista con A24.com Pymes, Guadalupe Murga, Chief Technology Officer (CTO) de Sylvarum, contó cómo esta PYME argentina logró traspasar las barreras del camino y destacarse en un novel terreno para la ciencia global.

Base del proyecto

«Somos una startup de base biotecnológica que mejora el rendimiento de los productores hidropónicos, hackeando el metabolismo de sus plantas», explicó la experta.

«Nuestra misión es impulsar una matriz productiva de cultivos que asegure un futuro más sustentable y resiliente», subrayó la ingeniera biomédica de la Facultad de Ciencias Exactas y Tecnología de Tucumán.

Murga ganó la beca de la Fundación Botín en el año 2019, mediante la cual viajó a una serie de países durante casi dos meses.

Fue becaria del Instituto Balseiro de Bariloche, de la Fundación YPF y viajó a Nuevo México en Estados Unidos con la Beca Fulbright.

Tras su experiencia en la Universidad Nacional de Tucumán, Sobrino, cofundador y CEO de Sylvarum, trabajó en una pasantía dentro de un fondo de inversión en Londres.

Retornó al país en el año 2016, momento en el que comenzó a explorar la hidroponia. Luego sumó al proyecto como «advisor» científico a Gustavo Martos.

Los tres utilizaron su capacidad emprendedora para sacar adelante una idea que al principio parecía imposible.

«Sylvarum surgió a partir de la inquietud de Manuel (CEO de la compañía) que, como productor hidropónico, deseaba dar respuesta a muchas problemáticas de este nuevo sistema productivo tan prometedor», explicó Murga a SOMOS PYMES.

«La idea comenzó a gestarse hace ya varios años, pero empezamos a trabajar formalmente en el proyecto en marzo de 2021, cuando ambos renunciamos a nuestros trabajos y decidimos dedicarnos 100% a hacer crecer este sueño», relató.

Y precisó: «Comenzamos trabajando en un pequeño prototipo casero para validar el concepto científico. Al obtener resultados prometedores decidimos ampliar nuestras granjas verticales hasta alcanzar dimensiones 7 veces mayores a las iniciales».

Alcances del descubrimiento

Con esta metodología «podemos hackear el metabolismo de las plantas aprovechando su sensibilidad ante estímulos eléctricos y magnéticos presentes en el entorno», indicó la experta.

«El sistema consiste en un generador de pulsos que actúan directamente sobre el entorno de crecimiento de las plantas. Al entrar en contacto con ellas, se producen respuestas electrofisiológicas que mejoran su rendimiento», ilustró Murga.

Respecto de la finalidad de la iniciativa, la CTO de Sylvarum indicó que el «El hackeo metabólico de precisión abre las puertas a un gran número de beneficios».

«Estamos trabajando en acelerar el crecimiento de las plantas, pero también vamos a trabajar para mejorar sus defensas e influir sobre su composición química, de esa forma podemos mejorar sus capacidades nutricionales».

«Se trata de una tecnología absolutamente novedosa. En el mundo hay líneas de investigación que trabajan sobre electrofisiología vegetal, pero no existen al día de hoy aplicaciones similares implementadas a nivel comercial», enfatizó la especialista.

Día a día de la startup

Según Murga, la empresa se encuentra en un estadio de desarrollo de la tecnología, por lo tanto, todavía no tiene clientes.

«Técnicamente por ahora Sylvarum ‘ES UNA PYME’, con miras de crecer rápida y exponencialmente», expresó en ese sentido.

«Con nuestra tecnología vamos a mejorar los rendimientos de sistemas hidropónicos, para que sean realmente competitivos en productividad y puedan imponerse a nivel local, regional y mundial», afirmó la experta.

«La democratización de estos sistemas va a hacer posible el acceso a más y mejores alimentos, lo que nos permitirá hacer frente a algunas de las grandes problemáticas que enfrentamos como humanidad«, concluyó.

