Fuente: Diario Norte ~ Tras formalizarse en septiembre, Fonred celebra el avance en la creación de varios fondos nuevos en las provincias. Y apuesta a un mejor ordenamiento del sistema de crédito y garantías. «Hay un universo muy grande de pymes para prestar y que pueden pagar los créditos», resaltó.
En materia de financiamiento disponible en el país para pequeñas y medianas empresas es abundante la oferta, pero no siempre llega a cada provincia y hacia su interior, sino que, por lo general, queda concentrado en las provincias más grandes. Incluso aquellas herramientas más beneficiosas con tasas especiales, subsidiadas por el Estado, quedan para cadenas productivas de esa zona núcleo. En ese esquema, las garantías que respaldan los créditos tienen un rol clave no sólo de respaldo, sino que va mucho más allá.
El sistema de garantía en el país está compuesto por las Sociedades de Garantías Recíprocas (SGR) y por los fondos de garantías provinciales; éstos últimos de gran crecimiento y proyección en cuanto a fondos de riesgo y garantías otorgadas, con una mora en baja, incluso en la post-pandemia.
«Los fondos de garantía provinciales tienen la mora más baja del sistema de crédito argentino, ninguno supera el 1,5 por ciento», resaltó Adrián Atanasoff, presidente del Fondo de Garantías del Chaco (Fogach) y vicepresidente de la Red Federal de Fondos de Garantía Públicos de la Argentina (Fonred), una organización que se formalizó en septiembre en el Chaco y que preside el secretario de Industria y Desarrollo Productivo de la Nación, José Ignacio de Mendiguren.
«Hay un universo muy grande de pymes para prestar en nuestra provincia, y esas pymes pueden pagar los créditos. Ese es el paradigma que estamos rompiendo con las garantías, que va más allá de la adicionalidad financiera y económica que crean esas garantías», afirmó en diálogo con NORTE.
Habló así de la «inclusión financiera para pymes», es decir, que puedan acceder al sistema de crédito aquellas pequeñas empresas que alguna vez «fueron rebotadas por el sistema financiero, lo que generó que no vuelvan a pedir un crédito». «Nosotros volvemos a buscarlas y las incluimos para que puedan tener su financiamiento, y así sacarlas de financiamientos informales con tasas altísimas», agregó.
«Supermercado» de financiamiento
En el que denomina como «supermercado de financiamiento» disponible en el país y en el sistema, las alternativas crediticias con tasas de interés «especiales» son varias. Por caso, Atanasoff cita créditos del CFI (tasas en torno al 30%), del Fondo Nacional de Desarrollo Productivo (FONDEP, en torno al 44%) y del Programa de Crédito Argentino (CREAR), que reúne a varias alternativas. «Es cierto que hay cupos, son para ciertas actividades y son para inversiones no para capital de trabajo», indicó.
En tanto, otra alternativa más usada y de más corto plazo es el descuento de cheques en el mercado capitales, con tasas en torno al 68% y subsidios de 15, 10 y 5 puntos, dependiendo el plazo.
«Hay que desterrar la idea de que hay un ente que presta plata a una tasa de determinada. En cambio, la pyme tiene que especializarse y decir para qué necesita el financiamiento. Entonces ahí los fondos de garantía, aparte de dar el respaldo, exponen todas las líneas de financiamiento que hay y asesoran sobre cuál le conviene, estructurando el financiamiento pyme», subrayó.
Por otra parte, una función de Fonred en la cual Atanasoff hizo foco fue en las regulaciones del sistema financiero y de garantías, ya que muchas veces se superponen normativas del Banco Central, de la Comisión Nacional de Valores, y la Secretaría de Industria y Desarrollo Productivo. «Tenemos que trabajar en unificar una normativa que sirva para que el sistema de garantías funcione. Es necesario ordenar qué regula cada uno», marcó.
