Se lanzó empresa de nanobios nacida del hub científico rosarino y se vienen 5 más

Fuente: Ecos 365 – El Hub Bio santafesino se potencia con la llegada de Eureka, firma que contó con financiamiento del programa provincial SF 500. Se proyectan otras 5 empresas más de biotecnología.

El Hub Bio santafesino se potencia con el lanzamiento de una nueva empresa de nanobios en el marco del programa provincial SF500, un fondo de inversión en empresas de base científico tecnológica. Se trata de Eureka, una firma con foco en salud humana que tuvo su lanzamiento oficial este viernes en en la terraza del Instituto de Procesos Biotecnológicos y Químicos Rosario (IPROByQ).

Eureka es una más de las empresas que se suma a desarrollarse en la provincia de Santa Fe y le siguen los pasos los proyectos de Hialos Bio, Imushin, Vikas Bio, BTL (Born to Lise) y Taxon, otras cinco startups que están próximas a lanzarse en región y que también contaron con el incentivo del programa provincial.

Hugo Menzella, director del IPROByQ, se emociona con este proceso de desarrollo de empresas biotecnológicas en un lapso tan corto de tiempo. Hablando con Ecos365 recordó que para el lanzamiento de Keclon les llevó diez años, y hoy una de las tres empresas biotecnológicas más importantes de la región, que desarrolla soluciones innovadoras basadas en enzimas que mejoran el rendimiento industrial y preservan el medio ambiente. 

La firma desarrolló una plataforma patentada para la creación de nanobios dispositivos novedosos y rentables de próxima generación y nanobiomateriales funcionales avanzados. Inspirándose en la naturaleza, aprovechando las herramientas nanotecnológicas y biotecnológicas de última generación y aprovechando un historial comprobado en química, biofísica, nanociencia y biomedicina, nos apasiona brindar soluciones asequibles, personalizables y personalizadas a la masa mercado.

«Hoy estamos celebrando la conformación de Eureka, una empresa que desarrolló una plataforma con la idea de poder generar, en difícil, nanobiodispositivos de próxima generación y materiales polifuncionales, en fácil, tratar de romper las comunicaciones actuales que hay en el ámbito de la biotecnología para poder generar soluciones de impacto global en el mundo de la vacunología, la bícatálisis, a través de la manipulación de las propiedades moleculares de ciertos componentes que nos permiten generar esas soluciones de una manera más económica», explicó Damián Álvarez Paggi, socio fundador de Eureka, cuando le tocó hablar en la presentación que compartió junto con el gobernador Omar Perotti.

El emprendedor consideró que cuentan con una tecnología disruptiva con impacto global en muchas áreas porque su desarrollo permite generar compuestos donde se combinan muchas funcionalidades distintas.

«El secreto de Eureka es que nos permite agrupar distintas funciones de manera que las funcionalidades que se generen aprovechen no solamente la suma de sus capacidades, sino que puedan mejorar sinérgicamente lo que había. Hablamos de la conectividad y es fundamental la articulación público privada para mover este tipo de emprendimientos», sostuvo Álvarez Paggi. 

Eureka contará además con el financiamiento del programa SF 500 del gobierno de la provincia de Santa Fe junto con Bioceres, y diversos actores de la comunidad de innovación santafesina en el marco de la iniciativa que intenta potenciar 500 startups vinculadas a las ciencias de la vida.

Hub BIO

Del evento participó el gobernador Omar Perotti, quien dio su incentivo a la creación de nuevos emprendimientos basados en ciencia, a partir de las políticas de incentivos Públicos-Privado que buscan consolidar el Hub Bio de la provincia de Santa Fe. El mandatario santafesino volvió a remarcar lo estratégico de este sector de alto valor agregado y empleo calificado para la economía santafesina.

El Hub BIO es un Centro Global de las Ciencias de la Vida  presentado recientemente en la Cumbre Federal de Biotecnología por Marina Baima, secretaria de Ciencia y Tecnología de Santa Fe; Javier Lottersberger, de la Universidad Nacional del Litoral (UNL); Leonardo Marrafini, de la empresa Keclon SA y en representación por Rosario y Ezequiel Manavella, del Centro de Innovación Tecnológica, Empresarial y Social (Cites) de Rafaela.

Lanzamiento de Eureka en el IPROByQ.
 

Detrás del plan está un Instituto del CONICET y la Universidad Autónoma de Barcelona que buscan escalar una técnica que ofrecen sistemas proteicos modulares y auto-ensamblantes para la generación de nanomateriales multifuncionales.

De esta forma, Santa Fe se potencia como ruta emprendedora para que el talento y los jóvenes se queden y además demuestra que hoy es atractiva por sus condiciones para recibir inversiones, atraer talento y pionera en el sector de biotecnología que da soluciones a nivel global. 

El IPROByQ: sede de Eureka.

El Instituto de Procesos Biotecnológicos y químicos (IPROByQ) de Rosario, es un instituto modelo que tiene gran impulso en el desarrollo de tecnologías para el Agro, Alimentos y Salud. Ubicado en Ituzaingo y Mitre, en lo que fuera una casa de venta de iluminación en el pasado, en los laboratorios los jóvenes y no tan jóvenes cientíticos respiran emoción.

Al ser consultados por Ecos365, señalan que estos proyectos de empresas ya lanzados tienen en carpeta varios más. La conclusión se que saca al hablar con ellos faltan más científicos, más que fondos de inversión. La experiencia de Keclon, Bioceres y Terragene abrió un escenario distinto para el desarrollo de nuevos proyectos nacidos de los científicos locales, y no sólo en el campo de la biotecnología.  

