Fuente: Cronista ~ Cambio tecnlógico, sustentabilidad, políticas de género. Los empresarios pymes necesitan ponerse a tono con las demandas sociales y de negocios del siglo XXI. Cuáles son las claves.
En un contexto de cambio permanente y en un mercado que avanza tán rápido, contar con habilidades de liderazgo adaptativo es una obligación. Y, si bien no existe una mentalidad que garantice el éxito, es posible que aquéllos líderes que logren entender el cambio de contexto obtengan mejores resultados.
Pero primero, habría que definir qué es el éxito para una empresa porque «ganar dinero o innovar no son lo mismo», dice Máximo Paz, decano de la facultad de Ciencias de la Educación y Comunicación de la Universidad del Salvador.
También hay un problema «si el éxito es la meta», dice Diego Ortega, vicepresidente de Pullmen porque más bien de lo que se trata es de que «nuestra empresa tenga continuidad».
Según la consultora Olivia, un líder exitoso es aquél que toma ventaja competitiva y que no cae en una posición netamente defensiva a través de un Crisis Mindset, el modelo mental que las organizaciones y ejecutivos exitosos logran frente a un contexto de cambio o crisis.
Sin embargo, ese cambio de mentalidad parece no haberse consolidado de lleno, todavía, en el universo pyme nacional dónde las estadísticas demuestran que «de las más de 650 mil registradas en el país, lo que más se nota en la mayoría de ellas es la necesidad de incorporar herramientas de gestión que permitan llevar adelante la empresa con mayor previsibilidad», señala Mario Casaco, director ejecutivo del CDPymes de UCEMA.
Para comenzar a recorrer el camino de cambio de capacidades o upsklilling, la proactividad juega un rol fundamental. «Antiguamente ante procesos de crisis decíamos que aparecían polaridades o comportamientos negativos como la parálisis por análisis pero en la práctica hemos observado que aquellas compañías que ganan porción de mercado o que capitalizan oportunidades tienen un approach proactivo al que denominamos movimiento continuo», cuenta Ezequiel Kieczker, socio de Olivia.
Entornos tecnológicos y sustentables
Hasta hace un tiempo, explica Martín Yechua, director ejecutivo de ADIRAS, «se hablaba del mundo VUCA, cuyas siglas derivan de las palabras en inglés volatility (volátil); uncertainty (incierto), complexity (complejo) y ambiguity (ambiguo)».
Sin embargo, ese concepto parece obsoleto en un mundo que resulta cada vez más difícil de entender y «fué entonces en ese momento en el que comenzamos a oír acerca del mundo BANI: brittle (frágil), anxious (ansioso), non-lineal (No lineal) e incomprehensible (Incomprensible)», agrega.
Y esto es porque vivir en un mundo conectado hace que las fragilidades repercutan como un efecto cascada en todo el mundo, una condición de fragilidad que puede reflejarse en el riesgo de quebrar una empresa tan sólo en algunos meses. Los entornos en los que estos dueños de empresas deben desarrollar nuevos mindsets «son entornos abiertos a los cambios, sin miedo a la innovación y dónde permanentemente se buscan nuevos caminos para fortalecer el propio negocio y hacerlo crecer», cuenta Carla Pitiot, vicepresidenta del Banco Argentino de Desarrollo (BICE).
Es claro que, en este crecimiento «los avances tecnológicos, la igualdad de oportunidades y las cuestiones medioambientales y de género juegan un papel muy importante porque se trata de valores que redundan en una mejora sustantiva de los rendimientos comerciales», agrega.
De hecho, un informe de la OIT en el que encuestaron a empresas de todo el mundo señala que más de la mitad coincide en que las iniciativas de género mejoran los resultados comerciales.
«Los dueños de las pymes tienen que entender que un tema como la sustentabilidad aplicada a todos los aspectos de la empresa tanto en la venta de productos como internamente ya no es una cuestión exclusiva de las grandes empresas y que no puede ser utilizada sólo como una estrategia de marketing», afirma Martín Yechua.
La transformación digital atraviesa a organizaciones de todos los tamaños y a todas las áreas y por eso, «en algún punto, casi todas las empresas son una empresa de tecnología, sin importar a qué industria pertenece», dice Constanza Quiñones, Directora de Recursos Humanos de SAP, para quién el entorno en el que los dueños de empresas están cambiando su mindset es «sin dudas, un entorno tecnológico con la innovación como punto focal, pero que brinda mucha importancia a la sostenibilidad».
Según un estudio que realizó la compañía de software, en Argentina, el 74% de las empresas cuenta con una estrategia de sostenibilidad ya implementada y el 39% de los ejecutivos consultados planea incrementar su presupuesto con respecto a lo invertido en 2021.
Empáticos, eficientes y permeables a los cambios
El mercado actual exige «una mirada holística de la actividad», señala Máximo Paz. Por ello, «más allá de las herramientas financieras y de management en general, también «resultan indispensables las habilidades blandas asociadas a las competencias gerenciales como comunicación, liderazgo y auto-motivación», dice.
Carla Pitiot, cree que «las dos habilidades que son fundamentales hoy en día son la flexibilidad y la creatividad además de la implementación de tecnología que «permite mejorar procedimientos y utilizar mejor los recursos con los que ya cuentan las empresas».
Con una mirada más enfocada en las necesidades de los usuarios, Demian Czumakiewicz, cofundador de la startup MascotaMas destaca que «los dueños de pequeñas y medianas empresas tienen que incorporar metodologías ágiles, poder adaptarse al cambio y tener mucha cintura para mutar rápidamente a fin de cumplir con la demanda».
Para Ezequiel Kieczker las habilidades que deben desarrollar los dueños de pequeñas y medianas empresas son «la agilidad en el aprendizaje, la capacidad de detectar las oportunidades en contextos cambiantes, la de mantenernos en movimiento con cierta flexibilidad y no caer en la parálisis que produce el exceso de análisis, para poder desarrollar la resiliencia como plafón emocional y soportar así las vicisitudes de la macro Argentina y de la globalidad en general».
Formación para desarrollar la nueva mentalidad
Los dueños pymes muchas veces toman sus decisiones en soledad. Por eso, es necesario el acompañamiento y la «participación en determinadas organizaciones o cámaras que le permiten compartir decisiones a través de lo que yo llamaría un directorio virtual», dice Mario Casasco.
Demian Czumakiewicz, también valora el aporte del networking: «hay que rodearse de pares y personas que hayan transitado un camino similar porque eso te potencia en un 100%; también es muy beneficioso conseguir un buen mentor o advisor que brinde herramientas y consejos para guiarse y saber qué camino tomar».
Si bien existen muchos programas, posgrados y grupos de trabajo que pueden profesionalizar y mejorar las habilidades de un dueño pyme, «hay una característica que no se consigue en ningún curso o manual y que es fundamental: el espíritu emprendedor», dice Santiago Rey Valzacchi, gerente general Grupo Procrearte para quién emprender «es una habilidad innata que no se aprende en ningún lado».
Tanto desde las universidades, las consultoras y las instituciones del tercer sector, la oferta para adquirir estas nuevas herramientas es variada. «Los métodos que aportan disciplinas como lean management o cultura agile, o bien intrapreneurship o entrepreneurship permiten al dueño pensar out of the box, es decir, salir un poco de la operación para pensar la empresa de forma estratégica», explica Diego Ortega, vicepresidente de Pullmen.