Fuente: Iprofesional – El freno a las importaciones fue el manotazo de ahogado del Gobierno para combatir la asfixia de dólares. Qué pueden hacer las empresas para no sucumbir
La falta de rumbo amenaza con hacer estragos en el sector industrial, sobre todo en las pymes. Es que sin reglas claras no se puede producir, coincidieron los analistas en el programa Qué hacemos con los pesos? (A24)
Para Federico Bunsow, CEO de Phronencial, «algo van a tener que hacer; no mucho más tiempo las pymes va a soportar este nivel de incertidumbre de no saber a qué precio comprar y mucho menos a qué precio vender. Tampoco saben cómo protegerse. Hoy la pyme se tiene que proteger con su propia mercadería. La cobertura de cualquier tipo de inversión que realiza tiene una tasa de interés real negativa. No quedan muchas alternativas.»
Tal como explica el analista, las pymes no pueden especular comprando bonos y acciones por lo que recomienda invertir en su propio negocio «en más mercadería para stockearse.»
La ingeniería financiera que tienen que armar las pymes para sobrevivir
Por otro lado, si tienen la posibilidad, pueden endeudarse. «La tasa de interés es negativa; si tiene un buen score crediticio, que le dé rosca y que espere. Aunque las tasas nominales son altas, en términos reales son negativas. Y va a ser así por un buen período», anticipa.
Y añade: «Hay muchos instrumentos en el mercado de capitales: cheques, pagarés, obligaciones negociables simples, fideicomisos, etc. Todo está en una tasa de interés real negativa. Las Sociedades de Garantías Recíprocas son muy flexibles en cuanto al tipo de contra garantía que dan».
Además, sostiene que hay una ventaja: si mañana hay una corrida bancaria, el sector bancario por lo general se da vuelta y ajusta por cantidad y saca el financiamiento. El mercado capital está ajustado por tasas. Con lo cual hoy una pyme tiene que estar armando una ingeniería financiera muy delicada y ver cómo hace.
En el actual contexto, las pymes solo pueden apostar a stockearse de mercadería
«Hay empresas que nunca se han endeudado que hoy se están endeudando y están comprando mercadería porque no saben cómo defenderse», asegura Bunsow.
El costo de la incertidumbre de la reposición es un tema muy sensible. «No se sabe a qué precio vender. En el sector de la construcción hay demanda, pero los proveedores no quieren vender y eso obviamente exacerba los precios», advierte el CEO de Phronencial.
Importadores con la soga al cuello
Si la alternativa es adelantar compras para protegerse de la inflación, el cepo a las importaciones es el obstáculo final para las actividades que dependen de la provisión externa de insumos.
El economista Pablo Goldín señala que «se nota que el BCRA está reperfilando los pagos de importaciones; hay aproximadamente u$s5.000 millones involucrados.» Teniendo en cuenta que en el pasado el exportador existía un cupo para importar, y hoy eso no pasa, «El torniquete es absoluto», alerta Bunsow.
En este contexto, como explica el periodista Carlos González Prieto, «quien todavía tiene chances de importar se desespera acelerando las importaciones en sectores que no están tan necesitados.»
El mito de los productores que no liquidan dólares
Se dice que los productores agropecuarios son los máximos responsables de la sequía de dólares al negarse abrir las silobolsas.
El Gobierno amenaza a exportadores con un bono al productor agropecuario cada vez que vende una tonelada de soja
«La realidad es que su negocio es totalmente en pesos», subraya Gonzalez Prieto, quien explica la mecánica del negocio de la soja.
«La oferta y la demanda en la bolsa de Rosario, Buenos Aires, Quequén es en pesos. El que vende es el productor, el que compra es el exportador o la industria local y lo que hace la retención famosa es quitarle poder de compra al exportador. Porque el exportador puja en la demanda por ese poroto de soja con el que tiene que alimentar chanchos, es decir el tema de las retenciones le quita poder compra al exportador», detalla.
El plan para acelerar el ingreso de dólares
«El Gobierno ahora está «amenazando» a los exportadores con un bono del 30% al productor agropecuario cada vez que vende una tonelada de soja -cuenta González Prieto-. Y ese bono se lo va a poder vender el productor al exportador para que éste pague retenciones con ese bono».
«Al exportador no le sirve esto porque deja de manejar el negocio y tener la sartén por el mango. Mi sensación es que esto que dicen en el gobierno viene avanzando muy firme es una amenaza para los exportadores que son los que tienen la posibilidad de tener la canilla más a mano para que entren los dólares que el Gobierno necesita. Igualmente, no alcanza porque, aunque se liquide más que en otros años, el horizonte es neutro», concluye.