«Este HubBIO, nuestro Cluster en biotecnología que se constituye, será para acelerar emprendimientos de base científica tecnológica para conectar con negocios internacionales, y desde la provincia vamos a estar acompañando para que nuestro talento joven, para que los científicos, se animen a pegar ese salto y puedan realmente desarrollar tecnologías para mejorar Santa Fe”, remarcó Baima.

El IPROByQ es un espacio que empezó con 40 investigadores y donde se propuso generar un lugar para que las y los investigadores puedan sentirse acompañados se propone llegar a unas 100 personas entre científicos, emprendedores y personal que pueda acompañar con herramientas clave para poner emprender, transferir tecnología y hoy es sede del lanzamiento de la empresa internacional Eureka. 

Una empresa local transforma residuos en combustibles y lubricantes

Fuente: BAE ~ De las casi 41.000 toneladas de basura que Quimiguay trata por año, el 85% es recuperado.

Grupo Quimiguay, empresa de gestión de residuos peligrosos, logra cada año recuperar y reutilizar el 85% de los residuos tratados minimizando su impacto en el ambiente.  

La empresa comenzó a operar su primera planta en Entre Ríos hace veinte años. Luego fue creciendo de la mano del trabajo en equipo, la inversión en nuevas tecnologías y de la búsqueda de soluciones innovadoras. Hoy cuenta con cinco plantas ubicadas en puntos estratégicos del país, seis centros logísticos y una flota propia que garantiza la completa trazabilidad de los residuos.

“Estos 20 años de recorrido nos hacen sentir sumamente orgullosos porque logramos minimizar el impacto de la economía en el ambiente y promover un desarrollo sustentable”, resaltó Pablo Vicino, director comercial del Grupo Quimiguay. “Pudimos encarar muchos desafíos, aprendizajes y obstáculos porque estamos convencidos de nuestro trabajo”, aseguró.

Siguiendo el paradigma de la economía circular, la empresa cumplió con su principal objetivo: de las casi 41.000 toneladas de residuos que tratan por año, el 85% es recuperado y convertido en combustibles y lubricantes, agua para uso industrial y en envases metálicos y plásticos listos para ser reutilizados.

Además, Quimiguay puso en marcha el programa Puertas Abiertas a la comunidad, que está dirigido a escuelas, organizaciones y a la sociedad en general, con el objetivo de dar a conocer la actividad de la empresa y la importancia que tiene para el ambiente. “Tras estar dos años suspendidos por la pandemia, estamos muy felices porque este año volvimos a recibir a cientos de estudiantes y vecinos interesados en conocernos, en preguntar y saber cómo se recuperan los residuos industriales” contó Vicino.

Otra de las iniciativas es el programa ALU -Aceites Lubricantes Usados- a través del cual recolectan, recuperan y reciclan el aceite mineral y lubricante usado de municipios, organismos públicos nacionales, provinciales o sus dependencias. A cambio, entregan plantines de árboles de especies autóctonas para colaborar con la creación de nuevos espacios verdes. 

Tiene una Pyme y el Gobierno no le permite importar insumos: «Frenamos la contratación de más gente»

Fuente: Iprofesional – El desesperado pedido del gerente de Filamtex, una Pyme que produce elásticos y otros insumos para la industria textil y de indumentaria.

El reclamo de Juan Ortega, gerente de Filamtex, es contundente y va más allá de la metáfora. «Si no logramos destrabar el pago de importaciones de extruído de latex, -una goma que se produce en países del sudeste asiático-, no podremos fabricar elásticos para medias, ropa interior, barbijos, camisolines… acá se va a caer todo…» advierte.

«Este es un insumo que no se produce en el país, por lo que siempre tuvo licencia no automática (para importarlo). Desde (la secretaría de) de Producción y Comercio tenemos aprobación de la SIMI (Sistema Integral de Monitoreo de Importaciones) pero el Banco Central no autoriza los pagos«, explica Ortega.

«El mayor problema es la falta de información y la arbitrariedad con la que se maneja el Banco Central. Nos dicen que podemos importar un 15% más de lo que importamos en 2021. Y a nosotros nos da la cuenta porque en 2021 trajimos maquinaria e hicimos una inversión grande pensando en tomar gente y crecer un 35% en capacidad productiva. Pero como no podemos importar insumos, las máquinas están paradas y tapadas con Nylon, y las incorporaciones también están frenadas», lamenta el gerente de Filamtex.

Esta Pyme con planta industrial en Hurlingham fue fundada hace 15 años por Antonieta Lovece y su esposo Eduardo Gieczewski como importadora de insumos para la industria textil, calzado, indumentaria y automotriz. Hace 10 años, empezó a fabricar bienes intermedios y finales. Hoy trabajan allí 30 personas elaborando elásticos, abrojos, tejidos elastizados y también cuenta con una marca propia de ropa interior.

«Nunca importamos bienes finales, porque creemos que la fabricación es lo que crea empleo y valor», apunta Ortega, quien ingresó a la firma desde sus inicios y desde entonces se ocupó junto a los dueños de «remar por las DJAI (declaraciones juradas anticipadas de importación, en la época de Guillermo Moreno al frente de la Secretaría de Comercio), y hoy por las SIMI y las autorizaciones del central para girar dólares y pagar a los proveedores internacionales».

