Fuente: Cronista ~ Las entidades piden que se atiendan los reclamos del sector. La liberación de importaciones para producir están a la cabeza de las demandas.
Las pymes argentinas comenzaron el año con una agenda llena de demandas y preocupaciones. El año electoral, las restricciones a las importaciones, la sequía y la inflación encabezan el ránking de las urgencias.
Sin embargo, referrentes de diversas entidades empresarias pymes destacan que el impulso del mercado interno y una historia hecha a base de resiliencia hará que las empresas crezcan a pesar de todo. Tanto el comercio, la industria, como las economías regionales esperan un 2023 con una macro algo más ordenada que sostenga el consumo.
Un 2022 lleno de obstáculos
El 2022 fue un año problemático. Si bien comenzó a todo vapor a caballo de la reactivación pospandémica de 2021, la crisis cambiaria de mitad de año funcionó como un parteaguas en la economía y que provocó, entre otras cosas, un cambio de ministro de Economía para poner en caja las variables marcoeconómicas, como la inflación que se disparó a niveles cercanos al 100% anual.
Alfredo González, presidente de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), dijo que hay que separar el año en dos partes. «El primer trimestre comenzó con una expectativa positiva, pero ya en el segundo semestre comenzó la inestabilidad macroeconómica con un julio y agosto muy malos, donde no había siquiera precios de referencia. De hecho, por primera vez en muchos años, no pudimos dar las estadísticas de ventas minoristas del mes de julio porque no teníamos precios de referencia. Luego tuvimos cinco meses consectutivos de bajas en las ventas, hasta que recién en diciembre tuvimos un dato positivo».
No obstante, en líneas generales, coinciden todos que para las pymes las cosas no fueron tan mal.
Camilo Kahale, presidente de la Federación Económica de la Provincia de Buenos Aires (FEBA), destacó que fue un año bastante mejor que 2021 que continuaba con el arrastre de la pandemia. «Desde octubre de 2021 hacia adelante fue recuperándose hasta agosto de 2022. En ese tiempo se fueron ocupando los locales que se habían desocupado el año anterior. El comercio comenzó a reactivarse, la industria estuvo bien, salvo algunas empresas que no pudieron conseguir los insumos para las fábricas y exportar. Pero en un balance fue positivo».
Pero, matizó, la inflación perjudicó mucho ese crecimiento. «Las paritarias que se abrieron allá por abril quedaron desfasadas y si la gente no tiene dinero en el bolsillo se enfría la economía, como pasó en septiembre octubre y noviembre. Diciembre anduvo muy bien cerramos un año bueno. La gente compró. Ayudó el bono y las herramientas con la cuenta DNI del Banco Provincia que tenía ofertas con descuentos del 50%».
Falta de insumos
Una constante entre los reclamos del sector al Estado Nacional es la demora o falta de permisos para la importación de insumos para la industria. Si bien, hay comprensión de que estas restricciones tienen que ver con la falta de dólares, la queja es que frenó el creimiento de muchas empresas, e incluso dificultó exportaciones.
Daniel Rosato, presidente de Industriales Pymes Argentinos (IPA), dijo que, si bien para industria el saldo del 2022 fue positivo, «la falta de dólares derivó en la falta de insumos, materias primas, equipamientos y maquinarias por lo que muchas empresas no pudieron producir. Incluso algunas que han comprado y no han podido importar».
Y destacó que aunque muchas invirtieron en nuevas tecnologías para satisfacer una demanda creciente y en un mercado donde abunda el trabajo, no pudieron concretar sus proyectos por las trabas.
Un ejemplo, señaló, «es el caso de los fabricantes de cables para la industria automotriz. No les permitían importar cobre porque no les autorizaban a girar anticipado, pero en el exterior ningún productor de cobre entrega sin pago anticipado. Así no se pudo entregar a las terminales y se impidió la sustitución de importaciones».
Rosato lamentó la ruptura de la cadena productiva que así se produce, lo que «hace que muchas empresas frenen las inversiones o no tomen personal».
Sequía devastadora
Para las economías regionales y diversos sectores de la industria alimentaria, hubo un elemento adicional que provocó grandes pérdidas en todo el país, La sequía que afecta aún todo el territorio fue devastadora para un gran número de pymes relacionadas al agro.
