Fuente: IProfesional ~ La empresa de artículos para bebés en menos de 10 años se consolidó como líder del sector. Cómo sus dueños pasaron de tener un sueño a hacerlo realidad.
Existen pymes que parecen protagonizar el verdadero «milagro argentino». Pese a las recurrentes crisis, a la incertidumbre económica y a leyes laborales más acordes a un antiguo sistema de trabajo que a un mundo con nuevos desafíos, algunas empresas deciden avanzar, invertir y no rendirse. En este grupo, se encuentraCarestino, la organización que nació hace menos de diez años y hoy lidera el 40% del mercado de artículos para bebés y expande su marca en el resto del continente.
Hasta fines de 2013, Vanina Bianchi y Andrés Mertens eran un matrimonio que se dedicaba al comercio exterior. Buscando nuevos desafíos decidieron comercializar algún producto que formara parte de la vida cotidiana, pero que en la Argentina no tuviera mucho desarrollo. Observaron que, aunque en nuestro país existe un promedio de 146 nacimientos diarios, el mercado ofrecía pocos artículos para bebés. Las escasas empresas instaladas mantenían cierto grado de quietud sin innovaciones. Atentos a esto, en abril de 2014, se animaron a la comercialización de una practicuna. La llamaron «Sueños felices».
Los Mertens buscaban hacer realidad el sueño de la mayoría de las familias: conseguir productos originales de primera calidad y a los mejores precios del mercado. Lo que empezó como deseo se convirtió en una declaración de principios que siguen cumpliendo a rajatabla.
Unas mascota le dio nombre a la Pyme
Los primeros artículos los eligieron por catálogo, pero pronto llegaron los diseños propios, con la impronta de la marca y detalles distintivos como la franja blanca en las ruedas de los cochecitos. Para elegir el nombre de la empresa y se decidieron por «Carestino». La elección todavía hace sonreír porque no se basaron en estudios de mercado ni en vocablos extranjeros sino en el nombre de alguien muy querido: su mascota.
La primera sede de la empresa era un espacio de 90 metros cuadrados sobre la avenida Belgrano que servía como showroom, oficina comercial y pequeño depósito. Los productos se vendían por una plataforma online. Las respuestas de las familias superaron las expectativas y decidieron ir por más. Ampliaron la oferta de productos a cochecitos, mecedoras y sillas de comer. En 2015 inauguraron su primera tienda con atención al público en Balvanera, al año siguiente y en solo nueve meses, abrieron cinco tiendas más.
Como si eso fuera poco, en el año 2018, Carestino se animó a otro gran salto. Mientras la mayoría de las empresas se suelen instalar en los municipios de la zona norte, ellos se mudaron a la zona sur. Eligieron Llavallol para construir su sede central.
Hoy Carestino lidera el 40% del mercado de artículos para bebés y expande su marca en el resto del continente
El área de 1.400 metros cuadrados asombra por varios motivos. Cuenta con oficinas, un showroom, un estudio artístico y un depósito, cada sector está equipado con las mejores herramientas tecnológicas. Y no solo eso, el edificio tiene un amplio parque con sillones que permiten programar reuniones en un entorno verde, hay un sector recreativo con juegos y una biblioteca.
Al mediodía se cumple el «sueño feliz» de la mayoría de los empleados, porque no es necesario sacar viandas ni pedir delivery ya que un chef se encarga del menú. Cada jornada se presenta un plato distinto que no solo es nutritivo, también exquisito. Y otra perlita casi inhallable en la mayoría de las oficinas. En los pasillos se instaló una máquina de café que no ofrece un brebaje extraño sino el del auténtico sabor.
A casi diez años de esos comienzos, hoy la marca está presente en 8 países, tiene 12 líneas de productos con más de 450 artículos, 40 tiendas oficiales, emplea más de 150 personas y este año llegará a 300. Esta expansión no es un milagro ni producto de un golpe de suerte sino de varios factores que tienen que ver no solo con una acertada visión de negocios también con la suma de trabajo y talento.
«La empresa avanzó por varios factores -explica Alejandro López, Operations manager para Latinoamérica- En primera instancia el impulso de aprovechar las ventajas que daba el mercado con respecto a la competencia. Luego de ese envión, se abrieron tiendas físicas con rapidez y en lugares estratégicos. Por último, se implementó una visión tecnológica que nos permitió consolidar equipos dedicados al desarrollo de todas las áreas. Un gran porcentaje de las personas que trabajan con nosotros se dedican a Sistemas; la mayoría de los programas con los que trabajamos son de desarrollo propio, hechos a medida y según lo que necesitamos».
Otro factor que es parte de la identidad de Carestino y que lo hace una empresa diferente es la excelencia en la atención al cliente. Los que trabajan en la empresa saben que los artículos que ofrecen tienen una impronta especial por lo que implica para cada familia. Cuando un bebé está por llegar comprar el carrito adecuado, elegir la practicuna correcta y la butaca más segura es una decisión que lleva horas y horas de cavilaciones. Casi todas las familias primero realizan una búsqueda exhaustiva por las páginas web, comparan productos, piden referencias entre conocidos, para finalmente decidirse cuando ven el producto en la tienda. Por eso los puntos de venta son claves.