Falta de dólares: remando contra la burocracia

Todos los días, apenas llega a la empresa (y muchas veces antes, desde el celular), Ortega revisa las notificaciones de su banco para ver si le fue autorizado el pago en dólares a los proveedores. La mayoría de las veces se encuentra con una negativa por falta de cupo.

Esta Pyme elabora elásticos, abrojos, tejidos elastizados y también cuenta con una marca propia de ropa interior

«Hago varios intentos por día, a ver si me autorizan unos dólares con cuentagotas. Cuando no conseguimos dólar oficial, vamos al MEP (Técnicamente, el Dólar Mercado Electrónico de Pagos, conocido también como Dólar Bolsa: es el cambio resultante de una compra en pesos y su posterior venta en dólares a través de la compra-venta de bonos). Pero si recurrimos al MEP no nos autorizan el oficial al mes siguiente… y así estamos», cuenta el gerente su saga. «Lo que pasa es que somos una Pyme y no tenemos poder de lobby ni un gran estudio de abogados que nos meta un amparo. Hay empresas importadoras que no producen nada acá y lograron importar mediante amparos judiciales«, despotrica.

«Tengo stock para dos meses, y aunque nos autoricen hoy mismo los pagos a los proveedores, la mercadería va a tardar cinco meses en llegar… Tuvimos que frenar los planes de incorporación de seis personas, eliminamos un turno de trabajo y repartimos a la gente en los dos que nos quedaron para no dejar a nadie sin laburo; una persona se jubiló y no la repusimos, y otro operario joven y con mucho potencial, que formamos acá… se está yendo a España a probar suerte porque no lo pudimos retener», describe.

No hay dólares para los pagos: crece la incertidumbre

Quienes toman las decisiones de autorizar los cupos para importar insumos, muchas veces desconocen la complejidad del proceso productivo que están afectando. «Nosotros viajamos a conocer a nuestros proveedores y a lo largo de los años generamos una relación que hoy es difícil mantener. No podés encargarle insumos y después incumplir los pagos porque no te dan los dólares. La operatoria es pagar el 30% cuando se hace el pedido, para que el proveedor empiece la producción. Eso tarda unos 40 o 50 días y otro tanto tarda el barco en llegar, porque no viene directo a la Argentina, ya que estamos en el fin del mundo y antes va pasando por otros puertos. Veinte días antes de que el barco llegue hay que pagar el saldo. Pero resulta que cuando queremos pagar, nos dicen que no hay dólares. Como no se pueden llevar el cargamento de vuelta, queda en la Aduana, generando más gastos», detalla Ortega con paciencia proverbial.

«No podemos pagar las importaciones al dólar blue», explica ante la pregunta obvia. «Nuestra industria trabaja por volumen y baja rentabilidad, no hay posibilidad de incorporar el costo del dólar paralelo. Pero lo peor de todo es la incertidumbre», lamenta. «Como no sé cuándo voy a poder pagar las importaciones, se hace difícil planificar la producción». concluye.

La pyme que apostó por un producto inédito en Argentina y llegó al mundo

Fuente: A24 ~ Se llama Yumba y se dedica a la comercialización local e internacional de resina para instrumentos musicales. Cómo logró superar una crisis y despegar.

Guillermina Esmoris, dueña de Yumba, describe cómo fue la experiencia de sacar adelante en pocos años a la PYME especializada en la comercialización local e internacional de resina para instrumentos musicales.

«Yumba es una marca de resinas para violines, violonchelos y contrabajos. Es un producto necesario para estos instrumentos porque si no se utilizan estos no suenan», comentó la protagonista de la historia.

Se trata de la única firma del rubro a nivel local, que surgió en 2017 como consecuencia de la pasión de la contrabajista.

La génesis del proyecto

«Todo comenzó cuando empecé a estudiar contrabajo en mi ciudad, en el conservatorio de Bahía Blanca. En la primera clase, mi profesor me alcanzó una cajita de un producto importado de Suecia y me dijo que lo usara siempre antes de tocar», describió Esmoris en el programa Somos Pymes Radio, por Radio La Red AM 910.

«Esta resina de pino me resultó fascinante per se y al investigar sobre el producto en mi casa, me di cuenta de que no había nada como esto que se produjera en Argentina», relató.

«Fue así que encontré la materia prima -llamada colofonia- y me puse a probar con latitas de tomate, combinando fórmulas», mencionó la emprendedora.

«Después de consultar con los expertos de la sinfónica local, en seis meses encontré la manera perfecta de hacer el producto y me decidí a comercializarlo en Argentina», resaltó la creadora de Yumba en el programa.

Y admitió: «Una de las fórmulas que me llevó cinco años de desarrollo, porque es una resina muy especial que se utiliza en el contrabajo y solo se encuentra en esta parte del mundo».

«Este tipo de resina pegajosa (Pops) que todos me reclamaban era mi Talón de Aquiles. Cuando encontré la fórmula adecuada sentí mucha satisfacción y decidí mandarla a Estados Unidos, donde logré que se ponga de moda», destacó.

Atravesar una crisis y lograr el despegue

En otro tramo de la charla, Esmoris se refirió a los inconvenientes que trajo el Covid-19 al negocio y cómo logró sobreponerse a ese obstáculo, con la ayuda del mundo cooperativo.

«El año pasado, en plena pandemia, fue un mal momento para el mundo de la música y también para Yumba. En ese momento, Lionel Paredes (especialista en comercio exterior) me convenció para hacer una nota sobre el tema, que terminó leyendo la nueva gestión de la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio Internacional (AAICI)«, ilustró la empresaria.

