Fuente: Perfil – El camino que está tomando Europa en la búsqueda de reducir las huellas de carbono está siendo más que atendido por la industria local.
En un mundo cada vez más cambiante y hostil, entre escenarios bélicos que se abren de la noche a la mañana y una constante tensión entre las guerras económicas de nuestro tiempo (principalmente entre Estados Unidos y China), la adaptación de los procesos productivos demanda una ininterrumpida innovación en el sector.
En ese contexto, se suman nuevas exigencias y estándares medioambientales que provienen del viejo continente que nos obligan a repensar la producción industrial y, especialmente, en la de la provincia de Buenos Aires, donde se genera el 40% de las exportaciones industriales nacionales.
La sustentabilidad es presente, pero también es mucho más futuro, por eso los industriales venimos trabajando intensamente en una adaptación para modernizar todos los procesos productivos, incorporando todas las novedades de cuidados medioambientales. Hacerlo gradualmente, y con cierta estabilidad económica, es una garantía de éxito para cualquier pyme.
El camino que está tomando Europa en la búsqueda de reducir las huellas de carbono, un camino firme y sin pausa que se está ejecutando desde el Acuerdo de París 2016, está siendo más que atendido por la industria local. Las medidas al respecto que abordó la Unión Europea (UE), entre regulaciones e impuestos, se desarrollaron de manera progresiva para dar tiempo a la adaptación, pero ahora, comienzan a materializarse y la industria se pondrá a prueba.
Por ejemplo, a partir del 1° de enero de 2025, la UE pondrá en vigencia el Reglamento 2023/1115, una normativa que regula la importación y establece que los bienes deben ser producidos en zonas libres de deforestación. En sus 26 artículos, el reglamento incluye ganado bovino, soja, cuero, harina de soja, caucho, entre otros. Los países que no cumplan con la norma pueden ser sancionados con confiscación, multas y prohibición de ingreso.
Por su parte, la otra norma que entrará en vigencia el 31 de diciembre de 2025 es el Reglamento 956/2023 (Mecanismo de Ajuste en Frontera por Carbono). Este complejo reglamento podría atentar contra la competitividad local. Establece que los importadores paguen por las emisiones contenidas en determinados productos con el fin de evitar fugas de carbono. La medida obliga a contar con certificados equivalentes al precio de carbono que deberían haber pagado si esos productos se hubieran fabricado en Europa.
Frente a este escenario, la industria argentina debe trabajar para garantizar la exportación bajo estos estándares y que la balanza comercial no se vea afectada. El caso emblemático son las pymes bonaerenses, de donde sale el 39,4% de las exportaciones nacionales. En 2023, la provincia exportó 26.000 millones de dólares, de los cuales el 7,5% tuvo como destino a la Unión Europea.
El abordaje de las nuevas demandas
El escenario, que está a la vuelta de la esquina, nos obliga a destinar más dinero y tiempo en trámites y regulaciones, sumado a las que ya existen en el ámbito interno. Frente a esto venimos trabajando conjuntamente con otras cámaras empresariales para contemplar las nuevas demandas y exigencias comerciales. Por ejemplo, desde UIPBA estamos implementando el proyecto Al Invest Verde, de cooperación internacional para la sensibilización y capacitación respecto a temas de sustentabilidad ambiental y cambio climático para las industrias.
Se trata de varias jornadas de capacitación enfocadas a todas las industrias, en especial las Pymes y en colaboración con expertos de España. Se tratarán desde conceptos básicos, hasta las normas de la UE. En simultáneo, se desarrollarán asistencias técnicas para las pymes financiadas por fondos europeos, esto es un alivio significativo ya que demuestra el compromiso de las autoridades europeas de acompañar la adaptación.
Este proyecto se desarrollará en conjunto con el Colegio de Ingenieros de Valladolid y autoridades del bloque, un nexo fundamental por la cercanía cultural, idioma y costumbres.
Las pymes deben contar con un apoyo constante en estos temas para cumplir con los estándares internacionales, y principalmente porque la exportación de productos con valor agregado cumple un rol fundamental para la economía argentina. La colaboración público-privada es crucial para sortear el desafío de modernizar nuestra industria sin desbalancear el comercio exterior ni comprometer el ingreso de divisas que el país tanto necesita.
*Presidente de la Unión Industrial de la Provincia de Buenos Aires (UIPBA)
LM
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