“New Bag”: la historia de la Pyme de triple impacto que fabrica las bolsas ecológicas

Fuente: Todo Provincial ~ En una nueva edición de “Historia Pyme”, Todo Provincial RADIO entrevistó a Roberto Sabolcki de la empresa “New Bag” que fabrica bolsas ecológicas de friselina y en pandemia sumpo una línea para la confección de barbijos.

“En 2017 pusimos en Morón la planta más moderna del país para fabricar las bolsas que remplazan a las bolsas de un solo uso que tanto daño hacen al planeta”, contó Roberto Sabolcki de “New Bag”.

Esta planta tiene capacidad para producir más de 3 millones de bolsas reutilizables por mes. “Son bolsas de friselina con más de 200 usos y totalmente reciclables porque la tela es 100% polipropileno“, detalló el empresario pyme oriundo de La Plata.

“New Bag” es una empresa de triple impacto económico, social y medio ambiental. “Tnemos más de 100 empleados de los cuales más del 70% es el primer empleo, entre ellos muchas mujeres”, remarcó Roberto Sabolcki.

Esta Pyme exporta sus bolsas a diferentes países de la región, aunque su propietario que ahora “ahora está un poco complicado por las trabas a la importación de insumos, entre otras cuestiones”.

El próximo paso para la Pyme de Morón será comenzar a fabricar la tela de polipropileno, lo que le permitirá cerrar todo el proceso de producción ya que también sumarán un sector de reciclaje.

“Vamos a comenzar a fabricar la tela, imprimirla, procesarla y también haremos el proceso de reciclaje”, destacó.

Cómo se hacen las bolsas ecológicas

El propietario de “New Bag” explicó que las bolsas ecológicas se confeccionan con ultra sonido que permite “la soldadura de la tela sin necesidad de sumar otro material”.

“Una vez que se les hace la impresión pasa a confección. Entra la tela impresa de un lado y sale la bolsa terminada del otro. Tenemos 7 líneas de producción que pueden hacer hasta 70 bolsas por minuto”, subrayó.

Por otra parte, el empresario consideró que Argentina debería avanzar en la prohibición total del uso de bolsas de un solo uso ya que actualmente esta medida se aplica solo en algunos distritos.

Durante la pandemia, “New Bag” desarrolló la confección de barbijos bajo la marca “New Mask”. “Podemos elaborar 4 millones por mes. somos la segunda empresa en capacidad de elaborar barbijos del país“, remarcó.

La fórmula del éxito de la PYME familiar que exporta alfajores premium

Fuente: A24 ~ Silvia Chus, co-fundadora de Cielos Pampeanos, reveló la estrategia para llevar uno de los productos estrella de la gastronomía local al mundo. Aciertos, errores y próximos pasos.

En una entrevista con Gonzalo Otálora, Silvia Chus, co-fundadora de Cielos Pampeanos, hizo un repaso histórico de la firma que logró llevar el producto estrella de la gastronomía local al mundo, alcanzando objetivos inéditos en el ámbito exportador durante los últimos veinte años.

La idea inicial del emprendimiento nació en 2001 y seis años después se tradujo en la presentación -primera vez- de una carpeta en Cancillería para alguna vez poder cumplir con la meta de exportar alfajores argentinos de calidad.

Con el tiempo, Silvia y su esposo, Ricardo Vittore, accedieron a un crédito del Banco Nación, con el que pudieron comprar una nueva planta elaboradora ubicada en Banfield que les permitió mejorar la calidad de sus productos.

De esta manera, comenzaron a exportar a San Pablo, Belo Horizonte, Curitiba y Río de Janeiro, entre otras ciudades de Brasil.

Recorrido desandado

Luego llegó la incorporación de María Luján, la hija del matrimonio, quien a partir de su licenciatura en Comercio Internacional recibió una beca del Programa ‘Mi Primera Exportación’ en 2019, para capacitarse en Barcelona.

Actualmente, la línea de productos de Cielos Pampeanos incluye alfajores de chocolate semiamargo rellenos con dulce de leche, recubiertos con chocolate blanco y de maicena.

