Fuente: Cronista – La Administración de Milei «tiene mucho más que ver con lo que hacemos nosotros», dice Martín de la Serna. Sus definiciones: del Galperin tuitero a tener «un Banco Central normal».
Si no fuese por la Argentina estamos en un momento mucho mejor que el año pasado», dice Juan Martín de la Serna, presidente en el país de Mercado Libre. «Me refiero al negocio, no al país. Todo lo que está pasando en el país, obviamente, se refleja en una caída de consumo, que también se refleja en una caída de consumo dentro de Mercado Libre. Y eso nos tiene un poquito preocupados».
A pocos metros de donde se realiza esta nota, está Marcos Galperin, fundador de la compañía, esperándolo para la reunión «de los jueves», que en vez de hacerse en Uruguay -donde actualmente reside Galperin-, como ocurre habitualmente, se hizo en el headquarter de la empresa, en el barrio de Saavedra.
Según el más reciente informe financiero, la Argentina registró en el último trimestre del año pasado ingresos netos por u$s 923 millones, de los cuales u$s 376 millones corresponden al segmento del e-comerce y u$s 547 millones, al de fintech, siendo, en período de cierre de 2023, Mercado Pago su principal negocio en el país.
Los números muestran una escueta y modesta recuperación del 29% con respecto a los trimestres anteriores, donde los ingresos comenzaron a caer después de los primeros meses del año.
Esta situación coloca a la Argentina en el tercer mercado de importancia, después de Brasil y México, para la compañía de Galperin, que obtuvo ingresos netos consolidados de u$s 4261 millones en el cuarto trimestre, mostrando un crecimiento de 41,9% en el tercer trimestre.
Por su parte, a nivel global, la empresa, que tiene un valor de mercado de u$s 79.000 millones, tuvo ingresos totales durante 2023 cercanos a los u$s 14.500 millones, un 37% más en comparación al 2022
– ¿Desde cuándo empezaron a notar la caída que experimentó el negocio durante el año?
-Todo el año fue irregular. Hasta mediados de año estuvo bastante flojo. A medida que empezaron a aumentar los precios y a devaluar, mucha gente empezó a consumir productos como una manera de dolarizarse. Ahí empezó a reactivarse. Pero, el arranque del verano fue bastante lento. Sin embargo, las ventas caen menos que la actividad económica. Pero medido en cantidad de transacciones, está flojito.
– ¿Y cómo ve la evolución para lo que queda del año?
-Bueno, depende mucho de cómo le vaya al Gobierno. Ojalá que le vaya bien, ¿no? Pero nosotros hacemos todo lo posible para que nos vaya bien. Invertimos, contratamos gente, hacemos todo lo que solemos hacer en los últimos 25 años. Sin embargo, hay cosas que, obviamente, nos exceden. Yo creo que, si el Gobierno logra encausar la cosa, le puede ir muy bien. Le está costando un poco, por métodos o errores propios, creo. Y, por otro lado, porque, obviamente, la Argentina tiene un tema patológico. Pareciera que hacemos todo lo posible para no progresar.
– ¿Se refiere a los políticos o al empresariado local?
-Yo creo que mucho más la política que el empresariado. El empresariado se acomoda a lo que haya. Obviamente, estoy hablando del empresariado serio. Me parece que cualquier cosa de lo que está pasando no es atribuible al empresariado, y creo que sí lo es al sistema político. Entonces, quizás intentar algo un poco distinto puede estar bueno, y a veces pareciera ser que eso no es posible.
– Cuando dice que el Gobierno está cometiendo errores, ¿a qué se refiere?
– Yo entiendo a algunos que dicen: «¿Cómo podés pretender que en 15 días resuelva 600 y pico de artículos? (N.d.R.: en referencia a la primera etapa del DNU). Ahí hay un punto y creo que hay cosas que no tienen ninguna urgencia, ni siquiera son relevantes. No sé si ha sido una estrategia o qué, pero evidentemente no funcionó. Quizás si nos hubiésemos concentrado en las cosas más relevantes y más urgentes, probablemente el tratamiento hubiese sido distinto. Dudo, porque lo que hay es medio de fondo como «voy a hacer todo lo posible para que te vaya mal», para que después tengas una razón para criticar o volver o lo que fuere. Pero, qué sé yo, son estrategias, veremos. En el tiempo se verá si estuvieron bien o estuvieron mal. Pero creo que la Argentina tiene una oportunidad enorme y la verdad que a veces es triste ver que pasa el tiempo y seguimos hablando de oportunidades y no de logros.