«A partir de ahí me hicieron parte del lanzamiento del programa ‘Argentinas al Mundo’; eso me motivó muchísimo y me llenó de fuerzas para seguir adelante. Luego gané el Premio ExportAr y después de eso me empezaron a llover pedidos», exclamó.

Y agregó: «Todo este crecimiento hizo que llegáramos a Canadá -con un contrato de exclusividad por tres años- y a Japón».

«Tomando como ejemplo lo que hace la cooperativa de cosméticos creada por mujeres ‘Maleza’, que tiene un laboratorio grande y hermoso en Villa Lugano, decidí contactarlas y empezar a producir las resinas allí», explicó Esmoris, al describir el momento en el que la firma logró escapar a la crisis.

Impulso de internalización

«La semana pasada logramos hacer el primer pedido para enviar 210 resinas a Australia. Fue una experiencia impresionante, porque Yumba se acomodó a la producción y a la logística de Maleza», puntualizó, en ese sentido.

«Me gustó la idea de tener un proyecto que sea colectivo y genere valor a nivel social, de la mano de tener la posibilidad de exportar», destacó la creadora del proyecto.

«Ahora mi objetivo es llegar a China, que es un buen mercado para Yumba en cuanto a calidad. Actualmente, nuestros principales mercados son Estados Unidos, Corea del Sur y Europa (Alemania, Italia y España)», sentenció.

Y añadió: «Este año logramos entrar a Chile, Singapur, Taiwán, Japón, Rusia y demás países de todos los rincones del mundo».

«Hay muchas herramientas para poder exportar y hay programas que acompañan en este camino arduo. Hay que buscar ayuda en el sector público, como el programa ‘Desafío Exportador’, que abarca a todos», concluyó Esmoris.

En los 90 su negocio se había reducido un 90%, pero hoy crecen y suman nuevos empleados

Fuente: Cronista ~ La autopartista Industrias Guidi había llegado a tener más de 700 colaboradores, pero tras dos décadas de estancamiento del sector en 2001 apenas contaba con 80. La reconversión para proveer a Toyota la impulsó y transformó su negocio.

A fines de los años 90 y tras haber pasado por varias reestructuraciones, Industrias Guidi pasaba por un momento difícil. Atrás habían quedado los años en que esta autopartista fundada por Fernand Guidi en 1960 crecía y sumaba empleados y nuevas unidades de negocios. De los más de 700 empleados que había llegado a tener cuando trabajaban como proveedores del mítico Citroën 3CV, en 2001 apenas quedaban 80 y el futuro no parecía alentador.

Sin embargo, la fortuna tocó a la puerta de la compañía cuando Toyota empezó los planes para instalarse en el país. La japonesa necesitaba un estampador y Guidi, desde su planta en Burzaco -en la que tenía capacidad ociosa-, podía hacer el trabajo.

«Estábamos en una situación difícil y se presentó esta oportunidad. Así que la única opción que teníamos era seguir al cliente en todo lo que nos pidiera», destaca Carolina Castro, directora de Industrias Guidi y nieta del fundador de la compañía.

Durante dos años trabajaron para cumplir los estándares de la automotriz japonesa. Se hicieron revisiones de planta y de procesos para tener todo listo para el inicio de producción de la pickup Hilux en la Argentina.

Nuevo comienzo

«Nosotros nacimos como autopartista y estábamos acostumbrados a tener grandes empresas como clientes. Pero la llegada de Toyota cambió todo. Te cuentan las costillas antes de empezar. Venían con una forma de trabajo completamente diferente a lo que estábamos acostumbrados, así que había que transformar la compañía». agrega.

Lo más difícil fue cambiar la cabeza de la gente. Hubo resistencia interna y muchos empleados que no entendían el camino que se estaba comenzando. «Al final, gente con 30 años de trabajo en la empresa terminó reconociendo que nunca había aprendido tanto como desde que empezamos a trabajar con Toyota», agrega Fernando Castro, director de Guidi.

Una de los principales transformaciones de la compañía fue pasar de pensar la organización como compartimientos estancos en los que cada área funcionaba de manera independiente a concebir a toda la empresa como un equipo. Además, implementaron un proceso de mejora continua similar al de Toyota.

Crecimiento

«A partir de allí comenzamos a crecer a la par del crecimiento del proyecto Hilux. En los últimos años invertimos más de u$s 30 millones e incorporamos más personal. Además, en 2015 abrimos una nueva planta en Zárate», señala Castro.

Todas las inversiones realizadas, agrega, fueron para sostener el crecimiento de la demanda de Toyota. Además, sumaron como clientes a otras terminales como General Motors, Ford y Mercedes-Benz.

«En nuestra historia hubo dos plataformas emblemáticas: el 3 CV y la Hilux. Hoy estamos listos para seguir creciendo y afrontar nuevos desafíos», cierra.

El camino de una PyME que llegó a exportar a EE.UU.

Fuente: MDZ ~ Una empresa metalúrgica y familiar de Caseros, en el partido de Tres de Febrero, conurbano bonaerense, produce hornos, salamandras, cocinas, estufas y parrillas que vende, entre otros tantos destinos, al mercado norteamericano.

