Fabrica muebles en un pequeño pueblo y ahora planea tener 55 franquicias en Argentina y la región

Fuente: iProfesional – Valenziana fue fundada hace 35 años en Uranga, Santa Fe, y hoy tiene pleno empleo gracias a esta Pyme. Sumará locales en Argentina, Uruguay y Paraguay

En 1988, José María Díaz comenzó a fabricar cunas en su taller de carpintería en Uranga, un pueblo de 900 habitantes a 50 kilómetros de Rosario. Durante una década, la carpintería familiar hacía muebles por encargo, con un horizonte de crecimiento acotado en un pueblo tan chico donde todos se conocen.

De a poco, empezó a fabricar otro tipo de mobiliario para los hogares, a incorporar nuevos materiales además de la madera -siempre con un criterio de sustentabilidad e intentando no generar impacto en el ambiente- y a vender en otras ciudades. El pequeño taller se convirtió en una fábrica con 250 empleados, en su mayoría mujeres. Hoy el pueblo tiene pleno empleo por el impulso de esta empresa y sus proveedores (desde servicios de limpieza hasta el traslado de empleados), además muchos vienen a trabajar desde las localidades vecinas.

El impacto de la pandemia en una Pyme familiar

Los planes eran de crecimiento lento y sostenido hasta que, en 2020, con la irrupción de la pandemia, la firma tuvo que cerrar sus persianas por casi dos meses. «Durante ese tiempo difícil, lo único que pensábamos era cómo mantener ocupados y esperanzados a nuestros empleados. Hicimos de todo: Desde barbijos a huertas comunitarias, y en cuanto se pudo volver a la planta, empezamos a fabricar kits para compostaje y bibliotecas para donar a escuelas y organizaciones», cuenta Rodrigo Díaz, primo del fundador y uno de los socios.

Estas acciones se complementan con talleres de huerta y compostaje, sumado a un concurso literario para estudiantes primarios. También aprovecharon para armar un circuito de venta online, con el diseño de una tienda virtual y una estrategia de promoción en redes sociales. De este modo, llegaron a vender el 50% de lo que vendían de manera presencial en todos sus locales.

Finalmente los socios de Valenziana decidieron replantear el negocio e iniciar una fuerte expansión comercial asociándose a mueblerías que eran sus antiguos clientes. La propuesta fue abrir nuevos locales exclusivos bajo el formato de franquicias.

La pyme familiar cuenta con más de 15 locales en todo el país

Con una inversión de $150 millones, la empresa abrió este año 17 locales bajo esa modalidad en Rafaela, Santa Fe, Paraná, Pilar, Canning, Salta, Santiago del Estero, Posadas, Río Grande, Luján, Villa María, Villa Mercedes, Santa Rosa, Caleta Olivia, General Rodríguez, La Rioja y San Juan. Y proyecta alcanzar los 55 locales en todo el país, más uno en Montevideo y otro en Asunción del Paraguay. 

La firma, cuyos muebles combinan diseño vanguardista y alta funcionalidad, obtuvo las certificaciones de calidad ISO 9001, OHSAS 18001 y la ISO 14001 en gestión ambiental.

Su línea de productos abarca muebles para dormitorios de niños y adultos, living, comedor y exteriores, con un criterio modular que permite reconvertirlos e ir usándolos en diferentes espacios.

Desafíos e impacto en la comunidad

Entre los desafíos que la firma debe enfrentar, además del contexto inflacionario, está el de reemplazar en el mercado local algunos materiales por dificultades para importar. También el conseguir mano de obra calificada para su planta productiva. «Para algunos perfiles específicos, debemos buscar personal en otras localidades del país, e incluso en el exterior. Y no es fácil, porque no estamos ofreciendo simplemente un puesto de trabajo, sino un estilo de vida», detalló.

Y agragó: «Buscamos gente que quiera venir a un pueblo de menos de mil habitantes, y que está a solo una hora de una gran ciudad como Rosario», comenta Rodrígo Díaz. De hecho, entre sus 250 empleados, hay un rumano, un español y tres brasileños. Y algunos de ellos se mudaron a Uranga con su familia.

La empresa santafesina cuenta con 250 empleados, y el pueblo tiene pleno empleo

Para los próximos dos años, además de expandir su red de locales, la compañía planea crear un centro educativo en su propia planta, tanto para capacitar a nuevos empleados como para brindar cursos y talleres de oficios abiertos a la comunidad.

«Todo este crecimiento no podríamos llevarlo adelante sin tener en cuenta nuestra responsabilidad social, por eso promovemos el desarrollo comunitario en nuestra zona de influencia», afirma Díaz.

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