Perspectivas 2023
«Este rol en la vicepresidencia del Fonred nos está facilitando, como provincia del Chaco, el acceso a todas las herramientas de financiamiento, e incluso algunas primero se prueban y aplican aquí y luego, si funcionan, lo incorporan las demás provincias», comentó, hablando de las expectativas hacia 2023, a las que calificó como «promisorias» en vistas de sostener esa dinámica.
Luego, destacó el cumplimiento de los objetivos trazados por Fonred: «Cuando arrancamos, a la primera reunión fuimos cuatro fondos, San Juan, La Rioja, Chaco y Buenos Aires. Hoy las reuniones son de 9 fondos y van las provincias que estaban armando sus fondos. Entendemos que el país va a tener entre 13 y 15 fondos de garantía provinciales el año que viene», ponderó.
Asimismo, hizo foco en continuar con el trabajo para «federalizar el financiamiento, con adicionalidad financiera y económica que permite financiar cadenas de valor, que sería la tarea de cada fondo de garantía».
«Nosotros tratamos de garantizar, y creo que se está logrando, que las políticas públicas nacionales de todo tipo de estamentos, y también las privadas cuando los bancos salen a prestar por una imposición del Banco Central, empiecen a ver a provincias como una plaza donde se pueden tomar esos financiamientos», indicó.
Además, sostuvo que «en términos políticos y productivos, hay un consenso sobre que el sistema de garantías es lo que va a hacer que haya crédito en Argentina, porque ya venimos de muchísimos años en que no había crédito». «En ese sentido, Fonred está teniendo un peso específico bastante importante. Vemos cómo todo el entramado financiero productivo argentino, es decir, todos los bancos que dan crédito a la producción, quieren llegar al interior del país. Y en ese sentido, a Fonred se lo está escuchando mucho para ver cómo ese financiamiento puede efectivamente llegar», cerró.
Hay un consenso sobre que el sistema de garantías es lo que va a hacer que haya crédito en Argentina.
Hacia la federalización del financiamiento
La Red Federal de Fondos de Garantía Públicos de la Argentina (Fonred) se formalizó este año, con un encuentro que tuvo al Chaco como sede, y tras varios anteriores de contactos y encuentros para su diseño. «Se tardó tanto por la diversidad legal con la que se crean los fondos de garantía de cada provincia», explicó Atanasoff, marcando figuras jurídicas como los fideicomisos (como en el caso del Fogach, el primero en adoptar ese formato), sociedades anónimas con participación estatal mayoritaria (Sapem), u otras. «El Banco Central no se expide sobre cuál es la mejor forma jurídica. Da libertad para que las empresas se presenten, y lo analiza», reveló.
«Tenemos tres objetivos comunes. El primero es que haya un fondo de garantía en cada provincia. Hay mucha solidaridad que existe entre este tipo de instituciones. El segundo es la federalización o igualación de las pymes a la hora de tomar financiamiento, porque el sistema de garantías creció y hoy ya no se consigue un crédito sin garantías en el mundo. Incluso, a veces, una pyme no sabe que toma una garantía, pero atrás de cada crédito existe lo que se llama garantías automáticas. Un ejemplo clave en Argentina, que fue un antes y un después en la pandemia, fueron los créditos con tasa del 24%, que fueron con garantías del Fondo de Garantías Argentino (FoGar). Muchas pymes tomaron ese financiamiento, que era para solventar sueldos o gastos, sin saber que atrás había una garantía», explicó.
El tercer objetivo en esa enumeración es procurar que los financiamientos con tasa subsidiadas, donde el Estado invierte con algún subsidio, no se concentren en la zona núcleo del país y que puedan llegar efectivamente a otras provincias. «Ahí, los fondos de garantía como el de nuestra provincia, tenemos un objetivo central, que es estudiar a las pymes en sus fortalezas y debilidades, y ver cómo, a través de nuevos reglamentos, darles garantías a esas empresas que no calificarían del mismo modo que una que esté en Buenos Aires y que haga lo mismo», precisó.