Buena representante de las pymes industriales que son el corazón productivo del gran Buenos Aires, Ñuke, que significa “madre” en lengua mapuche, símbolo de calor, comida y fecundidad, comenzó su actividad en 2004, pero curiosamente en un rubro absolutamente distinto. Inicialmente estaba dedicada a la pinturería y artículos de iluminación y luego de algunos proyectos sin éxito, decidió dar un giro y especializarse en productos de calefacción, parrillas y hornos. Durante el pasar de los años fue incorporando cuestiones innovadoras tales como termotanques solares con energía fotovoltaica para así seguir apostando a lo renovable.

Ese giro en el cambio del negocio se inició cuando la coordinación del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTA) en la región patagónica detectó las pésimas condiciones de calefacción que existían en su zona de influencia. Las comunidades mapuches, cuando cocinaban o calefaccionaban dentro de sus viviendas, se intoxicaban con el humo. Por esta razón, garantizan el trabajo con tecnologías que permiten mantener el ritual del fuego, pero aprovechando al máximo el rendimiento de la leña y minimizando a su vez las emisiones contaminantes.

Es muy interesante saber que todas sus líneas de producción tienen un rendimiento del 75% debido a que poseen dos cámaras de combustión que actúan de manera independiente con revestimiento interno de material refractario e inyección múltiple de aire para combustión.

En mi visita a la fábrica, he comprobado que en Ñuke se reinventan permanentemente. Al día de hoy, por ejemplo, están planificando una línea vinculada a la vida al aire libre y al camping que contempla fogones muy fáciles de llevar tanto en una mochila como en el baúl de cualquier auto.

Como pasa generalmente en cualquier pyme argentina, Ñuke también goza de una interesante historia familiar ya que la empresa fue fundada por Jorge Dartiguelongue, economista y un relevante deportista que participó de la primera gira del seleccionado nacional de rugby a Sudáfrica en 1965 que daría nacimiento al nombre Los Pumas. Es ahora su hijo Marcos, también fanático de la ovalada, quien lidera esta empresa que se sigue destacando por la calidad e innovación de sus productos que vende alrededor de trece mil unidades anuales y emplea cerca de cien personas. 

Además de abastecer el mercado interno, la gran novedad y logro es que pudieron vender sus productos al exterior: exportan un 30% y están permanentemente atentos a abrir nuevos mercados. De hecho, días atrás enviaron contenedores de su parrilla Delta a los Estados Unidos, en donde fue elegida por la prestigiosa revista Forbes en el año 2020 como el mejor Grill del año. También Australia aparece como nuevo mercado a donde están enviando un producto de parrilla eléctrica.

Es muy sorprendente esta anécdota que me compartió Marcos. En un festival de barbacoas en Dallas, estado de Texas, Estados Unidos, fueron a presentar sus parrillas y afortunadamente vendieron todo el stock disponible e incluso más, porque también vendieron la parrilla con la que hicieron la demostración al asar unos chorizos. Curiosamente, un interesado cliente esperó hasta que terminara el evento y  se enfriara la parrilla para luego comprarla.

Por último, quiero compartir algunos números de Ñuke que demuestran su crecimiento y que me llena de orgullo. Desde el año 2017 hasta hoy pasaron de tener treinta y tres empleados a alrededor de cien, entre operarios y administrativos.

Además, exportan desde Tres de Febrero a Latinoamérica: Uruguay, Paraguay, Bolivia, Chile, Perú y Brasil. También están en los mercados de Estados Unidos y Canadá. En Europa -Holanda, Alemania y Noruega- y Oceanía -Nueva Zelanda y Australia-. En conclusión, crecieron en exportación en un 120% sin descuidar el mercado interno ya que en el año 2017 fabricaban alrededor de tres mil quinientos productos y en 2021 fueron trece mil. Este año esperan llegar a más de quince mil productos Ñuke.

En una economía que muchas veces privilegia al asistencialismo por sobre la producción, el testimonio de esta pyme argentina nos demuestra una vez más que la salida de esta crisis es con esfuerzo y cultura del trabajo, es a través del acompañamiento a quienes apuestan, se arriesgan, invierten y crean empleo.

Una pyme argentina se convirtió en la primera planta de yogures veganos de América latina

Fuente: Cronista – A través del desarrollo de la biotecnología, Crudda -QU S.A.- utiliza bacterias aptas para consumo vegano para fermentar yogures. Gracias al Régimen de Promoción de Biotecnología Moderna de la Secretaría de Economía del Conocimiento recibió beneficios fiscales por $6 millones para aumentar su producción.

La pandemia trajo consigo una tendencia cada vez mayor a alimentarse de manera saludable y cuidar tanto la salud física como la emocional. Así, se generó un auge del veganismo y de la alimentación plant based, que continúa creciendo hasta el día de hoy y que genera una gran demanda de productos naturales con ingredientes hasta entonces no tan conocidos.

Unos años antes, en 2016, Pablo Turek y su socia Daniela Dagatti, comenzaron a vender yogures veganos artesanales a base de leche de coco en el mercado Sabe la Tierra de la calle Florida, CABA, que preparaban ellos mismos en su casa. En ese momento, el público lo recibió muy bien y se generó un boca en boca que los ayudó a instalarse en el mercado.

Durante el primer año, producían alrededor de 1000 yogures al mes, número que empezó a crecer rápidamente hasta que alcanzaron su capacidad de producción máxima.

Crudda tiene como objetivo duplicar su producción de yogures y alcanzar las 250 mil unidades por mescon una nueva línea que incorpora otra tecnología

En 2018 hubo una explosión de la tendencia de alimentación saludable que se vio aún más favorecida con la pandemia y que provocó un aumento de las ventas. En ese momento, vieron la posibilidad de expandirse e invirtieron en nuevas máquinas. Así se convirtieron en la primera planta de yogures veganos de América latina que actualmente produce 120 mil unidades al mes y tiene 25 empleados.

