Fuente: Cronista ~ La advertencia sobre el impacto de decisiones de política económica en el ritmo de la actividad, comenzó a confirmarse en el último tramo del año con datos que generan alerta. Las ventas minoristas pymes, cayeron 3,2%, en octubre, contra el mismo mes del año pasado, según el relevamiento de la Cámara Argentina de la Mediana Empresa (CAME).
Aunque se trata de la cuarta baja consecutiva, a nivel interanual se dio un el leve crecimiento (1,8%), lo mismo que en la comparación mensual (0,3%). Desde septiembre, el mercado de consumo se mantiene «demasiado tranquilo», señalan desde CAME y explican que fechas clave como el Día de la Madre no traccionaron como se esperaba.
«El 75 por ciento de la facturación de las pymes corresponde al mercado interno», destacó Alfredo González, titular de CAME y se mostró preocupado por el impacto en el rubro alimentos y bebidas que bajó 1,2% interanual y 0,3% respecto a septiembre.
«Todos los rubros afectan, pero este, particularmente, porque sabemos dónde impacta: no es que la gente cambia de marca, deja de consumir«. Además, valoró los instrumentos que fomentan el consumo, como Ahora 30, pero cuestionó el alcance.
«Hoy, un empleado de comercio cobra entre $120.000 y $150.000 y tiene un límite de entre 200 y 300 mil pesos; necesita un cupo de $500.000 para aprovechar los beneficios», dijo y señaló que muchos no llegan porque, además, ya tienen algún consumo; por eso, propuso crear «herramientas más inclusivas».
enfriamiento
El análisis para distintos economistas es concreto: inflación al borde de los tres dígitos con salarios que pierden más de 20 puntos, en un contexto de restricción de dólares para importar, por la necesidad de sostener las reservas del Banco Central, enfrían la economía.
A partir de los incrementos consolidados para noviembre, el Instituto de Estudios de Consumo Masivo (INDECOM), anticipó una caída interanual de casi 30 puntos en el poder adquisitivo del salario. «La aceleración de la inflación provoca una grave caída en el poder de compra de los argentinos, donde los sectores más vulnerables solo aspiran a cubrir las necesidades básicas», apuntó su titular, Miguel Calvete.
David Miazzo, economista Jefe de Fundación FADA, precisó que entre diciembre de 2021 y julio de 2022 los asalariados perdieron 23 puntos y explicó que «si el año pasado podías comprar 4 litros de leche hoy podemos comprar 3». «Mientras la inflación se mantenga alta, con altos niveles de pobreza, desempleo y la mita de los trabajadores en la informalidad, la economía entra en recesión y va a ser muy difícil que los salarios puedan, al menos, equipararse», agregó.
Martín Kalos, director de EPyCA Consultores, apuntó a los programas Ahora 30 o Ahora 12: «motorizan el consumo en un tiempo determinado e intentan paliar la desaceleración» dijo, pero marcó que lo más indicado para compensar la inflación son las paritarias que, en general, «son defensivas».
«La inflación continuará hasta entrado el 2023 pero el nivel de consumo se va a mantener estable», proyectó y explicó que «hay mucha heterogeneidad, con ingresos bajo la línea de pobreza y otros que pueden pagar vacaciones, bienes durables y hasta ahorrar».
Por su componente estacional, diciembre, suele mostrar inflaciones más altas a las de los meses anteriores, planteó Leandro Marcarian y señaló que «para las familias que salgan de vacaciones durante el verano, el último trimestre del año suele ser la última oportunidad que tienen para hacerse de fondos adicionales para gastar durante las vacaciones. Esto implica un menor gasto durante el último trimestre del año».
«En función a una inflación con piso de 6 puntos, salario real en descenso, y los componentes estacionales del último trimestre del año, mi proyección a corto plazo es que el consumo siga cayendo», concluyó Marcarian