– ¿La llegada del nuevo Gobierno le cambia las proyecciones y las inversiones para este año? ¿Tuvo que modificar en algo su estrategia?
La verdad que no, en términos generales. Creo que lo que sí provocó es que empezáramos a pensar en algunos proyectos para la Argentina que durante algunos años habíamos decidido no iniciar. O algunos que hay que empezar a pensar, sí, por ejemplo, eventualmente va a ocurrir algún tipo de dolarización o bimonetarismo en el país. En ese caso, por ejemplo, tu cuenta de Mercado Pago debería contemplar la posibilidad de que puedas mantener un saldo en dólares, y eso no se hace de un día para el otro. Entonces, estamos pensando en eso. Ya empezamos a brindar la posibilidad de comprar dólar MEP a través de Mercado Pago. Eso no era algo posible de pensar hace meses atrás.
– ¿Retomar la iniciativa de una cuenta sueldo está en los planes?
-La cuenta sueldo está ahí, también en condiciones de aplicarse, pero faltan algunos detalles mínimos de normativas. De todos modos, el Central ya tiene otra dinámica y otra lógica de cómo abordar y pensar los temas.
«Es triste ver que pasa el tiempo y en la Argentina seguimos hablando de oportunidades y no de logros».
– ¿Siente que hay un Central un poco más más abierto?
– Yo tuve una sola reunión, que en este corto periodo de Gobierno es un montón. En base a eso, se nota que hoy hay un Banco Central normal, con los pies sobre la tierra, pro fintech y eso es bueno para el negocio. El problema no es este Central, el problema era el anterior. Este es un Central normal. No se trata de ser un Central iluminado o un Central pro, sino de dejar de ser un «anti algo», que es lo que ocurrió durante tres años y medio. Era un Central pro bancos y anti fintech. Muchas de las cosas que se vienen queriendo hacer, no sé, por ejemplo lo de los Debin, no tiene ni pie ni cabeza. Hay que intentar ponerle un freno a algo que viene ocurriendo por impericia de ellos y no por ninguna otra razón. Lo que pasó durante 2023 con el crecimiento del Fondo Común de Inversión que operamos con el Banco Industrial se dio porque a medida que la inflación se iba acelerando, cada vez tenía más sentido que la gente deposite sus ahorros, sus pesos, o lo que tiene que gastar en la semana en la cuenta del Mercado Pago, que rinde un interés. Cuando los bancos empiezan a ver ese flujo de dinero que se va hacia Mercado Pago u otras, intentan trabarlo, complicarlo. El Debin es eso. Para mí hay cosas mucho más importantes. Entonces, claramente hoy hay un Banco Central con una dirección mucho más normal, que puede ofrecer la libertad de que quien quiera usar algo, lo use.
– ¿El fenómeno de Mercado Pago que se da en la Argentina es igual en otros países?
– La Argentina siempre fue como el país donde más innovábamos al principio. Y muchas de las cosas que hicimos, las hicimos primero aquí. Después, lamentablemente por una cuestión política, fue cambiando. Claro. El fondo en Brasil salió tres años más tarde que el fondo en la Argentina. El fondo en México creo que ni siquiera salió todavía. Pero bueno, eso empezó a cambiar. Pero, por ejemplo, las herramientas de cripto tuvimos que terminar haciéndolas en otros países. De todos modos, hoy en la Argentina no podés no usar Mercado Pago. El crecimiento que ha tenido es impresionante, y para eso invertimos mucho tiempo y mucho dinero en construir toda esa infraestructura. Entonces, de golpe viene un Banco Central y te dice: «Bueno, ahora vos tenés que compartir todo esto con todos a través de la interoperabilidad». ¿Con todos? ¿Cómo? Nosotros acatamos lo que nos piden, que es permitir que los QR sean interoperables, pero pretendemos cobrar algo por eso. Es parte de la negociación con la que estaremos. El Banco Central anterior pretendía que eso no tuviera costo. Ahora, somos muy optimistas de la oportunidad que tenemos, como por ejemplo la emisión de tarjetas de crédito.
