Fuente: A24 – Tenemos una economía con 36 cepos, 57 tipos de cambio, presión tributaria insostenible, falta de seguridad jurídica y previsibilidad macro y micoeconómica. Cuáles son las barreras para importar.
El libre comercio ha generado los incentivos y las oportunidades suficientes para aumentar en forma simultánea la riqueza global de la humanidad e incrementar las diferencias sociales que genera para aquellos que optan por extraer la riqueza de sus naciones y obtener un beneficio de esa acción.
A su vez, en el mundo el comercio ha mejorado los ingresos reales de los más vulnerables.
En Argentina hace décadas que mostramos el dolor del sentido de privación económica entre los que logran progresar y los que se van quedando o descendiendo socialmente, producto de una economía con 36 cepos, 57 tipos de cambio, presión tributaria insostenible, falta de seguridad jurídica y previsibilidad macro y microeconómica.
De acuerdo a la consultora DNI, en 2023, Argentina tendrá la menor participación en el comercio internacional mundial de la historia comparable: 0,25%.
En los últimos años, ronda 0,3%. A inicios del siglo XXI 0,4%. Cuando se recuperó la democracia era 0,43%. En 1970 era 0,58% y en 1960 era 0,87%. Más pobres y más cerrados al mundo.
En 2022 Argentina tuvo exportaciones record por USD 88.446 millones y en 2021 tuvo el cuarto mejor registro de su historia con USD 77.934 millones, sólo superado por los datos de 2011 y 2012, cuando se nos ocurrió incorporar CEPOS y restricciones a la importación con desdoblamiento del mercado cambiario. O casualidad como en este momento en 2023.
Sin embargo, tenemos escasez de dólares para importar y cada vez pisamos más operaciones.
Las empresas de los distintos sectores advierten que ya no pueden cumplir con sus obligaciones a sus proveedores debido al vencimiento de las famosas SIRA (o permiso de importación).
A su vez, las aprobaciones de las SIRA vienen frenadas en los últimos meses (se agilizan mucho más las que se operan en yuanes). Uno de los sectores más demandantes de dólares es el automotriz, que lleva más de 40 días sin aprobación de las SIRAS para autos terminados.
Importar es una odisea y ya tienen inconvenientes hasta las empresas que importan insumos para productos de consumo masivo (alimentos, bebidas, artículos de limpieza y cuidado personal).
El laberinto para importar implica sortear al menos 7 pasos y barreras importadoras desde el momento que solicitan los dólares hasta que efectivamente se le autoriza a su acceso.
- El inicio consiste en confeccionar la declaración jurada para la elaboración de la SIRA (Sistema de importación de la República Argentina).
- Luego AFIP mediante el Índice CEF (Capacidad económica financiera) verificará mediante las declaraciones juradas y datos de terceros la capacidad económica que tiene la empresa al momento de comenzar el pedido de dólares.
- Posteriormente, el despachante de aduana deberá preparar un presupuesto muy específico sobre todo lo que necesita la empresa del proveedor (acá lo más importante es detallar con la mayor exactitud posible todo lo que se necesitara del proveedor).
- Una vez que la declaración esté completa, la información será verificada y la solicitud será aprobada o rechazada, según corresponda.
5- Posteriormente se iniciará el proceso de análisis de la CEF en donde la AFIP evalúa los recursos financieros
6- Luego se evaluará los Estados de una SIRA (Oficializada, Observada, Salida, Cancelada o Anulada).
7- Si el proceso concluye satisfactoriamente a la empresa le ingresará los dólares del MULC (Mercado Libre y Único de Cambios)
Todo el proceso descrito tiene algunas problemáticas e inconsistencias, como la poca relación en los criterios para la elaboración del Índice CEF, la documentación en la preparación de la DDJJ para la SIRA; la cual debe estar completa, analizada y lo más correcta posible para que no sea denegada en el proceso de análisis. Y, finalmente, los organismos interventores en la aprobación de estas SIRAS van desde la AFIP, secretaria de comercio, algunos bancos que giran los dólares finales y demás organismos que pueden hacer demorar la aprobación de las SIRAS.
Entonces, podemos concluir que este circuito para la aprobación de las importaciones son cerrojos para no dejar escapar los pocos dólares que hay en el BCRA. Este proceso está plagado de ineficiencias propias de un sistema que lo único que al final de cuentas intenta es evitar un escape mayor de dólares.
El nivel de importaciones en comparación a igual semestre del año pasado en la mayor parte de rubros descendió desde un 32% en combustibles y lubricantes, 13% bienes de capital y 7% en bienes de consumo. El promedio de caída de las importaciones fue de 8,5 %.
Otro punto clave al respecto de las importaciones es el impacto en los precios en el mercado interno, con los nuevos aumentos impositivos tanto un 7.5% en bienes como un 25% en servicios, generando que la oferta de bienes y servicios se encarezcan cada vez más.
A su vez, provoca una doble presión impositiva debido a que por ejemplo quienes revenden servicios importados quedan gravado por IVA, Ingresos Brutos, tasas, etc. generando así mayor presión inflacionaria.
Por su parte, las importaciones también se encuentran expuestas al efecto suba del dólar ante las especulaciones sobre el próximo cambio de gobierno. En pos de cubrirse, frenan las ventas ante la incertidumbre sobre la reposición de sus productos.
El nivel de reservas del BCRA es de USD 24789 millones que es el más bajo desde el 16 de mayo de 2006.
La activación del Swap Chino es un nuevo intento de llegar, pero no relajará la necesidad de dólares para la importación.
Del lado de la liquidación de exportaciones, los nuevos tipos de cambios que se podrán ofrecer de ahora en más no encontraran stocks suculentos, por lo cual para los próximos meses la escasez de dólares seguirá estando a la orden del día.
El analista financiero libanés Nassim Taleb expresa en su libro «El cisne negro: el impacto de lo altamente improbable»: “No estoy de acuerdo con los seguidores de Marx y los de Adam Smith: la razón por la que los mercados libres funcionan es porque dejan que la gente tenga suerte, gracias al agresivo método del ensayo y error, y no dan a las personas recompensas ni incentivos por su destreza”.
En Argentina hemos puesto tanta burocracia e impuestos para emprender, que cada vez tenemos menos Pymes para ofrecer bienes y servicios en el mercado interno y cada vez le ponemos más trabas para que comercien libremente, haciéndolas menos competitivas y productivas para enfrentarse al mercado global.