Fuente: Cronista ~ De cara a la nueva regulación que entrará en vigencia este 17 de octubre, los industriales pasan lista de las actividades con mayores complicaciones. Repercusiones sobre la estrategia oficial para reactivar la actividad económica que se frenó por falta de dólares.
El Gobierno se encamina a cerrar el 2022 con un récord de 100.000 millones de dólares en exportaciones, sin embargo, las divisas continúan escaseando, y el déficit comercial de los últimos meses, no permite liberar el cepo a las importaciones, incluso, luego de haber pasado el invierno donde se destinaron miles de millones a la energía.
El Gobierno pondrá en ejecución la próxima semana una nueva herramienta que dará por cerrado el Sistema Integral de Monitoreo de Importaciones (SIMI), un esquema lanzado por los funcionarios de la gestión de Cambiemos, que dio de baja, a su vez, al de Declaraciones Juradas (DJAI) que ideó Guillermo Moreno para evitar la fuga de dólares a través de falsas operaciones.
El nuevo sistema de control de las importaciones, que fue adelantado en exclusiva por El Cronista, busca revisar las trabas a las compras del exterior a partir de un monitoreo más preciso de las operaciones de comercio internacional.
«No tengo idea de cómo irá a funcionar», confesó el vocero de una entidad industrial, pero afirmó que «cualquier esquema que dé mayor previsibilidad y transparencia operativa, será bienvenido»; en ese punto describió que «fuera de lo esperado, pese a la baja sustancial que representó la compra de energía, en agosto y septiembre no se flexibilizaron las importaciones«.
Duplicidad de pedido de autorizaciones para importar, montos excesivos, mercaderías ajenas al rubro del importador, posiciones arancelarias alteradas para sobrefacturar la importación futura, mediante triangulación y uso abusivo de cautelares son las principales razones que el Gobierno enumeró al delinear su Nuevo Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA).
Por su parte, Daniel Funes de Rioja, líder de la Unión Industrial Argentina (UIA), señaló que «las complicaciones no vienen por la norma». «Son producto de la realidad que es la falta de divisas para el normal abastecimiento de los insumos industriales», explicó y se mostró prudente respecto al funcionamiento de la nueva herramienta «veremos su funcionamiento efectivo para una evaluación».
escasez de divisas
La raíz del problema la reconocen los propios funcionarios que apuntan a la brecha cambiaría como la principal causa de que las maniobras irregulares aumenten. «Somos conscientes del problema de la brecha, de que la falta de dólares y la inflación nos están complicando», dijo José De Mendiguren durante su participación en el 14° Coloquio Industrial organizado por la Unión Industrial de Córdoba (UIC) y descartó una «devaluación brusca».
Frente a empresarios industriales, el secretario de Producción ratificó que «los pocos dólares que hay se destinarán a no parar la producción» y apuntó a la «matriz productiva» como uno de los grandes problemas de la economía argentina; «vende al mundo lo que vale poco y compra lo que vale mucho».
De cara a la nueva regulación que entrará en vigencia este 17 de octubre, los industriales pasaron factura al Secretario: desde molinos eólicos parados y talleres mecánicos desbordados por falta de repuestos; desabastecimiento en la industria del software, alimentos, automotriz y laboratorios hasta sectores que comienzan a regular la oferta, como el de libros y electrodomésticos.
Cuenta regresiva
A contratiempo, frente a las primeras señales de enfriamiento en la actividad económica, que reflejó el instituto Nacional de Economía y Censo (INDEC), a través de su propio estimador mensual (EMAE), que arrojó una variación de 0% en julio, antes que la situación se profundice, luego de más de 60 días al frente de la cartera de Economía, Sergio Massa pone la lupa en el intercambio comercial, a través de un nuevo mecanismo para revisar las trabas a las importaciones.
«El comercio exterior no funciona así, no funciona con restricciones; funciona con fluidez», dijo a El Cronista un empresario de la industria citrícola con más de 20 años en la exportación y explicó que más del 80 % de las compras del exterior de la Argentina se destinan a la producción industrial; «cuando se ponen trabas, se frena una cadena que ingresa divisas al país», agregó y señaló que el comercio exterior debe mirarse de forma integrada.
Con impulso fuerte de la comercialización de commodities y otros productos primarios, la Argentina puede cerrar el año con un récord de u$s 100.000 millones en exportaciones, tras los 97.000 millones que se alcanzaron en 2017.
Pero desde el sector exportador, indican que no alcanza. «Las recientes medidas destinadas a controlar el flujo de dólares a través del nuevo sistema de importaciones y paralelamente, a través del masivo incremento de posiciones arancelarias en licencias no automáticas, generan más incertidumbre para quien considera invertir producir y exportar«, se quejó un referente a nivel nacional.
Con la última reglamentación las Licencias No Automáticas (LNA) que se mantienen en promedio por debajo de 1.500 posiciones desde 2017, pasaron a más de 4.000, lo que representa cerca del 50 % de los productos que atraviesan la Aduana. «Es necesario entender que ser confiable en los mercados internacionales está directamente vinculado con el empleo, que es lo que necesita nuestro país», agregó el empresario que prefirió opinar en off.
«Si las pymes puede comenzar a importar, seguramente se va a ir normalizando la situación en distintos sectores de la industria donde hoy hay empresas que por falta de insumos o bienes de capital están produciendo menos, lo que significa menos horas extras, un turno menos, y problemas para producir», indicó Daniel Rosato, titular de Industrias Pyme Argentinas (IPA).
El dirigente empresario valoró que «la medida busca administrar mejor los dólares que salen de la Argentina, para que vayan exclusivamente al sector productivo» y consideró que representa un cambio frente a la imprevisibilidad del sistema actual. «Hay pymes con pedidos desde hace 6 meses, que han tomado crédito para maquinaria, que ya estaban prácticamente listas para ser importadas y no se ha podido por la falta de habilitación de SIMI», apuntó.
Desde la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC), indicaron que los problemas de comercio exterior fueron uno de los ejes centrales del último encuentro con el Secretario de Comercio, Matías Tombolini. Aunque se mostró optimista respecto a la nueva normativa, su titular, Natalio Grinman señaló que «es necesario que sean políticas más o menos perdurables, si se cambian las reglas de juego constantemente esto traería más incertidumbre que previsibilidad».
«La forma más sana para no tener problemas para importar es exportar más», añadió.
La Confederación General Empresaria de la República Argentina (CGERA) respaldó la decisión del Gobierno pero advirtió que el plazo de 60 días tras el despacho a plaza para girar las divisas continúa siendo insuficiente para muchas pymes: «significarían aproximadamente 100 días para poder girar (60 días más 45 de flete), teniendo en cuenta que muchas pymes tenían hasta el momento 90 días de plazo y en otros casos, pago anticipado o contra documentación de embarque».
«Esta situación ubica en mejor posición a empresas multinacionales o grandes compañías, ya que es su propia casa matriz la que le vende y puede obtener el plazo, o cuentan con acceso a créditos en el exterior que les permite pagar de contado al proveedor», aclaró.
«En el caso de las pymes, es difícil tener este financiamiento externo y el plazo de los proveedores. Muchas pymes que contaban con estos créditos los perdieron por falta de cumplimiento de pagos por no tener acceso a las divisas en el tiempo pactado», marcó la entidad en un comunicado.