«Daniela es chef y a raíz de un tema de salud optó por un abordaje de su problema a través de la alimentación. Entonces tomó un curso con Matthew Kenney, un chef muy renombrado del mundo plant based, e hizo un trabajo práctico sobre fermentos en bases vegetales que después derivó en los yogures a base de leche de coco», contó Pablo Turek.

Pablo Turek y su socia Daniela Dagatti crearon Crudda, que apela a la biotecnología para potenciar los beneficios del procedimiento milenario de la fermentación de bacterias aptas para consumo humano y vegano

A través del desarrollo de la biotecnología, Crudda -QU S.A.- utiliza bacterias aptas para consumo vegano para fermentar los yogures. «A veces las cosas simples son las más complejas. En un procedimiento milenario como la fermentación, nosotros usamos bacterias especiales que traemos de Italia que son específicas para fermentar yogures veganos y que no tienen ningún componente animal. De esa manera trabajamos con organismos vivos», agregó.

Gracias al Régimen de Promoción de Biotecnología Moderna de la Secretaría de Economía del Conocimiento -que depende del Ministerio de Economía de la Nación-, Crudda -QU S.A.- recibió beneficios fiscales por $6 millones para aumentar su producción

La devolución anticipada del IVA sobre los bienes de capital adquiridos, la amortización acelerada del Impuesto a las Ganancias y el asesoramiento para alinearse con estándares de calidad, fueron algunos de los beneficios más importantes para lograr su expansión.  

Gracias al Régimen de Promoción de Biotecnología Moderna de la Secretaría de Economía del Conocimiento, Crudda -QU S.A.- recibió beneficios fiscales por $6 millones para aumentar su producción. 

Actualmente, Argentina es uno de los 20 países con mayor cantidad de empresas dedicadas a la biotecnología que generan más de u$s 2 mil millones al año. Este sector, además, comprende un entramado económico de alto valor agregado que posiciona a nuestro país entre los estándares más altos de desarrollo.

A principios de septiembre, el Congreso de la Nación extendió la vigencia del régimen hasta 2034 e incorporó a la nanotecnología con la sanción de la Ley de Promoción del Desarrollo de la Biotecnología Moderna y Nanotecnología, impulsada por la Secretaría de Economía del Conocimiento.

«Nuestra misión es producir alimentos saludables», remarcó Pablo Turek. Para fin de año, Crudda tiene como objetivo duplicar su producción de yogures y alcanzar las 250 mil unidades por mes con una nueva línea que incorpora otra tecnología. Esta pyme ubicada en Villa Martelli, Vicente López, también comercializa otros productos como quesos a base de castañas de cajú y granola de trigo sarraceno germinado.

La historia del creador de las hamburguesas que saltaron de Boedo al mundo

Fuente: A24 ~ Daniel Cocchia, fundador de La Birra Bar, reveló cuáles son los secretos para alcanzar el éxito, en base a sucesivos contratiempos y obstáculos que tuvo en el camino.

Sí señores. La mejor hamburguesa de Estados Unidos es Argentina. La principal creación de Daniel Cocchia, fundador de La Birra Bar, recibió ese premio en el South Beach Wine and Food Festival 2022.

Se trata del evento anual organizado por The Food Network, en la ciudad de Miami, Florida.

El producto recibió la mayor calificación entre las 65 mil personas que concurrieron a la cita que se realiza desde hace más de 20 años.

Allí se presentan en su mayoría hamburgueserías estadounidenses, que suelen llevarse el galardón principal del concurso llamado Burger Bush.

Hacer la diferencia

La historia de este emprendedor argentino comenzó hace tres décadas en CABA, en el seno de su familia. Y el camino recorrido es sinónimo de términos como calidad, resiliencia, voluntad y experiencia.

En una entrevista con Gonzalo Otalora, Cocchia reveló cuáles son los secretos para alcanzar el éxito, en base a sucesivos contratiempos y obstáculos del camino.

«La historia comenzó en 1992, cuando mis padres abrieron una rotisería en el barrio de Boedo. De chico me di cuenta de que me gustaba todo el tema de la cocina. Esa fue mi escuela en lo que tiene que ver con la gastronomía», afirmó el empresario gastronómico.

«En octubre del 2001 se dio la posibilidad de alquilar el negocio de al lado, que siempre fue mi sueño, y fue así que comenzó La Birra Bar», resaltó.

«En el primer local le dábamos de comer a la gente que trabajaba en la zona. Los primeros meses fueron muy duros y había una incertidumbre total. Unos meses después (Fernando) De la Rúa se fue del Gobierno», graficó.

Cocchia proviene de una familia de gastronómicos que atravesó varias crisis. Su padre tiene una rotisería en San Juan y Avenida La Plata desde 1992.

En 2001, se creó el emprendimiento llamado La Birra Bar. Y en 2014 idearon la hamburguesa que luego se convirtió en un éxito.

El plan de abrir un local en Miami surgió por un viaje que la familia hizo a Estados Unidos en 2018. Tres años después lo hicieron realidad.

Actualmente tiene 13 locales entre CABA y GBA. Pronto sumarán cinco locales en Madrid y uno más en Portugal.

