Fuente: Cronista – Son ganadoras del Premio Nacional a la Calidad, que reconoce a las empresas pymes líderes en la gestión; «la competencia nos impulsa a mejorar y crecer», señalan, pero siempre en una «cancha nivelada»
La importancia de la calidad 360 en las empresas es fundamental para garantizar la satisfacción del cliente, la eficiencia operativa y la competitividad en el mercado. Sin embargo, alcanzar los altos estándares puede resultar difícil, ya que implica un compromiso constante con la mejora continua, la inversión en recursos y tecnologías adecuadas, y una cultura organizacional orientada hacia la excelencia.
Es por esto que, el Premio Nacional a la Calidad llega para hacer una distinción emblemática en el panorama empresarial argentino, ahora también de las pymes, que se posiciona como un faro de excelencia incentivando el desarrollo de procesos y sistemas destinados a mejorar la calidad en productos y servicios.
Durante más de dos décadas, la Fundación Premio Nacional a la Calidad (FPNC), en colaboración con el Ministerio de Economía, ha liderado la administración de este galardón. Su objetivo principal es reconocer y premiar a las empresas comprometidas con la calidad y la mejora continua en sus operaciones, consolidándose como un referente en la gestión empresarial.
Entre los ganadores de la categoría PyME se destacan empresas como AD Barbieri, Cordero y Macoser, que fue galardonado en la última edición. Estas compañías han demostrado un compromiso ejemplar con la calidad en sus procesos, contribuyendo así al desarrollo y la modernización del sector empresarial argentino. Son tres clientes de Ternium e integran ProPymes, el programa de desarrollo de la cadena de valor del Grupo Techint que apalanca hace más de 20 años a sus pymes clientes y proveedores en la mejora de competitividad, y dio un fuerte apoyo a las compañías en el proceso de presentación al premio.
«Es como mirarte al espejo, donde se refleja cada dimensión de la compañía. Al hablar de este premio, no solo se aborda la calidad del producto, sino que se analiza minuciosamente todo el proceso empresarial, desde sus inicios hasta su visión estratégica. Es más que un simple reconocimiento a la calidad; es un premio a la excelencia en la gestión empresarial, donde se compara a la empresa con un estándar ideal, indicó Rosana Cordero, Socia gerente de Cordero.
La empresa autopartista para la industria automotriz y de motos ubicada en la localidad de Luján, liderada por la segunda generación. Fue fundada en 1954 por Esteban Cordero, un inmigrante italiano que decidió emprender haciendo matricería para terceros, y luego fabricando autopartes.
Cordero brinda soluciones de vanguardia para la movilidad, y es proveedora de las principales terminales automotrices y de motos, entre ellas: Toyota, Honda y Yamaha.
La empresa celebra 70 años de trayectoria, durante los cuales llevó a cabo diversas iniciativas de alto impacto. Entre ellas, se destaca la instalación en 2023 de un parque solar fotovoltaico, que tiene la capacidad de abastecer el 60% de sus operaciones y de inyectar energía a la red local.
Recientemente, Cordero ha sido reconocida por Toyota Motor Corporation con el «Premio a la contribución regional», así como por Toyota Argentina con el «Premio proveedores ESG».
«Este premio representa nuestra fortaleza, demostrando que llevamos en nuestro ADN el espíritu emprendedor en todas nuestras acciones», exclamó Cordero. «No es casualidad que las tres empresas que estamos acá somos pioneras en el uso de las herramientas que nos pone a disposición el programa ProPymes de la empresa que nos provee el acero», agregó
Según indicó, «no se trata simplemente de cumplir con los estándares de nuestros clientes. El verdadero desafío comienza después de cruzar esa frontera, ya que mantenerse en ese nivel es lo más difícil. Es más fácil llegar que mantenerse, así de sencillo».
Por su parte, Walter Barbieri, Presidente y Director de AD Barbieri, resaltó que «el principal valor del premio y una de las grandes claves es que funciona como una herramienta para producir un cambio cultural hacia la calidad y la eficiencia en cada organización; es una oportunidad muy valiosa de aprendizaje donde se generan etapas de feedback con oportunidades de mejora muy enriquecedoras para cada área».
