Fuente: El Economista – Desde CAME estuvimos, estamos y estaremos siempre dispuestos a trabajar con el único interés de que se ponga en el lugar que corresponde a las pymes.
Las pymes somos la columna vertebral del país. Todos los días, en cada rincón de la Argentina, los pequeños y medianos empresarios abrimos las persianas de nuestros emprendimientos y generamos alrededor del 70% de los puestos de trabajo registrados.
También abastecemos al mercado interno, ya que el 70% de lo que producen nuestras pymes industriales va destinado a él. Sin embargo, el conglomerado de empresas pequeñas y medianas constituye el eslabón más débil de la cadena que conforma la economía real de nuestro país.
Los últimos tiempos han estado signados por dificultades y obstáculos, pero también han traído algunos signos de esperanza. A pesar de los grandes desafíos que la industria viene afrontando desde hace ya un largo período, que se extiende más allá de los últimos meses, los índices recientes que evidencian una reducción en el ritmo de caída respecto de lo sucedido en los meses anteriores han significado un alivio en el ambiente del sector industrial.
Además, la disminución mensual de la inflación ha sido una bocanada de aire fresco para muchos, así como también las diferentes medidas que desde el Gobierno llevan a cabo para estabilizar la macroeconomía, la cual es indispensable para la industria.
Sin embargo, lo cierto es que la recuperación está todavía muy lejos, y especialmente fría en las pymes. La crisis, que lleva años gestándose y afecta a múltiples sectores, ha impactado especialmente en las pequeñas y medianas empresas, que son las que más sufren.
A eso se suma la caída del consumo. En julio, las ventas minoristas descendieron el 15,7% interanual, según la medición que realizamos desde el Departamento de Estadísticas de CAME. Esta contracción del consumo tiene como consecuencia directa el derrumbe de la producción industrial ya que, si no hay consumidores dispuestos a comprar nuestros productos, los industriales no tenemos qué producir.
De esta situación da cuenta el último Índice de Producción Industrial Pyme que elaboramos en CAME, que arrojó que durante julio las pymes industriales trabajaron con el 60,6% de su capacidad instalada. Según el mismo relevamiento, la actividad manufacturera cayó en ese mes 17,8% anual y acumula una retracción de 18,6% en los primeros siete meses del año frente al mismo período de 2023. Otro dato que nos preocupa es que el 19,3% de las industrias encuestadas tuvo dificultades para pagar salarios.
Es por eso que, en este Día de la Industria, desde CAME consideramos que se necesitan políticas que estimulen la demanda interna para reactivar el consumo y sostener la producción, que recompongan el poder adquisitivo de la población.
El paquete fiscal, la moratoria y el blanqueo representan una gran ayuda para las pymes, al igual que la modernización de las leyes laborales a los nuevos tiempos, sin la pérdida de los derechos adquiridos, que facilitará la contratación de personal. No obstante, también son necesarias políticas diferenciales para las pymes, tanto a nivel laboral como impositivo.
En ese sentido, estamos trabajando con otras cámaras empresarias y con la Secretaría de la Pequeña y Mediana Empresa, Emprendedores y Economía del Conocimiento de la Nación en un proyecto de Ley Pyme que fomente la inversión a través de rebajas impositivas, reducción de las contribuciones patronales e incentivos para mejorar la producción y la competitividad.
Como siempre, desde CAME estuvimos, estamos y estaremos siempre dispuestos a trabajar codo a codo con todos los gobiernos, ya sean nacionales, provinciales o municipales, con el único y firme interés de que se ponga en el lugar que corresponde a las pymes, el actor fundamental de la economía real de nuestro país.