«Aunque muchas compras se resuelven por web, en general las familias quieren ver el producto, conocerlo. Viven la compra como una experiencia familiar donde se decide en conjunto. Por eso no descuidamos ni la atención virtual ni las tiendas».
Otro factor que hace a la pyme una empresa diferente es la excelencia en la atención al cliente
Decidirse por el cochecito o incluso artículos más simples como el fular o la alfombra antigolpes suele ser una experiencia compartida entre papás, mamás y muchas veces se suman abuelos, tíos y padrinos. «Para nosotros la atención al cliente es un diferencial muy grande. Estamos atentos a cómo se recibe, se asesora o se orienta a cada persona que se contacta con nosotros ya sea de modo online o presencial. Nos preocupa estar en todos los detalles y resolver cada duda», asegura López. En esta línea, a los vendedores no se los evalúa por cantidad de ventas sino por atención al cliente.
Alcanza con visitar una tienda para comprobar la filosofía Carestino. Los vendedores orientan, pero no imponen, asesoran, pero no abruman. «Nosotros no tenemos una venta agresiva sino todo lo contrario. Buscamos que, tanto en la web como en las tiendas, los que se acercan se sientan protegidos y escuchados. Creemos que, con una buena atención, las ventas vienen solas. Nos enfocamos en la calidez del trato, la solución de los problemas por sobre los índices de venta». Varios detalles muestran cómo siempre se busca atender las necesidades y emociones de familias y bebés. En los locales no solo se permite conocer y probar los productos, también se ofrecen cómodos sillones para que las embarazadas descansen o recuperen fuerzas.
Con un desarrollo sostenido en la Argentina llegó el momento de cruzar fronteras. «Nuestra expansión internacional comenzó en el año 2019, influida por la inestabilidad del contexto macroeconómico nacional y por nuestro ADN emprendedor que siempre nos alienta a tomar nuevos desafíos. Contábamos con más de cien colaboradores directos y 30 tiendas propias en el ámbito nacional, pero oficializamos nuestra expansión regional con el arribo de la marca a la República Oriental del Uruguay y podemos decir que en casi cuatro años logramos posicionarnos como una de las marcas líderes».
Con el objetivo cumplido de liderar en la Argentina y la exitosa experiencia en Uruguay siguieron los desembarcos en todo el continente. Perú, Chile, Paraguay, Panamá y Costa Rica conocieron los productos en el año 2021 y a pesar de la pandemia. Al año siguiente Ecuador, Colombia y México fueron objetivos cumplidos. Este año planea llegar a Brasil y Estados Unidos.
«El poder adaptarnos a cada mercado requiere un esfuerzo significativo para atender las necesidades particulares de los consumidores de la mejor manera posible. Todos los países son un desafío diferente, nuestra estrategia es primero darnos a conocer y luego focalizarnos en acciones puntuales según las particularidades de cada territorio».
Un dato interesante es que, si bien en cada país hay pequeñas modificaciones en los modos de comercialización según lo que priorizan los consumidores, los productos no cambian su diseño. Esto indica que se logró algo muy complejo que es encontrar un producto que aceptan todos a pesar de culturas estéticas diferentes. «Como usamos colores neutros y otros más jugados, logramos un mix que agrada a todos. Es un gran mérito de Vanina y el equipo de diseño», explica López.
La primera sede de la pyme era un espacio de 90 m2 que servía como showroom, oficina comercial y pequeño depósito
La expansión no solo es a nivel internacional, también en la cantidad de personas que integran la organización. En menos de diez años pasaron de ser un equipo con ocho personas a una empresa que cuenta con doscientos empleados y que planea emplear cien más en el transcurso del año. «Si bien tenemos tiendas en el exterior, toda nuestra base operativa está acá. El diseño de los productos es cien por ciento argentino, lo mismo que todas las áreas que integran la empresa».
En un país donde las reglas laborales son cambiantes, Carestino sigue apostando al talento nacional. «A medida que planificamos y avanzamos con aperturas aparecen nuevos desafíos que lejos de asustarnos nos incentivan a ir por más», señala López.
Y agrega: «En la estructura organizacional determinados sectores no existían y los fuimos creando y sumando integrantes. Nuestra estructura aumentó de modo exponencial a nuestro desarrollo. Empezamos este año con 220 personas y seguramente terminaremos el año con 300. Pese a algunas regulaciones complejas, la Argentina sigue ofreciendo talentos muy calificados y con una capacidad única para afrontar desafíos. Eso es irremplazable porque son estas personas con estas características las que hacen que después las cosas sucedan y todo funcione bien. Por eso, no nos da miedo contratar gente, al contrario, apostamos a eso cien por cien».
De esos comienzos en Balvanera, Carestino nunca dejó de avanzar. «Hoy nuestro principal desafío es consolidar los equipos de trabajo para lograr un crecimiento sostenido y afianzarnos en cada lugar donde estamos. Viendo el camino recorrido nos encontramos muy conformes con el trabajo realizado y el resultado obtenido, pero vamos por más», concluye con entusiasmo López.
No se puede negar que algo de razón tiene. La prueba está que si algún lector se acerca a la salida de un jardín maternal comprobará que, de cada diez cochecitos, cuatro son Carestino. Porque para muchas familias elegir productos originales de calidad y a buen precio ya no es solo un sueño feliz sino una opción concreta.