Fuente: La Nación ~ En un acto en el Senado, Esteban Wolf fue uno de los oradores que dejó a todos los presentes atónitos por su sentido mensaje.
El lunes, en el Senado de la Nación, se llevó adelante un evento para celebrar el Día Internacional de las Pymes (Pequeñas y Medianas Empresas) en el que un empresario argentino dio un emotivo discurso: pidió al Gobierno que mejore las condiciones para que no tengan que irse él o sus hijos de la Argentina.
En el acto, en el Salón Azul, que fue organizado Comisión de Economías Regionales, Economía Social y Pymes del Senado de la Nación, y del que participó el secretario de la Pequeña y Mediana Empresa y los Emprendedores de la Nación, Guillermo Merediz, Esteban Wolf fue uno de los oradores que dejó a todos los presentes atónitos por su sentido mensaje.
El mensaje completo de Wolf:
Buenas tardes, gracias a la senadora Jiménez por invitarme y gracias por la conversación que tuvimos telefónica donde le pregunté que tenía que decir y si podía hablar libremente y me dijo que sí.
Soy Esteban Wolf vengo como empresario, como emprendedor Pyme. Soy dueño de una fábrica de helados, exportó a tres países y tengo que decirles que sufro a la argentina desde los 15 años. Trabajo de los 15 años y me tocó de los 18 mantener a mi familia.
Soy nieto de inmigrantes. Mis abuelos vinieron de Europa. Formaban parte de aquellos italianos, españoles, polacos o alemanes que vinieron a la argentina a soñar con un futuro mejor. Ellos decían que venían a hacerse la América. De Argentina todo el mundo decía que era granero del mundo. Se decía que era la cuna del trigo, el maíz, la soja y ahora el gas y el litio.
Mis abuelos trabajaron toda su vida y me dejaron ese legado: La demostración del trabajo, del esfuerzo de levantarme todos los días, de salir a laburar, de ganarme el mundo para mí para mis hijos y soñar con mis nietos.Me enseñaron la cultura del trabajo.
Uno de ellos, el viejo de mi vieja, tenía una fábrica de carpetas escolares. Las que usábamos cuando éramos chicos, las negras comunes. No era rico, ni millonario. Me asombraba siempre hace de la tarde cuando volvía de su laburo y el orgullo que tenía era darle trabajo a diez personas. Era lo único, no tenía ni siquiera auto. Mi abuelo tenía una Pyme.
Es el mejor resumen de una Pyme. Un emprendedor, un laburante con un sueño, un objetivo y dispuesto a darlo todo por ese sueño. Los emprendedores y estamos dispuestos dando todo. Apostar todo el capital que tenemos: el tiempo, el tiempo con mi familia, con mi mujer, con mis hijos, los ahorros, todo.
Contratamos gente y más gente todos los días. Armamos fábricas, vamos para adelante y no paramos. Jamás cobré un aguinaldo. Trabajo en el verano desde los 12 años y, como les dije, trabajo desde los 15 años en forma independiente. Jamás cobré un aguinaldo. Jamás me pude tomar más de 14 días de vacaciones. Tengo 49 años y más de 30 trabajando. Hagan la cuenta, me correspondería como siete meses de vacaciones.
Seguimos trabajando. Los emprendedores, las Pymes, planificamos el futuro los próximos seis a diez años sin mirar quién es el Ministro de Economía de turno, Tampoco miramos de qué bandera o color político es el presidente de hoy. Miramos mucho más allá de eso, seguimos adelante.
¿Por qué les digo esto hoy? Porque las pymes, como acaban de decir, abrimos las persianas todos los días apostando para crear y creer en este país y seguir creciendo. Somos el 95 por ciento de la economía de la Argentina. Generamos más del 65 por ciento de los puestos de trabajo, pero lamentablemente sufrimos a la Argentina todos los días.
Los problemas con los que lidia una Pyme son increíbles. Les puedo nombrar varios de los que ya dijeron: presiones tributarias, problemas sindicales con que algunos que bloquean ciertas plantas, faltantes de insumos, problemas de logística son el gasoil. Mis camiones, la semana pasada, no pudieron ir al norte a entregar los helados. Cargas sociales, cada empleado que contratamos cuesta un 50%, más la industria de los juicios laborales.
