Fuente: Ámbito – Financiamiento, liquidez inmediata y reducción de riesgos son sólo algunos de los beneficios que ofrece la Factura de Crédito Electrónica.
Todos los que tienen la responsabilidad de conducir una empresa o negocio saben lo compleja que puede volverse la situación financiera en ciertos momentos, especialmente cuando el negocio comienza a necesitar de más fondeo para seguir creciendo.
Las Mipyme proveedoras de grandes empresas deben esperar en promedio entre 30 y 45 días para cobrar las facturas que les emiten a éstas y muchas veces reciben en pago de las mismas cheques de pago diferido. Dado que la tasa de descuento de cheques diferidos de sus grandes clientes es por lo general mas baja que sus otras opciones financieras, las Pymes recurren al descuento de éstos como herramienta de financiación de su capital de trabajo. Lo que muchos no saben, es que descontar o negociar cheques no sólo no es la única herramienta para financiarse, sino que tampoco es la mejor. Informate más
En el último tiempo viene ganando mercado con fuerza en el mundo financiero la utilización de la Factura de Crédito Electrónica (FCE), especialmente en sectores de gran crecimiento como es el caso de todo el ecosistema de proveedores Mipyme que funciona alrededor de la industria energética. Este instrumento, abre la posibilidad de negociar las facturas que se emitan para obtener financiamiento a tasas muy competitivas, en forma inmediata y sin ocupar líneas bancarias.
4 ventajas de la FCE sobre el cheque de pago diferido:
- El descontar una FCE no implica endeudamiento. Una de las importantes ventajas que tiene la FCE respecto del cheque es que la operación de descuento es ¨Sin Recurso¨, es decir sin garantía de pago por parte de la Pyme. Es fundamental comprender, que descontar una FCE no significa endeudamiento para la Mipyme, no ocupa sus líneas de crédito bancarias ni aparece como deuda en la central de deudores del BCRA. Este es un concepto clave que toda Pyme debería contemplar al momento de evaluar la conveniencia de descontar una FCE, ya que la inestabilidad macroeconómica que atraviesa nuestro país y las muy altas tasas de interés vigentes desde hace muchos años, han generado una postura muy adversa al endeudamiento en la mayoría de las pymes. Comprendiendo que el descuento de una FCE no implica deuda para la Mipyme, el análisis sobre la conveniencia de realizarlo debería focalizarse en los siguientes puntos:
- ¿Existe alguna deuda financiera que se podría cancelar con el producido del descuento (descubierto bancario, descuento de cheques, etc)?
- De no existir deuda ¿podría colocarse el resultante del descuento en operaciones de Money Market a tasas superiores al costo del descuento y tener así un colchón de liquidez para imprevistos?
- ¿Hay proveedores que estarían dispuestos a hacer descuentos por pronto pago superiores al costo de descontar la FCE?
- ¿Es importante para la Pyme reducir su pasivo a efectos de mejorar su balance?
Por lo expuesto, queda claro que efectuar una operación de descuento de una FCE es una opción muy conveniente, aún en los casos en la que Pyme no necesite fondos para su capital de trabajo, dado que puede colocar los montos netos recibidos en operaciones intradiarias que muy probablemente le rendirán una tasa superior al costo del descuento y tener los fondos disponibles para cualquier emergencia u oportunidad que se le presente.
Reducción de riesgos. Como se ha señalado en el punto anterior, las operaciones de descuento de FCE son necesariamente sin garantía de pago por parte de la Pyme, porque así lo determinó la Ley de Financiamiento Productivo que dio origen al instrumento. Este es un punto muy importante, aunque habitualmente no es muy tenido en cuenta por las Pymes proveedoras de grandes empresas, ya que estas parten del supuesto de que sus grandes clientes no van a entrar en default.
Sin embargo, en los últimos años, se han visto varios casos de grandes empresas, líderes en sus sectores, que sufrieron crisis importantes debiendo recurrir a la herramienta del concurso preventivo. Muchos de los proveedores Pyme de estas empresas, recibían habitualmente cheques de pago diferido como cancelación de las facturas que les emitían por la venta de sus productos o servicios. Los proveedores que descontaron dichos cheques quedaron obligados solidariamente al pago a través del endoso de los mismos. Esta situación no se habría producido si en lugar de descontar cheques diferidos, los proveedores les hubieran solicitado a sus grandes clientes que le aceptaran las FCE y para luego descontar las mismas, ya que en el caso de que resultaran impagas, los bancos u otros inversores descontantes no tendrían el derecho de reclamarle a la pyme el pago.
Un gran porcentaje de las empresas pyme no conocen todavía el funcionamiento de la FCE y las diferentes alternativas existentes para la negociación de las mismas, y por esa razón continúan solicitándole a sus grandes clientes la entrega de cheques de pago diferido en cancelación de sus facturas.
Transcurridos ya dos años de la puesta en marcha de la FCE, y habiendo opciones de negociación abundantes y a tasas competitivas, entendemos que la alternativa de descontar FCE es claramente más conveniente para las Pymes proveedoras de grandes empresas que la operatoria de descuento de Cheques diferidos, ya que la primera elimina el riesgo de crédito comercial.
- Liquidez inmediata. Las FCE una vez aceptadas por la gran empresa receptora, pueden negociarse instantáneamente sin necesidad de abrir una cuenta en un banco específico, presentar carpeta de crédito, información patrimonial ni avales o contragarantías.
- Tasas competitivas. Como la FCE es un instrumento pyme por definición, los bancos interesados en comprar las mismas aplican a estas operaciones parte del cupo de Financiamiento Pyme al que están obligados, realizándose la mayoría de las operaciones a las tasas indicadas por el BCRA para este segmento. Por otra parte, los fondos de inversión de instrumentos Pyme que operan en el mercado de capitales, pueden también aplicar fondos a la compra de FCE ya que ha sido definido por la CNV como un instrumento pyme.
A modo de conclusión, por todos los motivos expuestos, y considerando que las tasas de descuento de FCE y CPD de primera línea son muy similares, entendemos que para todo proveedor Pyme de una gran empresa, resulta mucho más conveniente solicitar la aceptación a su cliente de la FCE que la entrega de un CPD.
Especialista en Mercado PyME Presidente & CEO en InvoiTrade