Fuente: La Nación – Una pyme local produce un millón de unidades mensuales y exporta a países como China y Estados Unidos, entre otros.
CÓRDOBA.- La familia empezó a fabricar sahumerios en la década del ‘90 en Tres de Febrero, Ciudadela, en Buenos Aires. Fue en un momento en que se encontraron la espiritualidad, la pasión por la naturaleza y el objetivo de poder llegar al mercado con productos de calidad. “Sagrada Madre” es ya una marca reconocida a nivel local y ya exporta a exporta a toda la Unión Europea, Estados Unidos, México, Canadá, toda Latinoamérica y casi toda Centroamérica, Rusia, Israel, Corea del Sur, Vietnam, China, Japón. Son los primeros y únicos productores de sahumerios de la Argentina que venden al mundo.
Los padres de Krishna y Shanta Cichetti, los hermanos creadores de la marca, viajaron a Brasil en los ‘70 y se unieron a la comunidad Hare Krishna, donde la principal actividad era la fabricación y venta de sahumerios. Los dos niños nacieron allí igual que la idea que después se desarrolló en la Argentina. “Mi mamá vendía, mi papá fabricaba. De chicos estábamos en esa comunidad, aprendimos de calidades, nos dio la perspectiva necesaria. Cuando arrancamos fue pensando en que tenía que ser un sahumerio que a nosotros nos gustara”, dice Krishna a LA NACION.
La intención original de los hermanos era importar los sahumerios de Brasil, pero comenzaron con pruebas al fondo de su casa, allí desarrollaron algunos sahumerios y, casi de casualidad, crearon una “bombita de defumación” que es una producción original exclusiva de la marca. “Salió mal una prueba, salió mucho humo y así surgió porque entendíamos de sahumerios”, dice el emprendedor. Después de dos meses de prueba, por ejemplo, surgió el sahumerio de palo santo. Recuerda que el primer mes de las “bombitas” vendieron siete y al año escalaron a 10.000.
“Cuando empezamos visualizamos que exportaríamos -afirma Krishna-. El mundo holístico estaba creciendo. Siempre fue una idea y se fue expandiendo. Vendemos afuera 15% de lo que producimos, no es que ganamos más, sino que equilibra temporadas, ayuda a balancear. La expansión da estabilidad”. Un millón mensual es el volumen de la fabricación de la empresa.
El nombre de la marca se desprendió del “un sueño” de Shanta. “Lo empezamos a meditar juntos, y decidimos que era indicado porque nuestros productos representan la naturaleza, la reivindican, la conexión con la tierra. Fue medio místico”. De aquel “galponcito” del fondo, la empresa creció y hoy cuenta con ocho talleres en la zona de Tres Febrero y emplea a unas 130 personas, además de hacer reforestaciones de árboles nativos y patrocinar un santuario de animales rescatados en mal estado.
Toda la producción es artesanal, los sahumerios combinan hierbas, resinas y aceites esenciales puros. Por ejemplo, hay creaciones a base de frutas de los valles de la Patagonia; usan unas 100 toneladas anuales de pulpa de fruta sobrante de la fabricación de jugos y derivados que es secada al sol y transformada en una materia prima sustentable, base de los sahumerios. Es Biot la firma que, en Neuquén, hace carbón con esos restos. La fábrica le compra unas 60 toneladas al mes. Es un “trabajo equipo”.
Krishna explica que también hacen reforestaciones de Palo Santo en Perú y en el sur de Argentina. Añade que cuentan con un bosque de 10.000 árboles, “porque así como tomamos de la tierra nos gusta devolverle”. Subraya que desde el “día uno” tienen la idea del “agradecimiento” y cuenta que la tarea en Perú fue “compleja” porque el palo santo está en comunidades “muy cerradas, muy humildes” que por ley están obligadas a resembrar. Ahora están por abrir directamente una ONG en ese país.
En el caso de los árboles nativos, en la Argentina trabajan con Reforestar: “Vamos a lugares donde hubo incendios; toda la madera que usamos es de descarte, pero así y todo devolvemos a la naturaleza”. En Misiones, donde compran citronela nacional, también tienen tareas de inversión compartida con los productores y desarrollan viveros en escuelas. “Hogar de los libres” es el nombre del espacio en Exaltación de la Cruz donde tienen el hogar para animales.
La empresa, ratifica Krishna, tiene un “fuerte compromiso” con la sostenibilidad y la ecología, por lo que evitael uso de componentes químicos y opta por envases eco-amigables, además de promover que sus clienteshagan un uso consciente de lo que hacen. “Buscamos una comunión con la tierra y el universo. Junto a nuestros artesanos y nuestro equipo de arte, construimos en el trabajo diario este emprendimiento que nació familiar y se mantiene familiar”, señalan.
En la fábrica hacen sahumerios gruesos, bombitas de defumación activada, carbón defumador con hierbas, sahumos de hierbas y flores, sahumadores y porta sahumerios. En un mercado donde la competencia es fuerte, insisten en que se diferencian por “calidad, sustentabilidad” y también por el servicio a los clientes a los que intentan “sorprenderlos” con novedades periódicamente.
La primera vez que exportaron fueron cien cajas de diversos tipos de sahumerios a España, “como muestra”, ahora mandan un contenedor por mes. Por supuesto, India es milenariamente el principal productor y exportador del mundo: “Fue inesperado que nazca un proyecto en Brasil y que se desarrolle una competencia desde la Argentina -advierte Krishna-. Ya saben que hay algo nuevo, hemos marcando una nueva tendencia y se están copian del estilo de diseño, le pegan hierbas. Hemos logrado un nuevo paradigma en sahumerios”.