La semana pasada me tocó discutir con un juez laboral de la nación. Tuve un empleado por un año. Mi empleado, el año pasado, cobra 50 mil pesos por mes y el juez me explicó que la indemnización que yo tenía que pagarle era de 2 millones de pesos por un año de trabajo. No hay Pyme que exista y que sobreviva con los juicios y con la industria de juicios laborales. Eso es la argentina.
Les puedo contar también de organismos obsoletos. Lo nombraron hoy. El Senasa (Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria). Uno de los organismo más obsoleto de la Argentina que funciona con la ley de 1974. Cada vez que tengo exportar un helado, tengo que pedirle permiso al Senasa y hacer, aproximadamente, 17 trámites para exportar y pagar, digamos, peajes para poder hacerlo. Tengo que ir a los laboratorios del Senasa y hacer trámites que se duplican a los que tengo que hacer en otros países. Les cuento esto porque tengo la convicción de que vamos a ir adelante.
Desde que tengo memoria escucha a todos los presidentes de la Argentina y son muchísimos. Que dicen que este país se salva exportando. El famoso equilibrio de la balanza comercial. Ahora desde que tengo memoria necesitamos generar espacio y contexto para que esto ocurra. Necesitamos enseñar la cultura del trabajo y necesitamos enseñar cultura y políticas favorables de exportación para las pymes a largo plazo. Necesitamos que cuando cambien los gobiernos esto siga existiendo. Necesitamos poder trabajar a largo plazo.
Entonces quiero proponerles algo. Yo soy un humilde empresario más. Pero quiere proponerles para sentarnos a pensar cómo sacar el país adelante. Tenemos que generar escuelas de oficio. Tenemos que enseñarles a la gente a emprender, a crear empresas. Las empresas son el futuro de las economías de todos los países en el mundo: No es de Argentina, las Pymes son el motor del mundo.
Yo quiero un país mejor y creo que todos queremos un país mejor. Le pido a todos los senadores que están acá, a los diputados, a todas las personas este gobierno y de los gobiernos que vengan: por favor dejemos de confrontar, terminemos con la grieta. Pongámonos juntos a trabajar empresarios, dirigentes y políticos para construir un nuevo país
Refundemos y hagamos de la Argentina una fábrica del trabajo. Necesitamos construir el futuro que quiere la gente. La gente que vota. Yo, personalmente, quiero que mis hijos y mis nietos crezcan en la Argentina, mi país, donde yo nací. Donde soñaron mis abuelos cuando se subieron al marco al barco vinieron acá.
Les cuento, mi tío, el hermano de mamá. El hijo de mi abuelo que vino acá en barco y que tenía la fábrica de carpetas se fue a vivir a Australia a los 18 años porque no creyó en este país. Lo siguió mi tía, la hermana de mi mamá, por la hiperinflación de Alfonsín. Lo siguió mi hermano, con la devaluación de De la Rúa y lo siguió mi hermana con la recesión y la inseguridad del país. Se fueron todos.
Yo decidí quedarme acá en la Argentina para que mi vieja pueda disfrutar a sus únicos nietos que puede ver todos los días. Con mi mujer, que está acá, siempre decimos que soñamos con una mesa de nuestros cinco hijos y 22 nietos en total. Queremos esa mesa todos los domingos.
Que queremos abrir nuestras fábricas. Nos emociona contratar un empleado, nos emociona comprar una máquina. Queremos exportar, queremos seguir creciendo, queremos que nuestro país salga adelante. Podemos hacerlos juntos. Podemos construir el país que soñamos.
Les propongo que honremos a nuestros abuelos que vinieron acá y hagamos que nuestros hijos quieran quedarse acá y nuestros nietos se sientan orgullosos porque queremos trabajar juntos y porque hacemos nietos les demostramos que en la Argentina podemos hacer el mejor país para vivir y emprender. Gracias.