Las distintas presentaciones, tanto a nivel packaging como en tamaño de los productos, ya se comercializan en España, Italia, Alemania e Inglaterra.

«En 2001, cuando teníamos la confitería, nos dimos cuenta de que las personas venían a buscar un producto de calidad para llevarle a sus familiares y conocidos a los lugares desde donde habían venido, como Italia y España, particularmente», manifestó la emprendedora en el comienzo de la entrevista.

«A ese rumbo empezaron a salir los alfajores de nuestra PYME familiar. Sobre la base de esa idea, empezamos a pensar con mi marido en la idea de crear un producto que se pueda exportar», subrayó Chus.

«En ese año se le dio posición arancelaria al alfajor argentino dentro del Código Alimentario, algo que no existía antes. Ahí comenzó el camino exportador de lo previamente se conocía como una golosina», describió.

Historia de vida

«Empezamos con una carta de presentación a un obispo del Vaticano, porque pensábamos que ese mercado era el punto justo de referencia para llevar nuestros alfajores», recordó la referente del rubro.

Y admitió: «Eso fue un error porque el embajador argentino en Roma nos explicó que debíamos empezar a exportar en los países limítrofes y después adquirir la experiencia para llegar al mercado de la Unión Europea».

«Cancillería nos explicó cómo obtener todas las certificaciones para poder comerciar con otros países, y luego nos incluyó en las próximas misiones multisectoriales para Brasil y Paraguay», puntualizó, sobre el camino que la PYME supo encontrara con el tiempo.

«En San Pablo, descubrimos que había 25 empresarios interesados en nuestros productos. Y lo mismo pasó en Belo Horizonte. La mayor oferta fue la de un supermercado que nos hizo una propuesta comercial por 30 mil dólares a pagar a 90 días», expresó Chus.

«Insistieron en cerrar el negocio inmediatamente pero nos dimos cuenta de que cumplir con lo que nos pedían era inviable para nuestra PYME por un tema de producción», reconoció la fundadora de Cielos Pampeanos.

«Esta operación implicaba el 200 por ciento de nuestra capacidad productiva por ese entonces con destino al exterior, algo que no es bueno», ilustró.

«A través de una charla con un periodista que luego fue publicada en un diario, el país se enteró de que no podíamos acceder al financiamiento para alcanzar ese objetivo. Ahí la gente empezó a mandarnos e-mails para ayudarnos», describió la empresaria, de manera inocente.

«Más tarde, me llamaron del Banco Nación para saber qué necesitábamos a nivel crediticio, en pos de poder construir una empresa y elaborar el producto», subrayó.

El salto internacional

En otro tramo de la charla, Chus celebró el ingreso reciente la firma al mercado de la Unión Europea y describió cuál es la postura que debe adoptar una PYME para empezar a pisar fuerte a nivel internacional.

«Si uno está convencido de poder lograr algo, todo se conspira para que lo puedas hacer. El ejercicio de abrir mercados te potencia como PYME, para saber qué grado de competitividad tenés y cómo está tu producto», expresó Chus.

«Sabés qué certificaciones le tenés que incorporar al producto para que tenga una validez importante en el exterior. Hay que apoyarse en la ‘Marca País’ que tienen los alimentos argentinos», puntualizó.

Ya alertó: «Las PYMES deben tener planes de negocios adaptados a las circunstancias actuales. A medida que se agranda la empresa, necesitás tercerizarte para operar con otros laboratorios y organismos estatales, para ubicarse dentro de una cadena virtuosa».

«Pudimos tercerizar tres sectores importantes de nuestra empresa en PYMES de mujeres, como son la comunicación, exportaciones y seguridad alimentaria en el proceso productivo», celebró la empresaria, en ese sentido.

«Tenemos una responsabilidad muy grande en el trato directo con los importadores para que conozcan el producto y lo cuiden en sus mercados, Queremos que los alfajores tengan la misma calidad con la que se pueden conseguir en Argentina», concluyó.