Además, los fondos provinciales sondean y buscan «las herramientas que tienen mejores tasas», para poder ponerlas a disposición en cada provincia. «Nosotros tenemos una agenda de buscar financiamiento. Como presidente de la Comisión de Herramientas Comerciales (dentro del Fonred), mi trabajo es buscar todos los nichos de crédito para pymes con tasas muy beneficiosas que puedan adaptarse a todos los fondos de garantía de las provincias», reveló.
En esa línea, recordó el convenio firmado la semana pasada en Buenos Aires, con la Secretaría de Emprendedores de la Nación, por el cual todos los créditos que canalice esa área a través de la Línea Escalar (a tasas del 25%) puedan ser avalados por los fondos de garantía, cuando antes no era así.
El mismo trabajo se está haciendo con los aportes no reintegrables (ANR) que llegan a las provincias a través de la Secretaría de Emprendedores, para que también puedan ser avalados, en lugar de tomar un seguro de caución que a veces limita a las pymes. La misma tarea se replica en instrumentos para llegar al mercado de capitales, en créditos del BICE, de poca llegada a la provincia, y del Consejo Federal de Inversiones (CFI).
«En la pandemia pasó que el BICE prestó en el Chaco más de lo que había prestado en los últimos cinco años, solamente porque fuimos con el Fondo de Garantía, buscamos a las pymes y les dimos ese financiamiento», destacó.
Hay que desterrar la idea de que hay un ente que presta plata a una tasa de determinada. En cambio, la pyme tiene que especializarse y decir para qué necesita el financiamiento.
El origen de un sistema necesario
El sistema de garantías en Argentina nace en 1995, con la ley de Sociedades de Garantía Recíproca (SGR). Allí surgen la SGR Garantizar y el Fondo de Garantías de Buenos Aires (Fogaba), las dos primeras entidades de garantías del país.
En 2001, tras la crisis social y económica del país, fue creado el Fondo de Garantía para la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (FOGAPYME), que finalmente no entró en vigencia. «A partir de ahí hubo ciertos alicientes a las provincias para crear sus entidades de garantías. Y recién en el 2011 se hace el primer acto público donde oficialmente les dicen a las provincias que creen sus fondos de garantías», recordó Atanasoff, aunque marcó que el impulso no bastó, pese a lo cual las SGR ganaron terreno.
Dentro de esa cronología, fue en 2013 cuando Chaco creó su Fondo de Garantía (Fogach), y luego hizo lo propio La Rioja; San Juan en 2016, Tierra del Fuego en 2018, en 2019 lo recrea Entre Ríos, después se suma de La Pampa y ahora Neuquén. Catamarca, San Luis, Misiones y Jujuy están en vías de tener sus fondos de garantía.
«Todas las provincias han tenido contacto con Fonred», destacó, y celebró las decisiones de los gobernadores de crear fondos de garantías en sus jurisdicciones «porque es una política de largo plazo, que ayuda al desarrollo de las provincias y al financiamiento de las pymes».
La evolución y el crecimiento de todo el entramado
Por otra parte, Atanasoff habló sobre la necesaria evolución conjunta entre el sistema de garantías, el de financiamiento y el entramado productivo del país. «Se va generando una educación financiera entre todos: los bancos entendiendo lo qué es el sistema de garantía, sin que sea necesario volver a analizar a la pyme que llega con una garantía preferida; y nosotros diciendo, como fondos, que tenemos una mora muy baja, que acá en el Chaco es menor y está en el 1,3%», destacó.
«Hoy, la pyme que no entiende financieramente lo que está haciendo, tiene gran riesgo de que la competencia le gane. Ahí, un gran aliado son los fondos de garantía, porque no solo dan la garantía sino que además asesoran y ayudan a tomar el financiamiento que necesita cada empresa», marcó.
Por último, en cuanto a los requisitos para acceder al sistema de financiamiento, Atanasoff recordó que difícilmente se flexibilicen porque se trata de normativas del Banco Central.