-¿Lo ve viable en el corto plazo?
– De hecho, el DNU creo que ya lo habilitaba. Todo el negocio de créditos que está relacionado con Mercado Pago es un negocio de mucho potencial, justamente porque es un mercado no bancarizado. Estamos en uno de los grandes momentos de Mercado Libre. Tenemos un negocio sano, con crecimiento, sin deuda, con rentabilidad, con liquidez, culturalmente con una organización creciendo.
– Tienen una mezcla de trabajar como lo hacían hace veintipico de años, e innovar a la vez ¿Cómo se hace eso en el día a día en un país tan cambiante?
– Es que Mercado libre ya no es una empresa argentina. No está, hablando bien, infectada por el cortoplacismo argentino. De hecho, la Argentina hoy es el tercer mercado en términos de relevancia. Entonces estamos mirando otras cosas, básicamente. Pero, la respuesta es machacando y trabajando sobre la cultura de emprendedora que tenemos, tomar riesgos y trabajar colaborativamente con un objetivo común. La verdad es que fluye. Los que estamos dirigiendo esa empresa, estamos hace veinticinco años acá. Entonces, que alguien pueda venir hace dos meses y cruzarse con Marcos Galperin, hace a la cultura. Estamos todos nosotros acá, de alguna manera, dando el ejemplo y seguimos lo suficientemente motivados. Hace veinticinco años no sabíamos ni para dónde íbamos, pero estábamos. Y creemos que la oportunidad todavía es gigante y eso se contagia, se impregna.
– Y cuando dice que miran otras cosas, ¿cuáles son?
– Miramos qué está pasando en el mundo, hacia dónde van las industrias, hacia dónde van los negocios, qué pasa con las crisis mundiales y cómo eso puede afectar la liquidez de las empresas. Por ejemplo, hasta el final de 2021, las tasas de interés eran básicamente cero en el mundo. Con lo cual cualquiera podía ir a montar un negocio, invertir miles de millones de dólares, endeudarse y no ganar plata durante años. Así tenías empresas que valían miles de millones de dólares. Empezamos a mirar eso y dijimos: esto no va a durar para mucho tiempo más. Eso cambió y eso lo vimos venir, por suerte. Decidimos empezar a enfocarnos en la rentabilidad, en no intentar hacer cualquier cosa, en hacer inversiones que no tenían ni siquiera forma de seguir su rendimiento y cosas por el estilo. Entonces, somos una empresa innovadora, emprendedora, que seguimos tomando riesgos. Pero a la vez, ya tenemos un tamaño tal que tampoco podemos hacer locuras.
La responsabilidad de pagar 58.000 sueldos por mes no es poca cosa, al igual que representar a miles o millones de accionistas que esperan que vos tomes las decisiones correctas.
– ¿Cómo se hace para convivir con un presidente como Galperin, súper tuitero, que le puede responder desde a un periodista hasta una persona común y sus declaraciones se amplifican? ¿Cómo se sigue enfocado en el negocio sin que eso lo afecte?
– Yo creo que hay cosas que podría evitar. Esa es la respuesta política. Creo que en muchas otras es muy valiosa su opinión, muy respetada. Todo lo que dice y hace genera ruido, genera clics. Entonces hay mucha gente también que de alguna manera aprovecha eso. Pero hay algunas cosas que podría evitar. No me altera para nada ni me saca de foco, al contrario. Es su forma de estar.
– ¿Con Milei se reunieron ya?
– No, pero nos vamos a reunir. Tuvimos oportunidad de hacerlo tiempo atrás.
– ¿Se pueden decir que están políticamente alineados con Milei?
– Y… tiene mucho más que ver con lo que hacemos nosotros. Sí, claro.
