Fuente: Perfil ~ Se trata de evitar el juego de suma cero, para lograr que todas las responsabilidades que se asuman sean en favor de un propósito y que se puedan alinear en todos los órdenes de la vida.
Todas las organizaciones sufren un momento de estrés cuando tienen que cambiar para adaptarse al contexto, lo quieran o no. Significa soltar lo viejo, lo conocido y lo que da resultados y requiere tener el coraje de aceptar lo desconocido y abrazar la incertidumbre.
Desprenderse de los hábitos y de las formas en que se hacen las cosas es el primer paso para que esa transición hacia lo nuevo sea exitosa.
Transformarse es una de las principales tareas de la organización, que cada vez requiere hacerse con mayor velocidad y frecuencia. Si bien no impacta en la historia ya escrita y no amenaza sus raíces ni sus valores, puede llegar a derivar en el cambio de su cultura, su modelo de negocio y su gente, lo cual es rechazado inicialmente por dueños, accionistas y directores.
Parece que la transformación ahora es algo natural pero es un proceso difícil, tiene que ser planificado y exige asumir pérdidas, tan duras como necesarias. Los protagonistas son ni más ni menos que las distintas generaciones que saldrán y las que ingresan, dándole forma al recambio general que las organizaciones también deben realizar.
Los jóvenes y el nuevo liderazgo
Los jóvenes tienen otras prioridades y se manejan de otro modo respecto de su vínculo con el trabajo. Ya no van a trabajar toda la vida en un sólo empleo y posiblemente tengan más de un empleo a la vez, con múltiples jefes y proyectos.
Hoy quieren evaluar la reputación de la marca empleadora de la empresa en la que trabajan, el impacto que tiene en el medioambiente y que valores defiende, no sólo respecto a sus clientes o allegados, sino en cómo trata a cada actor de su ecosistema, por más alejado que se encuentre del negocio.
El nuevo liderazgo va a exponer nuevos entornos de trabajo, con otras miradas sobre el género y la igualdad de oportunidades, así como con el equilibrio entre la vida personal y la laboral. Seguramente empiecen a surgir conceptos como la armonía por sobre el equilibrio, pensando en que las nuevas generaciones puedan dejar de tener que neutralizar aspectos negativos con positivos.
Se trata de evitar el juego de suma cero, para lograr que todas las responsabilidades que se asuman sean en favor de un propósito y que se puedan alinear en todos los órdenes de la vida. Para las empresas exigirá flexibilidad, mayores beneficios, programas de desarrollo reales y oportunidades adaptadas para cada colaborador.
Adaptarse a los tiempos actuales no va a ser una opción sino que va a ser la única alternativa, con todos sus matices incluidos. Sólo así las empresas van a poder realizar el recambio generacional que el contexto les exige.
* Co-founder & COO en High Flow