«En 2001 invitábamos a amigos para que se quedaran en el local la mayor cantidad de tiempo posible, y que no parezca que estaba vacío. Era muy difícil vender algo. La cosa estaba muy complicada», recordó Cocchia.

«Al principio no había hamburguesas gourmet como hoy las concebimos. El plato del día eran unas albóndigas italianas aplastadas sobre un pan», ilustró el emprendedor.

«Todo cambió cuando nos empezamos a interesar por el café de especialidad, que no era una moda en CABA. Con mi esposa hicimos un curso y nos transformamos en baristas», resaltó.

Y subrayó: «A través del café de especialidad notamos que había muy buen público en el almuerzo pero también en el desayuno y la merienda. Reeducar el paladar de nuestros clientes nos permitió tener un colchón muy grande de público y nos dio más soltura para ir hacia adelante de acuerdo a las ideas de futuro».

Innovación y empuje

Con una década de aprendizaje en el lomo, Cocchia descubrió otro camino alentador en el mundo de la gastronomía.

«En 2012 se me metió en la cabeza la idea de las hamburguesas porque me pareció que era algo sencillo de hacer. Lo hice y el resultado fue pésimo. De ahí empezó el capricho de lograr hacer lo que quería», rememoró.

«Un día me cansé de hablar con panaderos y empecé a experimentar con la masa. Cuando los clientes nos empezaron decir que les gustaba ese pan nos movimos a desarrollar el resto del producto. Allí se empezó a generar un mundo de influencers sobre nuestra hamburguesa», reflejó.

«El recorrido que tuve hizo que fuera relacionista público, tener que pagar sueldos, me exigió cocinar y atender a los clientes, y tratar con proveedores. Pasé por todos los puestos de la empresa», admitió el creador de La Birra Bar.

El apoyo de la familia

Sobre las barreras que le puso el destino en todos estos años, el empresario puntualizó: «El peor momento fue cuando la persona que nos alquilaba el local decidió venderlo. Eso nos obligó a comprar el local gastando todo lo que teníamos, que era una propiedad».

«La mentalidad siempre fue positiva y nunca pensamos que este proyecto nos podía salir mal, pese a que tenía chicos chiquitos en ese momento. La remamos y salimos adelante», celebró.

«Fue satisfactorio ver como la gente empezó a hablar de nuestro producto. Las personas se movían de otros puntos de Buenos Aires para probar nuestro producto ‘perfecto’», expresó el entrevistado.

En ese sentido, sentenció: «Siempre tuve claro que la meta era tener el mejor producto. Cuando sentí que lo tenía, vi como se precipitó el negocio cuando explotó la birra».

«En ese tiempo surgió el término de ‘Templo’ para nuestra hamburguesería, porque la gente peregrinaba para visitarnos y esperaba tres horas para consumir el producto. Fue así que decidimos tener otro local para poder abrir de noche», contó Cocchia.

«La base de nuestro proyecto fue la familia, 100 por ciento. Todo lo producimos nosotros y eso es fundamental, Hay que rodearse de las personas adecuadas en el momento correcto», aseveró el emprendedor.

«La perseverancia nos llevó a seguir adelante con el centro del negocio, que es nuestro producto. Los clientes nos agradecen por la pasión que le ponemos», concluyó.

La historia de la PYME argentina que creó una tecnología inédita en el mundo

Fuente: A24 ~ Guadalupe Murga y Manuel Sobrino cruzaron conocimientos científicos e innovación para crear un proyecto biotecnológico. Detalles de una start up que no para de crecer.

Hace unos años, Guadalupe Murga y Manuel Sobrino unieron fuerzas y lograron utilizar sus conocimientos científicos para concretar un proyecto innovador.

Se trata Sylvarum, la firma que logró hackear el metabolismo de las plantas mediante un sistema que permite múltiples beneficios como acelerar su crecimiento y mejorar su rendimiento.

En 2021, la startup obtuvo el primer premio en la categoría «Idea Negocio» de la competencia Naves Federal, organizada por el Banco Macro en conjunto con el IAE Business School.

Asimismo, lograron el apoyo de GridX, una aceleradora internacional de empresas biotecnológicas. Y ganaron un viaje de formación al polo de emprendedurismo en Israel.

En una entrevista con A24.com Pymes, Guadalupe Murga, Chief Technology Officer (CTO) de Sylvarum, contó cómo esta PYME argentina logró traspasar las barreras del camino y destacarse en un novel terreno para la ciencia global.

Base del proyecto

«Somos una startup de base biotecnológica que mejora el rendimiento de los productores hidropónicos, hackeando el metabolismo de sus plantas», explicó la experta.

«Nuestra misión es impulsar una matriz productiva de cultivos que asegure un futuro más sustentable y resiliente», subrayó la ingeniera biomédica de la Facultad de Ciencias Exactas y Tecnología de Tucumán.

Murga ganó la beca de la Fundación Botín en el año 2019, mediante la cual viajó a una serie de países durante casi dos meses.

Fue becaria del Instituto Balseiro de Bariloche, de la Fundación YPF y viajó a Nuevo México en Estados Unidos con la Beca Fulbright.

Tras su experiencia en la Universidad Nacional de Tucumán, Sobrino, cofundador y CEO de Sylvarum, trabajó en una pasantía dentro de un fondo de inversión en Londres.

Retornó al país en el año 2016, momento en el que comenzó a explorar la hidroponia. Luego sumó al proyecto como «advisor» científico a Gustavo Martos.

Los tres utilizaron su capacidad emprendedora para sacar adelante una idea que al principio parecía imposible.

