Fuente: Cronista – El Gobierno avanzó en múltiples cambios en la regulación del comercio exterior. Desde el sector señalan algunos de los puntos claves sobre los que avanzar.
Desde que asumió, el Gobierno avanzó en la flexibilización del comercio exterior, en especial en el segmento importador. Más recientemente, se destacan la facilitación para el repostock y el recorte de 10 punto del impuesto PAIS que llevó el tributo a 7,5%.
Sin embargo, desde el sector destacan que restan agilizar algunos segmentos, como el recorte de los plazos de pagos al exterior, agilizar las operaciones, la intervención de procesos burocráticos y, finalmente la eliminación total del impuesto PAIS y del cepo.
En el caso del impuesto PAIS, amerita subrayar que el Gobierno destacó que no prorrogará el tributo, que tiene por su ley de creación fecha de finalización diciembre de 2024.
Desde la Cámara de Importadores de la República Argentina (CIRA) señalaron que se encuentran en diálogo con el Gobierno para revisar las trabas que quedan para normalizar las importaciones que en junio acumulaban una caída del 25,9%. Este desplome responde, en gran parte, a la caída de la demanda interna más que a aspectos propios del sector.
El asesor de empresas PyMEs para su internacionalización y coordinador de Consorcios de Exportación, Marcelo Wiñasky, señaló que, antes que nada, en el frente regulatorio sería importante contemplar que lo que se importe cumpla con los mismos requisitos que la producción local. Esto significa que si un insumo para traerse del exterior tiene un arancel de, por ejemplo el 15%, el arancel para el producto terminado no sea menor a ese monto: «En realidad, debería ser mayor».
«El tema es poder importar insumos a precios competitivos. Si la carga impositiva es muy alta, te encarece mucho la producción, lo que dificulta que puedas competir en el exterior«, agregó el especialista, que destacó que tener costos competitivos a la hora de hacerse de insumos juega un rol clave para expandir la balanza comercial.
A esto, agregó las dificultades para importar por escasez de dólares que impactó en insumos claves, como el cobre. «Por la falta de dólares, los proveedores se retrajeron, y hay empresas que necesitan grandes cantidades y se manejan con contratos de provisión y tuvieron problemas para pagar».
«Si los plazos de pago al exterior fueran razonables, y no a 30 y 60 días como es ahora, habría una demanda de importaciones mayor, porque los proveedores lo aceptarían», señaló sobre los plazos de pagos. Además, agregó que muchos incluso piden pagos en el momento.
El especialista en comercio exterior, Miguel Ponce se manifestó en un sentido similar, sobre la necesidad de avanzar en las restricciones cambiarias que, junto a la brecha entre el dólar oficial y el paralelo, complican el acceso para concretar pagos.
«Es utópico hablar de importaciones si no están los dólares. Por cada punto de crecimiento de la actividad, las importaciones crecen 3 puntos»: dijo. En un escenario de recuperación de la actividad posible para el año que viene, la presión de la demanda de insumos del exterior, aumentaría.
Ponce también subrayó la necesidad de avanzar en acuerdos bilaterales que permitan la reducción de aranceles y de modernizar las cuestiones aduaneras de acorde a lo establecido por la Organización Mundial de Aduanas.
Otra necesidad planteada por el sector y a la que abonó el especialista es revisar cuestiones logísticas, algo fundamental dada la ubicación geográfica de nuestro país y señalado también por el presidente de la UIA, Daniel Funes de Rioja, en el día de la industria.
«Mejorar la logística va a abaratar los costos. Es necesario hacer mejoras portuarias, como el calado, que permita que lleguen barcos más grandes», dijo Ponce que sumó la importancia de revisar los costos operativos que hoy enfrentan los importadores.
La previsibilidad regulatoria es otro de los elementos que sumó Ponce, ya que, subraya, permite que los operadores tengan reglas de juego claras. Esto, sumado a la necesidad de recortar las retenciones aduaneras y otros impuestos, son los puntos de mayor tensión porque limitan el margen de ganancias.
«Políticamente, hay que desideologizar los vínculos diplomáticos para que no afecten los vínculos comerciales», concluyó el especialista