Gabriel Duranti, presidente de la Unión Industrial de Tigre y director de DUSEN y DMC Agroindustrial, puso en evidencia esta situación.
«Como empresario directamente vinculado a la actividad agropecuaria, con una planta de procesamiento en el norte argentino, tengo que decir que fue un sector fuertemente afectado por la sequía, las economías regionales estuvieron muy complicadas. Los cultivo de chía, de garbanzos, de lentejas, de arvejas se complicaron y todos esos productos se dispararon de precio», relató.
Lo peor, señaló, es que «no hay una perspectiva de mejora inmediata. Hace unos cuincuenta días llovió y muchos de animaron a sembrar, pero siguió una seca horrible. Lo que viene para adelante en este sector, seguirá siendo muy complicado. Con el adicional que hay problemas con el abastecimiento de insumos. No nos olvidemos que tuvimos un 2022 con muchos problemas con el abastecimiento de gasoil hace seis meses y hace cuatro otra con los neumáticos. Y los seguimos teniendo. Y ahora faltan muchos otros insumos por las restricciones a las importaciones, aunque entiendo que las autoridades nacionales lo saben y están trabajando en eso, pero los problemas existen».
Respecto a la industria agroalimentaria, Duranti, ve un panorama similar en algunos rubros, Hay falta de mercadería. Poco comino, poco ají, poco perejil. coriandro, lino. El clima afectó muchísimo a toda la cadena. Entonces se combinó que con los faltantes internos y faltantes externos por las restricciones, así en muchos casos los precios se dispararon, no porque el productor argentino es malo. Sino porque el mercado funciona en todo el mundo así».
Pespectivas 2023
El mundo pyme es por naturaleza optimista. Todos los entrevistados para este artículo tienen confianza en que el 2023 mejorará y pusieron énfasis en la resiliencia, fuerza de voluntad y espíritu que caracteriza a los empresarios locales.
«Tenemos que ser positivos y estar esperanzados los que estamos en entidades empresarias porque todos los días tenemos que levantar la cortina de nuestras empresas», expresó Kahale.
Sin embargo, el reclamo es también unánime: reglas de juego más claras y perspectiva de largo plazo que permita la planificación.
González reclamó que se «reactive el dialogo para que no lleguemos a un cuello de botella. Entendemos la situación del país, pero también hay que entender el contexto internacional. Hoy con los conflictos que hay los plazos para importar los insumos por una cuestión logística aumentaron. Ya no alcanza con 30 días. Ahora se necesitan 60 a 90 días. Si no se cuenta con previsibilidad podemos quedarnos sin insumos».
Kahale pidió «un alivio de cargas: Ahora le van a sacar los subsidios a las privatizadas, pero todo eso va a ir a los precios, porque sino todo sale del mismo bolsillo. No nos olvidemos que hay un 40% de la economía en negro. Siempre el 60% banca al 100%. Y si no miran eso va a haber problemas siempre».
Rosato, dijo por su parte, que el 2023 va ser bueno, con mucho trabajo. «Pero lo que habría que hacer dialogar más. Nosotros estamos en condiciones de sustituir importaciones, pero no lo podemos hacer por la falta de dólares, de insumos. Se necesita que las pymes puedan importar insumos libremente para bajar costos y poder producir. Son los sectores a los que hay que priorizar, porque son parte de la cadena productiva del país. Si una parte de la cadena no consigue insumos se puede romper la cadena productiva».
Otro tema, reclamó, es el de las exportaciones. «Hay empresas que compran y venden al valor de dólar oficial, pero sus costos de producción son al valor de la economía doméstica y esos valores aumentaron el doble y el dólar no acompañó. Alguien que exporta se ve muy afectado porque el tipo de cambio no acompaña a la inflación».
«Hay que corregir rápidamente el riesgo de que se paralice la producción por falta de insumos. Hay que trabajar sector por sector y empresa por empresa. Entendiendo que hay empresas industriales, de comercio y de servicios con realidades distintas. Que, incluso, tienen intereses cruzados», finalizó.
Duranti, en tanto, destacó que el 2023 como un año electoral será ruidoso. Pero «como miembros de entidades empresarias tenemos como tarea ser optimistas, pero al mismo tiempo de aspirar a conversar con el Estado para ordenar un poco las políticas destinadas al sector. No ya a cambiarlas, pero al menos a ordenarlas».