«Sylvarum surgió a partir de la inquietud de Manuel (CEO de la compañía) que, como productor hidropónico, deseaba dar respuesta a muchas problemáticas de este nuevo sistema productivo tan prometedor», explicó Murga a SOMOS PYMES.

«La idea comenzó a gestarse hace ya varios años, pero empezamos a trabajar formalmente en el proyecto en marzo de 2021, cuando ambos renunciamos a nuestros trabajos y decidimos dedicarnos 100% a hacer crecer este sueño», relató.

Y precisó: «Comenzamos trabajando en un pequeño prototipo casero para validar el concepto científico. Al obtener resultados prometedores decidimos ampliar nuestras granjas verticales hasta alcanzar dimensiones 7 veces mayores a las iniciales».

Alcances del descubrimiento

Con esta metodología «podemos hackear el metabolismo de las plantas aprovechando su sensibilidad ante estímulos eléctricos y magnéticos presentes en el entorno», indicó la experta.

«El sistema consiste en un generador de pulsos que actúan directamente sobre el entorno de crecimiento de las plantas. Al entrar en contacto con ellas, se producen respuestas electrofisiológicas que mejoran su rendimiento», ilustró Murga.

Respecto de la finalidad de la iniciativa, la CTO de Sylvarum indicó que el «El hackeo metabólico de precisión abre las puertas a un gran número de beneficios».

«Estamos trabajando en acelerar el crecimiento de las plantas, pero también vamos a trabajar para mejorar sus defensas e influir sobre su composición química, de esa forma podemos mejorar sus capacidades nutricionales».

«Se trata de una tecnología absolutamente novedosa. En el mundo hay líneas de investigación que trabajan sobre electrofisiología vegetal, pero no existen al día de hoy aplicaciones similares implementadas a nivel comercial», enfatizó la especialista.

Día a día de la startup

Según Murga, la empresa se encuentra en un estadio de desarrollo de la tecnología, por lo tanto, todavía no tiene clientes.

«Técnicamente por ahora Sylvarum ‘ES UNA PYME’, con miras de crecer rápida y exponencialmente», expresó en ese sentido.

«Con nuestra tecnología vamos a mejorar los rendimientos de sistemas hidropónicos, para que sean realmente competitivos en productividad y puedan imponerse a nivel local, regional y mundial», afirmó la experta.

«La democratización de estos sistemas va a hacer posible el acceso a más y mejores alimentos, lo que nos permitirá hacer frente a algunas de las grandes problemáticas que enfrentamos como humanidad«, concluyó.

Pyme local de fertilizantes prepara desembarco en Brasil

Fuente: Ámbito ~ La firma Kioshi Stone comenzará exportar en breve sus productos desarrollados a partir de la nanotecnología al país vecino. Un segmento de negocio clave en la generación de divisas.

La empresa argentina Kioshi Stone que ofrece una línea de fertilizantes formulados a partir de nanopartículas minerales de altísima pureza, que aseguran una fertilización balanceada de los cultivos, tiene todo listo para desembarcar en las próximas semanas en el gigante negocio agrícola de Brasil. Es que esta pyme local, comandada por el empresario Gabriel Lema, ya recibió la aprobación para comenzar a comercializar sus productos de alta tecnología en el país vecino. “Las proyecciones que tenemos a partir de este desembarco son inmensas. Venimos trabajando desde hace años en ensayos a campo y finalmente en las próximas semanas iniciaremos con la exportación de tecnología argentina desarrollada a partir de la nanotecnología. Actualmente nuestro principal foco está en el mercado local pero creemos que en la medida que se comiencen a vender nuestros productos en Brasil, la balanza se irá inclinando hacia las exportaciones”, detalló en diálogo con Ámbito Gabriel Lema, presidente de Kioshi Stone.El portfolio de le empresa está integrado por más de 17 productos pensados para diferentes requerimientos y ambientes, entre ellos se destacan MIST N, MIST Zn y MIST P.a. En este marco Lema explica: “Trabajamos con nanotecnología mediante la cual se obtienen fertilizantes de alta tecnología que permiten aumentar la eficiencia de los nutrientes y que en un contexto de escasez de fertilizantes son una solución y por ende altamente requeridos. Además, entre los beneficios que aporta la nanotecnología, se encuentra el manejo de bajas dosis y la reducción de los costos de flete, ya que se optimiza la logística. Esto deriva en una disminución de la huella de carbono del proceso de fertilización”.Los productos de Kioshi Stone son los que comúnmente se denominan en el mundo de la tecnología agropecuaria como de especialidad, es decir que están dirigidos a ciertos requerimientos o cultivos. Lo cierto es que por lo pronto, los fertilizantes de la firma no están orientados solo a trigo, maíz, soja o girasol sino que también pueden aplicarse en diversos cultivos de economías regionales.Los planes a futuro de la firma son continuar creciendo. Desde hace cinco años exportan sus productos a Paraguay y Bolivia y, además de Brasil, en el corto plazo sumarán más mercados como Uruguay, Chile y Perú. “Los productores de la región están cada vez más y mejor tecnificados por eso el camino de expansión que estamos proyectando tanto local como internacionalmente es muy grande. Entendemos que ofrecemos una tecnología muy innovadora que puede hacer la diferencia en los planteos productivos. Además, con nuestra mirada puesta en el mercado exportador también orientamos a convertirnos en un generador de divisas del agro pero de la mano de la investigación y desarrollo y productos desarrollados en la Argentina”, cerró el empresario.