– ¿Cómo le hacen frente a cuestionamientos como el tema de los subsidios estatales que tiene la empresa?
– Nos ocupamos de hacer nuestras cosas y hacerlas bien. Y a las pruebas nos podemos remitir, digamos. Somos las pocas compañías que seguimos creciendo, invirtiendo, confiando y mirando un horizonte que está bien lejos. No podés entrar todo el tiempo en el debate de lo que hace bien, lo que hace mal, porque siempre te van a criticar por algo.
– ¿Podrían prescindir del subsidio?
– Podríamos prescindir de eso. Creo que es una herramienta súper útil que ha permitido que la industria crezca. Hoy la economía del conocimiento es una industria gigante y con una oportunidad muy grande para la Argentina. El año que viene va a generar u$s 10.000 millones en divisas. El régimen de promoción de la industria del conocimiento permite contratar gente y tener un beneficio en las cargas sociales. Esa es la parte que creo que cuando empiezan a criticar no diferencian entre el subsidio y un beneficio. El subsidio es el del colectivo. En esta industria tenés que invertir, contratar y dentro de qué tiempo, cuando empiezas a ganar dinero, ahí vas a poder tener el subsidio. Claro. Durante una etapa de gestación de una compañía es muy útil, en algún momento en el futuro deja de ser tan útil, cuando las empresas se transforman en algo grande. Es una forma también de retribuir lo que uno hace. ¿Poder prescindir? Sí, podés prescindir. Tendríamos que analizarlo. También las sumas que se dicen no son las que son, porque eso está basado en un cálculo con el dólar a $ 320. Entonces se tiene que, prácticamente, dividir por tres con el dólar a $ 850. Es algo que lo venimos considerando. Así que por ahora no hay ninguna decisión tomada.
– ¿Por qué sumar otras unidades de negocios como el pedido de comida o el servicio de streaming cuando hay jugadores importantes de eso en el país?
– Mercado Play generó un revuelo importante y está andando muy bien. La verdad que es un servicio espectacular para un montón de gente. Hoy creo haber leído un título que, con esto de la devaluación, que ha subido el costo de Netflix, tiembla Netflix porque Mercado Pago ahora ofrece streaming… Que Netflix esté temblando porque ofrece contenido gratuito para usuarios de Mercado Libre, me parece un poquito exagerado. Pero creo que es interesante. Pero, básicamente lo hacemos también como beneficio para nuestros usuarios más leales. Así como tiene envío gratuito, podes tener música, películas… Y la idea de ampliar es a base del negocio, pero está creciendo porque la oportunidad es muy grande. Es lento, no es que apretás dos botones y listo. La de comidas diría que anda bien, pero tiene un impacto muy limitado, porque esa es otra cosa que tenés que ir desarrollándolo. Pero, va a haber inversiones para esos dos segmentos. Están ocurriendo orgánicamente que están creciendo y todas las semanas hay más volumen que el anterior, y es una buena señal, pero es un proyecto y que sólo está en la Argentina, a diferencia de todo el resto de las cosas que hicimos. Para que eso funcione tenés que tenerlo en Córdoba, en Tucumán, en Bariloche, en todo el país. Eso requiere un esfuerzo gigante.
«Hoy hay un Banco Central normal, con los pies sobre la tierra, pro fintech y eso es bueno para el negocio».
– ¿Qué espera para este año para la compañía?
– Que sigamos ejecutando como lo venimos haciendo, enfocados y sin dispersarnos en hacer cosas para competir con otros segmentos, otras industrias. Es muy grande la oportunidad que tenemos en lo que estamos haciendo. Nosotros somos nuestros propios competidores, porque venimos compitiendo contra monstruos internacionales exitosamente. No veo por qué eso vaya a cambiar. Acá se preguntan por qué no abren para que venga Amazon. Amazon no viene a la Argentina porque no quiere. Obvio. No hay nada que le impida. Sí. Darle las condiciones para que pueda venir y te garantizo que vendría. Pero tampoco le fue muy bien ni en Brasil ni en México haciendo eso.