Fuente: iProfesional ~ Un empresario Pyme del sector gráfico define la situación que vive como una «guerra», donde escasean insumos y no hay precios de referencia para reponer.
Con sus 82 años, Arturo Curatola se levanta todas las mañanas para ir a trabajar a su empresa gráfica ubicada en el barrio porteño de Mataderos, que posee desde el año 1970, donde hoy emplea a unas 20 personas y atiende a casi 800 clientes. Una firma que está golpeada por el salto del dólar y el cepo cambiario.
Desde hace unos 6 meses vive «mucha incertidumbre», relata a iProfesional, debido a que los insumos que comercializa, muchos de ellos importados, comenzaron a escasear por las restricciones oficiales a los pagos al exterior en moneda extranjera.
Un escenario que le está «impidiendo funcionar» con normalidad, debido a que, en la actualidad, por todo este conflicto, se encuentra con una capacidad de operación de tan sólo del 25% de su potencial.
«No se consiguen papeles ilustración y cartulinas, que en ambos casos son importados. Y también faltan cajas, con grandes atrasos en la entrega», resume el fundador de Melenzane S.A.
Y completa: «Hay insumos que se consiguen porque están circulando en plaza, otros que no. Existe una incertidumbre absoluta y eso genera que los empresarios no sepamos dónde estamos parados. Entonces hay confusión y angustia, porque no se sabe si lo que se cotiza hoy a determinado precio, mañana estará disponible y al mismo valor».
En este contexto de crisis, afirma que para mantener la «salud financiera» de su firma, «no cambio el auto, ni me voy de vacaciones, porque priorizo la continuidad de la empresa. Es como la vaca lechera, no se puede comerla porque perdés tu capital. Hay que cuidarla».
Arturo Curatola (82), en tiempos felices, antes de la crisis. Por el cepo cambiario, hoy tiene solamente el 25% de su capacidad de ventas en operación.
Pocos insumos y salto del dólar en los costos
En concreto, Curatola menciona que se encontró en una situación donde hubo insumos que aumentaron hasta 100% en dólares en pocos días, por la escasez de productos. Hecho que le generó pérdidas de dinero.
«Nosotros peleamos por conservar el capital de trabajo, porque tenemos que cubrir el costo del insumo para reponerlo luego. Así estamos ya perdiendo plata a la hora de adquirir la mercadería, porque la vendemos a un precio y al momento de reponerla nos sale más cara del valor de venta», detalla este mediano empresario a iProfesional, sobre su dura situación.
Y ejemplifica sus sentimientos: «Somos como el célebre boxeador Nicolino Locche, estamos esquivando las piñas, pero no sabemos si alguna nos va a pegar. El poder empresario lo tenemos intacto, pero no sabemos cuánto se puede resistir si la situación sigue así, más allá que somos previsores y tratamos de organizarnos».
En general, Curatola indica a iProfesional que todo el segmento de artículos importados gráficos «están en crisis», situación que explica en dos factores fundamentales.
«El primer motivo es el faltante de papeles importados que no están entrando. Y el segundo aspecto tiene que ver con que los que tienen stock disponible multiplican su precio para cubrirse, y otros prefieren guardar el stock que poseen, en vez de venderlo, por no saber si podrán reponerlo luego», detalla.
El cepo al dólar y a las importaciones está afectando a distintas industrias nacionales por falta de insumos.
Dólar, sin precios, ni planificación
La volatilidad en el precio del dólar libre y el cepo cambiario que traba el ingreso de productos e insumos importados, genera una escasez de artículos y también una falta de referencia para estimar los valores de comercialización.
«Por ejemplo, una empresa está llamando a licitación, y se me dificulta poder cotizar ese pedido que realizaron sin la certeza respecto a si tendremos el material en caso de ser elegidos. Por eso, para poder cumplir, tendremos que tener el material comprado previamente, o al menos reservado, donde hay que pagar 100% por adelantado. Todo eso genera incertidumbre», concluye Curatola.
Al respecto, menciona que antes de esta crisis podía realizar pagos a un plazo de financiamiento de 30, 60 y 90 días. Pero ahora todo cambió y se debe pagar al contado o con un cheque avalado contra entrega.
«Si no es en esas condiciones, no entregan la mercadería, pese a que nuestra trayectoria es intachable y siempre hemos pagado. Se están perdiendo los principios éticos de las empresas, hay mucha desconfianza en plaza, algo que ya hemos vivido en la crisis de 2002 y 2003″, compara Curatola.
El salto del dólar libre por encima de los $300, y el posible freno a la venta de divisas oficiales a varios sectores, dificulta conocer precios de referencia.
Esta situación también impacta en la atención a los clientes de su empresa porque «se está agotando todo el stock que tenemos disponible».
De hecho, sostiene que hay insumos que no se pueden reemplazar porque el cliente utiliza determinada calidad de papel según sus productos. Y enfatiza que todavía los clientes no se entregaron a recibir «lo que hay», aunque a otros no les queda otra alternativa y tratan de improvisar.
«Es una guerra que no se sabe cómo termina, porque el deterioro general está, sin dudas, tanto empresarial como tecnológico, porque si no hay qué poner se terminará aceptando lo que sobre en el mercado».