Fuente: Clarín – Después de varios años con precios “pisados”, la liberación de los precios regulados de la economia propuesta por la nueva gestión de Javier Milei está reconfigurando la estructura de precios relativos de los bienes y servicios.
Es decir, el desarmado de la inflación “reprimida”, especialmente en el caso de las tarifas de los servicios públicos, aunque también los combustibles, las prepagas y otros, está acortando la brecha con los aumentos que, en los últimos años, recayeron en otros bienes como los alimentos o la ropa y el calzado.
Una forma de ver la evolución de la tendencia es comparar el comportamiento de los precios regulados con aquellos que conforman la inflación “núcleo”, es decir, aquella que no toma en cuenta las variaciones estacionales.
Tomando el lapso entre noviembre de 2023 y febrero de este año, ultimo dato disponible del INDEC, puede verse que la inflación núcleo acumula 73,1% de aumento, mientras que los precios regulados (luz, gas, comunicaciones, transporte, medicina prepaga, combustibles y otros) lo hicieron un 85%.
Si la comparación se hace en un año, para descartar los efectos estacionales y ver el periodo en el que aún eran fuertes las subvenciones, el efecto es inverso: la inflación «core» o núcleo con un alza del 292% se mantuvo por encima de los precios “pisados” con las regulaciones mantenidas por la gestión anterior, que subieron 260,6%.
Claudio Caprarulo, economista de Analytica explica: “antes, en la gestión de Alberto Fernández, la inflación núcleo evolucionaba a una determinada tasa y la inflación núcleo iba por debajo. Eso hizo que existiera una brecha muy grande que luego se fue achicando desde la nueva gestión de Javier Milei.
El ranking de los rubros con mayores aumentos en estos últimos cuatro meses está liderado por Bienes y Servicios Básicos Transporte, Salud, Comunicaciones y Equipamiento y mantenimiento del Hogar.
En cambio, durante la gestión de Alberto Fernandez, ese mismo ranking estuvo conformado por la ropa y el calzado, Restaurantes y Hoteles; Alimentos y Bebidas no alcohólicas (que sólo en el último año aumentaron 303%) y Recreación y Cultura.
Según Caprarulo, esto muestra que “se esta yendo a otro esquema de precios relativos. Lo que empezamos a ver es que el Gobierno quiere ir hacia una configuración diferente, buscando, entre otras cosas, recomponer la pérdida que tuvieron algunos precios que estuvieron regulados o congelados durante la gestión anterior. Un ejemplo muy claro en este sentido, son los aumentos sistemáticos y graduales de los combustibles que se sucedieron desde el 10 de diciembre. Y que, según las petroleras, aún tiene un tramo por «recomponer».
La economista de Eco Go, Rocio Bisang refuerza el concepto: “cuando se habla de recomponer precios relativos, se habla de que todos los precios vuelvan a tener esa misma relación que tenían entre sí, en el período que tomamos como base”, explica.
«Las tarifas aumentaron en el último año menos que lo que aumentaron los alimentos, entonces la relación entre ambos cambió respecto del 2023. Cuando hablamos de corrección o recomposición, nos referimos a que las tarifas deberían ahora aumentar por encima de los alimentos, para que vuelvan a tener esa relación que tenían al principio”, explicó.
Por eso, según Caprarulo “todavía el problema no está resuelto y es muy complejo”, advierte. Porque, venimos de una brecha muy importante. “Si se evalúa el periodo entre diciembre de 2019 y febrero de 2024, puede verse que los precios regulados aumentaron 1.092% y los estacionales casi el doble: 1,935%», ejemplifica el analista.
Es decir que la brecha entre los precios regulados y los estacionales o la corrección de precios relativos, demandará su tiempo.