Además, explicó que el proceso de participación en sí, más allá de obtener o no el premio, generó unión de equipo y motivación en el sentir que «estamos todos tirando para el mismo lado, bajo un mismo propósito». En ese sentido, agregó: «yo siento que ProPymes es un respaldo, te motiva y acompaña a seguir creciendo, con una cadena de valor muy fuerte».
La empresa global de perfiles para la construcción fue fundada en 1953 por Arduín Darío Barbieri. Inició sus operaciones con la fabricación de herrajes para cortinas de enrollar y en la década del noventa se especializó en la fabricación de perfiles de acero galvanizado para la construcción en seco, productos de PVC, herrajes y automatismos, hasta transformarse en una empresa líder en Sudamérica.
Con más de 70 años de trayectoria, AD Barbieri continúa fabricando productos con la última tecnología y de alta calidad para el mercado de la construcción local y regional.
«Nuestro principal desafío radica en lograr que conviva nuestra identidad como empresa familiar, marcada por valores como la pasión, la confianza y la rapidez en la toma de decisiones, con los estándares de profesionalismo y los procedimientos propios de las grandes empresas. Es crucial encontrar el equilibrio entre estos dos aspectos para mantener nuestra esencia mientras nos adaptamos a un entorno empresarial en constante evolución», indicó el presidente de AD Barbieri.
Por último, Germán Giletta, Gerente de Manufactura en Macoser S.A., dialogó sobre la competencia en el mercado y las estrategias de innovación que la empresa está implementando para mantenerse a la vanguardia en su sector.
Macoser S.A. es una empresa que diseña, produce y comercializa productos de cocción; cocinas a gas domésticas y semi industriales, cocinas eléctricas, anafes a gas, anafes a inducción y hornos de empotrar eléctricos de marca Florencia y marcas de terceros; y comercializa máquinas de coser marca Singer de uso doméstico.
«La competencia nos desafía constantemente, y ese es el combustible que impulsa nuestro crecimiento. Más que un premio, la calidad se convierte en nuestra carta de presentación en un mercado competitivo. Esta experiencia de crecimiento nos llena de adrenalina y nos impulsa a seguir adelante, brindándonos una sensación de seguridad y protección», exclamó Giletta.
Competir en una cancha nivelada
Con respecto a la apertura comercial y a las importaciones de China, que crecen en la región y representan una amenaza para la industria de América Latina, las tres empresas coincidieron en que hicieron la tarea y no le temen a la competencia, pero siempre en una cancha nivelada. En este sentido, países como Brasil y Chile recientemente han tomado medidas de salvaguarda a las importaciones de origen China que buscan equilibrar las condiciones de competencia con ese país.
Barbieri indicó que la competencia con China se presenta un terreno desigual, por tratarse de una economía centralmente planificada. «Nos enfrentamos a productos subsidiados que además pasan por alto preocupaciones ambientales y de seguridad. Los consumidores argentinos a veces no perciben las implicaciones de elegir estos productos, lo que impacta tanto en la industria nacional como en el empleo».
Por su parte, Giletta manifestó que «producir en Argentina conlleva un sobrecosto que necesitamos reducir. Nuestros competidores extranjeros tienen una ventaja debido a desequilibrios en la regulación e impuestos. Si no ajustamos nuestro régimen impositivo, seguiremos enfrentando obstáculos».
Y resaltó: «Nuestro mensaje es claro: queremos competir en igualdad de condiciones. La competencia nos impulsa a mejorar y crecer. Sin embargo, necesitamos que las condiciones sean justas y equitativas para todos los actores del mercado».
Las empresas expresaron una preocupación compartida sobre el crecimiento de estas importaciones y el impacto en sus operaciones. Aunque reconocen la importancia de mejorar la competitividad local, enfatizan la urgencia de condiciones equitativas para garantizar un campo de juego nivelado. Aspirando a un ambiente que promueva la igualdad de oportunidades y estimule el desarrollo económico sostenible en el país.