Fuente: Cronista – Mariana Compiano, gerente de Comunicación interna y externa de Mondelez, revela la estrategia de la empresa para llegar y emocionar a las distintas audiencias y generaciones.
«Mondelz es una empresa con una cultura única. Si bien es una compañía que no es tan conocida por su marca corporativa y es relativamente nueva como tal, tiene marcas añoradas y con muchísima trayectoria. Y en términos de comunicación lo que buscamos es transmitir historias y sensaciones de marcas que están muy relacionadas con las emociones». La que habla es Mariana Compiano, gerente de Comunicación Interna y Externa de Mondelz para el Cono Sur, quien da cuenta de las pautas con las que la firma construye sus mensajes clave.
Chocolates Milka, Cadbury y Shot, los caramelos Halls, los chicles Beldent y Bubbaloo, galletitas entrañables como las Oreo, Cerealitas, Express, Pepitos, Lincoln, Tita y Rhodesia, los alfajores Terrabusi… Sí, las diferentes marcas producidas por Mondelz invitan a un viaje mágico a la nostalgia de muchas generaciones y, del mismo modo, nutren el presente de las actuales.
«Podemos apalancarnos en marcas que transmiten emociones«, agrega Compiano. Y revela que ella misma, cuando ingresó en la compañía hace un año, recordó inmediatamente a su abuelo, quien la llevaba a un kiosco y compraba caramelos Halls, un clásico eterno. Relata la sensación de grata picazón al probarlos en aquellos días y confiesa que la conserva hoy al compartirlos con sus hijas.
El desafío en términos de comunicación es alcanzar a las distintas audiencias vinculadas con marcas que tienen su propia personalidad y un largo camino recorrido, pero que van transformándose con el paso del tiempo. Por ejemplo, «ya existe una generación Z que consume Beldent y debemos hablarle a esa generación».
En ese sentido, Compiano sostiene que «cada marca tiene su propia identidad y por eso lo importante para nosotros, cuando hablamos de marca corporativa, es apalancarnos en esas etiquetas que se van reinventando y así potenciar lo que somos y llegar a los distintos públicos».
Este proceso impone una permanente escucha activa de las inquietudes de los consumidores. Las redes sociales juegan un papel clave en este punto. Tanto es así que Mondelz transita el camino hacia la digitalización para ofrecer una respuesta específica a cada segmento.
Entre otras iniciativas lanzó recetarios, un chat en el que es posible descubrir cómo hacer un flan con Oreo -bajo la campaña «Hoy te convertís en Oreo»- y hasta Terrabusi cuenta con su propia cuenta de Instagram @Terrabusiar para darle vida a un postre con galletitas Lincoln en sus nuevas versiones de coco y chocolate.
«Nos manejamos con velocidad para que todos los consumidores puedan encontrarnos en el momento en el que están pensando en nosotros», puntualiza. Esa idea va de la mano con el propósito de la empresa: «Hacer el snack correcto, en el momento correcto y de la forma correcta». A la vez persigue un concepto decisivo para los negocios de Mondelz: «Estamos muy cerca del consumidor».
Consciente de que la comunicación es un «arma superpoderosa», Compiano aclara que las decisiones de la empresa a la hora de emitir sus mensajes se abrazan a una noción muy clara. «La coherencia en la comunicación es muy importante porque todo comunica. La no comunicación también es comunicación. Es comunicación negativa. Por lo tanto, tenemos que estar atentos a dar respuestas a todas las plataformas y audiencias», establece.
Con presencia en la Argentina, Uruguay, Paraguay, Compiano explica que la empresa cuenta con 2300 colaboradores vinculados con la cultura de la transparencia, la sustentabilidad, la cercanía, tanto a nivel interno como con los consumidores, y con la innovación. Y remarca en que la misión general de Mondelz es «tener los mejores productos, de la mejor calidad y producirlos de la mejor forma», sin perder de vista que en cada alfajor, galletita, chocolate o caramelo están vivos los recuerdos y las emociones que son capaces de vencer el paso de los años.
La versión original de esta nota se publicó en el número 362 de revista Apertura.