Fuente: Cronista ~ La autopartista Industrias Guidi había llegado a tener más de 700 colaboradores, pero tras dos décadas de estancamiento del sector en 2001 apenas contaba con 80. La reconversión para proveer a Toyota la impulsó y transformó su negocio.
A fines de los años 90 y tras haber pasado por varias reestructuraciones, Industrias Guidi pasaba por un momento difícil. Atrás habían quedado los años en que esta autopartista fundada por Fernand Guidi en 1960 crecía y sumaba empleados y nuevas unidades de negocios. De los más de 700 empleados que había llegado a tener cuando trabajaban como proveedores del mítico Citroën 3CV, en 2001 apenas quedaban 80 y el futuro no parecía alentador.
Sin embargo, la fortuna tocó a la puerta de la compañía cuando Toyota empezó los planes para instalarse en el país. La japonesa necesitaba un estampador y Guidi, desde su planta en Burzaco -en la que tenía capacidad ociosa-, podía hacer el trabajo.
«Estábamos en una situación difícil y se presentó esta oportunidad. Así que la única opción que teníamos era seguir al cliente en todo lo que nos pidiera», destaca Carolina Castro, directora de Industrias Guidi y nieta del fundador de la compañía.
Durante dos años trabajaron para cumplir los estándares de la automotriz japonesa. Se hicieron revisiones de planta y de procesos para tener todo listo para el inicio de producción de la pickup Hilux en la Argentina.
Nuevo comienzo
«Nosotros nacimos como autopartista y estábamos acostumbrados a tener grandes empresas como clientes. Pero la llegada de Toyota cambió todo. Te cuentan las costillas antes de empezar. Venían con una forma de trabajo completamente diferente a lo que estábamos acostumbrados, así que había que transformar la compañía». agrega.
Lo más difícil fue cambiar la cabeza de la gente. Hubo resistencia interna y muchos empleados que no entendían el camino que se estaba comenzando. «Al final, gente con 30 años de trabajo en la empresa terminó reconociendo que nunca había aprendido tanto como desde que empezamos a trabajar con Toyota», agrega Fernando Castro, director de Guidi.
Una de los principales transformaciones de la compañía fue pasar de pensar la organización como compartimientos estancos en los que cada área funcionaba de manera independiente a concebir a toda la empresa como un equipo. Además, implementaron un proceso de mejora continua similar al de Toyota.
Crecimiento
«A partir de allí comenzamos a crecer a la par del crecimiento del proyecto Hilux. En los últimos años invertimos más de u$s 30 millones e incorporamos más personal. Además, en 2015 abrimos una nueva planta en Zárate», señala Castro.
Todas las inversiones realizadas, agrega, fueron para sostener el crecimiento de la demanda de Toyota. Además, sumaron como clientes a otras terminales como General Motors, Ford y Mercedes-Benz.
«En nuestra historia hubo dos plataformas emblemáticas: el 3 CV y la Hilux. Hoy estamos listos para seguir creciendo y afrontar nuevos desafíos», cierra.